La familia del General don José Francisco de San Martín La familia del General don José Francisco de San Martín
Fue su padre Juan de San Martín, hijo de Andrés de San Martín y de Isidora Gómez, nacido el 3 de febrero de 1728. Fue su madre Gregoria Matorras, hija de Gregorio Matorras y González de Nava, y de María Del Ser y Antón, nacida el 12 de marzo de 1738. La familia de su padre era de Cervatos de la Cueza, la de su madre de Paredes de Nava, ambas poblaciones de Castilla la Vieja, provincia de Palencia (España). No se conocieron allá, sino en Buenos Aires, adonde doña Gregoria llegó de 29 años, traída por su primo Jerónimo Matorras, quien fuera gobernador del Tucumán (gobernación que tuvo su capital en la ciudad de Santiago del Estero), y que enfermó durante la pacificación del Chaco Gualamba, muriendo el 16 de octubre de 1775, a los 55 años. Tuvo en Buenos Aires una importante propiedad en lo que se llamó "El Zanjón de Matorras" (hoy cortada "Tres Sargentos"). Como don Juan de San Martín cumplía con sus obligaciones militares en el actual Uruguay, se casaron por poder, el primero de octubre de 1770, en el palacio episcopal de Buenos Aires. El linaje de don Juan era el de hidalgos campesinos. En su legajo militar se le atribuye "calidad de hijo de labrador", y es sabido que "tan noble exercicio nunca estorbó a la hidalguía y limpieza de sangre..." (Zazo). Y como "nobles" figuran en sus respectivos legajos militares, tanto el Libertador como sus hermanos. E n cuanto a doña Gregoria Matorras, en sus papeles, al llegar al Río de la Plata, figura con calidad de "doncella noble". Cuando el Libertador embarcó en la "George Canning" para el Río de la Plata el 19 de enero de 1812, arribando a Buenos Aires el 9 de marzo del mismo año, su padre ya había fallecido en Málaga (cuando él tenía sólo 18 años); su madre murió al año siguiente, en Orense, el 28 de marzo de 1813, a la edad de 75 años. Los restos de ambos fueron traídos con honores, en 1947, a la patria que tanto debe a su hijo José Francisco. En los papeles que trajo el Libertador a su regreso a América, figura con calidad de "noble, hijo de capitán". Hombre de gran mérito fue don Juan de San Martín, quien prefirió dejar la labranza de su tierra para dedicarse al servicio del rey en el ejército, ingresando como simple soldado. Sin valimiento alguno, logró ascender lenta y trabajosamente, durante largos años, hasta alcanzar el grado de capitán. Muchas veces mal pagado y con grandes atrasos en sus sueldos, vio por fin recompensado su esfuerzo al ver a sus cuatro hijos varones cadetes y oficiales en la fuerza armada en la que tan fielmente sirvió. Don Juan cumplió los deberes a su cargo con honradez y eficiencia, tanto en España como en América, lo que le valió el elogio de las autoridades de las que dependió. En la Banda Oriental estuvo a cargo del inventario y administración del que fuera establecimiento jesuítico Estancia y Calera de las Vacas, cerca del actual Carmelo; cargo que desempeñó durante siete años (hasta el 12 de diciembre de 1774). Allí nacieron los tres primeros hijos del matrimonio San Martín-Matorras, asentándose sus bautismos en la parroquia que se erigiera junto al arroyo de Las Víboras. Terminada su tarea, fue designado por el gobernador del Río de la Plata, don Juan José de Vértiz, teniente gobernador de uno de los cuatro departamentos en que se dividió el extenso territorio donde estuvieron las treinta reducciones jesuíticas de indios guaraníes; la capital de ese departamento era el pueblo de Nuestra Señora de los Reyes Magos de Yapeyú (en guaraní Yapeyú significa "el fruto llegado a su tiempo"), donde se radicó el matrimonio con sus tres hijos y donde nacieron los dos menores. Don Juan tomó posesión de su nuevo cargo el 6 de abril de 1775. En esa función, el 15 de enero de 1779, fue ascendido a capitán graduado. A comienzos de 1781 la familia se radicó en