La ciudad de Pedro Francisco de Uriarte cumple 133 años

Según referencias históricas, Loreto figura por primera vez en los contingentes de santiagueños enviados a Buenos Aires con motivo de las invasiones inglesas en 1806, pero hacia el siglo XVI el departamento era camino de carretas, hacía 1755 camino de postas de Buenos Aires a Potosí. En esta zona vivieron grupos Tonocotés en un poblado que antes de la conquista se denominaba Llajta Mauca.

Con el arribo de los Jesuitas en 1585 llegó la advocación mariana de la Virgen de Loreto, que le daría su nombre al pintoresco poblado. Con el tiempo, Loreto comenzaría a tomar notoriedad por la participación política de sus hombres, como el caso de Pedro Francisco de Uriarte, congresal por Santiago del Estero en el Congreso de Tucumán del 9 de Julio de 1816, en el que fuera uno de los firmantes de la histórica Acta de la Declaración de la Independencia Nacional, lo que habla de la presencia que la vieja villa tenía por aquel entonces en el antiguo territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Pero en 1908 se produciría un hecho trágico que cambiaría la historia de Loreto, cuando el desborde del río Dulce prácticamente borrara del mapa a aquella pujante población del viejo Loreto. Aquel Loreto comprometido con los principales movimientos políticos de la provincia y la Patria Grande, sucumbía bajo las aguas del río Dulce. Algunas de sus influyentes familias se trasladaron hasta la ciudad capital de la provincia, pero los más llegaron acompañados por la imagen de la Virgen de Loreto al pueblo fundado junto a los andenes del Ferrocarril Belgrano, que era llamado por entonces "Estación Loreto".

Los recién llegados ocuparon los terrenos en que hoy se encuentran los barrios El Remanso y Polígono, para luego diseminarse en las 440 hectáreas que hace 133 años el gobernador Pedro únzaga expropiara para fundar, la Villa San Martín, nombre con que se denominó esta ciudad hasta que el peso de la historia y las tradiciones del viejo Llajta Mauca fueron imponiéndose lentamente a la voluntad de la ley. Ante esta situación, Villa San Martín quedaría sólo para el uso oficial y se impondría a fuerza de costumbre el nombre de Loreto.

Mañana cuando las gargantas de miles de loretanos entonen el feliz cumpleaños, estarán reafirmando su compromiso de poner todo el empeño en continuar con la transformación de esta comunidad, que alberga los sueños del pueblo del congresal Pedro Francisco de Uriarte, y el de sus profundas raíces precolombinas.