Así fabrican un "simple tornillo" del F1 de Ricciardo y Verstappen

Perfeccionistas al milímetro. Así hay que ser si quieres ganar en una competición en la que los campeones se deciden por décimas de segundo. Y así son en Red Bull. Cientos son las piezas que componen un monoplaza de Fórmula 1, y se estudia cada detalle de todos ellos por pequeñas que sean. Tanto es así que lo que a priori podría parecer una pieza común, una que todos hemos manipulado alguna vez, es analizada y fabricada con un mimo casi enfermizo: esta es la historia del tornillo del RB12.

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Como todas las partes que construyen un coche, su vida comienza en la mesa de diseño para luego pasar del lápiz a la pantalla del ordenador, donde se reproduce con todos los parámetros posibles. Después, tiene que pasar por varias etapas hasta convertirlo en realidad: se crea la pieza, se le da forma, se analiza con el microscopio y con luces ultravioletas y se graba su número de referencia. Todo con la más alta tecnología a su disposición para, finalmente, llegar a su destino en el Red Bull. Un viaje de lo más curioso.