Buenos Aires, donde adquirió dos inmuebles: uno pequeño, destinado a alquiler, en el barrio de Monserrat, y la otra destinada a vivienda, en la actual calle Piedras, entre Moreno y Avda. Belgrano. Propiedades que tuvo que malvender cuando, ya viviendo en Málaga (calle de Pozos Dulces), con esposa y cinco hijos que mantener, vio reducido su ingreso, con empleo y sueldo de teniente retirado, graduado de capitán. En el libro de la Tercera Orden dominicana, en Buenos Aires -acta correspondiente al 19 de junio de 1783-, está asentada la firma de don Juan de San Martín junto a la de don Domingo Belgrano y Peri, padre de Manuel Belgrano. Las madres respectivas también pertenecieron a dicha Orden. Es indudable que tienen que haberse tratado y trabado amistad, sin imaginar el destino de gloria que la patria reservaba a sus hijos. En 1783, don Juan es incluido en la lista de oficiales excedentes de los cuadros coloniales que debían ser devueltos a España, por lo que a fines de ese año, la familia, acompañada de un criado, se embarcó en la fragata de guerra "Santa Balbina", arribando a Cádiz el 23 de marzo de 1784. Nuestro Libertador cumplió a bordo seis años de edad, de los cuales la primera mitad los pasó en Yapeyú y la segunda en Buenos Aires. En cuanto al nacimiento del Libertador, sus biógrafos Augusto Barcia Trelles y José Pacífico Otero sostuvieron distintas fechas de nacimiento. En 1921 el sacerdote de la Orden de Santo Domingo, Fray Reginaldo de la Cruz Saldaña Retamar, encontró la Partida de Bautismo, por lo que no queda duda al respecto. Cabe acotar que en ella figura con el nombre de Francisco (Franc.) Joseph, y que recibió el bautismo de Fray Francisco Cano de la Pera, el mismo sacerdote que había bautizado a la hermana mayor, María Elena, en Calera de las Vacas (Uruguay), lo que pone en evidencia la amistad del matrimonio San Martín-Matorras con este sacerdote dominico. El Bautismo tuvo lugar al día siguiente del nacimiento del Libertador. Estos datos sobre la Partida de Bautismo, que recuerda Luis Alén Lascano en su "San Martín en su advenimiento y eternidad", constituyen un mentís más a la caprichosa versión a que haremos referencia más adelante. LOS HERMANOS DEL LIBERTADOR Sus hermanos fueron cuatro: María Elena, Manuel Tadeo, Juan Fermín Rafael y Justo Rufino. José Francisco -el Libertador- fue el menor de todos. Los tres mayores nacieron en Calera de las Vacas (hoy en la República Oriental del Uruguay), y los dos menores en Yapeyú (provincia de Corrientes). Los cuatro varones fueron militares. Manuel Tadeo alcanzó el grado de Coronel de infantería española y murió soltero, en Madrid, a los 79 años (en 1851). Juan Fermín Rafael alcanzó el grado de comandante mayor del Real Cuerpo de Húsares. Murió en Manila (Islas Filipinas) a los 48 años (en 1822). Casado con Josefa Manuela Español de Alburu, tuvo tres hijos; su descendencia está hoy extinguida. Justo Rufino (su hermano predilecto, con el que convivió en Bruselas) alcanzó el grado de Coronel del Regimiento de Almansa. Murió soltero, en Madrid, a los 77 años (1853). Por él conocemos el árbol genealógico del Libertador hasta sus ocho bisabuelos, gracias a que Justo Rufino, a los 17 años, decidió ingresar en la Compañía de Nobles Americanos de Guardias de Corps de los reyes de España, para lo que requirió y obtuvo una información de cristiandad, legitimidad y limpieza de sangre, ampliada posteriormente. María Elena, la hermana mayor y única mujer, casó en España con el abogado español Rafael González de Menchaca. Murió en Madrid a los 83 años (1853). Tuvo una única hija llamada Petronila (de María Elena y de Petronila existen dos miniaturas en el Museo Histórico Nacional). María Elena fue beneficiada por el Libertador en su testamento. Ninguno de los cuatro hermanos regresó a su suelo natal, y todos -salvo Juan Fermín Rafael- lo sobrevivieron, ya que el Libertador murió en 1850.