"Haber superado la obesidad con la cirugía, me hizo sentir viva" "Haber superado la obesidad con la cirugía, me hizo sentir viva"
"Cuando se tienen todos los riesgos a que te lleva la obesidad, y no se los pudo controlar con ningún tipo de dieta, la cirugía bariátrica es la alternativa que hace que tu vida dé un giro de 180 grados. Una tiene ganas de hacer cosas, se motiva, se siente viva", sostiene Agostina Aylén, quien debió someterse a esta operación en marzo último.
Luego de que EL LIBERAL abordara el tema en el espacio Puntos de Vista, se hicieron escuchar nuevos testimonios, y recomendaciones.
Agostina tiene 17 años, y sufrió todo tipo de consecuencias devenidas de la obesidad, desde el malestar físico hasta el rechazo social.
"Siempre he sido marginada por mis compañeros de colegio, por mi obesidad. He recibido todo tipo de burlas. Tuve que cambiarme de colegio dos veces. Siempre me decían que era una gorda que no servía para nada, y me tuve que bancar el rechazo de todos durante muchos años", confiesa.
Por suerte, ese rechazo no la afectó y, por el contrario, la animó a probar todo tipo de dietas, hasta llegar a la cirugía bariátrica, porque no había otra alternativa.
"Viví una infancia y una adolescencia atormentadas, y recibir el ejemplo de mi madre (que también debió operarse) fue mucho más que suficiente para convencerme de que no importaba la edad ni nada para hacerme la cirugía. Además, tratamiento que hacía terminaba fallido. Bajaba cinco kilos y ahí me quedaba" cuenta.
Cambio radical
Agostina asegura que la cirugía le "ha cambiado la vida en todo sentido".
"Primero la aceptación de todos, obviamente que me alejé de todas las personas que una vez me hicieron daño. Hice borrón y cuenta nueva. Hice nuevas amistades, con gente que ha sabido aceptarme como era, cuando estaba obesa todavía, que me ha ayudado en el proceso y que supo darme palabras de aliento", manifestó.
Sobre los cambios experimentados con la operación, comentó que ahora tiene "más libertad de movimiento", pero además recordó: "Antes estaba desmotivada, porque me veía al espejo y me decía que no podría correr más de dos vueltas y me cansaría, entonces para no sentirme tan cansada, terminaba haciendo nada".
"Ha sido una inclusión importantísima, y pude estar en lugares que antes no podía, como el coro del colegio, en natación, en educación física donde hago todas las actividades que el resto de las chicas sin ningún problema", relató.