El Papa Francisco pidió a la Iglesia argentina no vender el Luna Park El Papa Francisco pidió a la Iglesia argentina no vender el Luna Park
En el medio de movidas y operaciones inmobiliarias dignas de un juego de ajedrez, un grupo empresario europeo, del cual no trascendió el nombre, dejó al descubierto la versión sobre un real y concreto interés de compra del Luna Park, por un monto de 45 millones de dólares.
Esta versión generó una ola de tensión en el seno del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Iglesia, que desde 2013 posee los derechos de operación comercial del estadio, sinónimo inobjetable de la vida cultural y deportiva de la historia porteña, por deseo de Ernestina de Lectoure, quien en vida dejó constancia escrita y legal de esto.
La administración quedó bajo el Arzobispado de la Ciudad de Buenos Aires, que ahora arrojó una simple y contundente respuesta: "No se vende".
El Luna Park fue declarado monumento histórico nacional en 2007 y eso hace de la venta algo aún más difícil, evitando que se ejecute como algo antojadizo. Cualquier decisión sobre el destino del Estadio debe ser autorizado por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación e incluso debe dársele curso a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Si la venta se concretara, los nuevos dueños deberían mantener la fachada y la famosa zona del "ring side"; el actual Luna Park se transformaría en una cáscara recordatoria.
Desde el Arzobispado de Buenos Aires explicaron que "siempre hay interés por los terrenos del Estadio" y que la intención de compra es algo común. "Todo el tiempo se acercan propuestas y ofertas, solo que algunas trascienden y otras no. La venta del Luna no está en los planes. Casi te diría que es imposible que la Iglesia ceda su potestad sobre el estadio en algún momento", sostuvo una importante fuente eclesiástica.
La noticia puso en alerta al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta envió a emisarios oficiales a que comuniquen con las autoridades del Arzobispado para aclarar las intenciones sobre la operación. El propio Cardenal, Mario Aurelio Poli, se encargó de solicitar que se aclare que la venta del Luna "no es posible".
A todo este entuerto se le suma un detalle no menor: el propio Papa Francisco, al enterarse de las versiones, le ordenó a la conducción porteña "la prohibición de cualquier tipo de negociación". El no rotundo De Francisco tiene dos motivos. Uno social: cómo explica la Iglesia recibir millones de dólares de la especulación inmobiliaria y otro más delicado que es la relación que el Santo Padre tenía con Ernestina de Lectoure.
El ruido de venta del estadio por el que pasaron Frank Sinatra, The Doors o Deep Purple; el cantante Julio Iglesias y el tenor Luciano Pavarotti; donde llegó a la gloria el Potro Rodrigo o dejaron su marca las palizas de Monzón que enmudecieron al boxeo, movilizó a un grupo de vecinos a la creación de una cadena en Change.org bajo el lema "Salvemos al Luna". En apenas unos días ya lleva más de dos mil firmas.