Alario, la figura que se crió en tierras santiagueñas Alario, la figura que se crió en tierras santiagueñas
De acuerdo con el censo del 2010, Cuatro Bocas tiene 115 habitantes en nueve manzanas. Google Maps ni siquiera tiene registrado a este pueblo en su buscador. "De chico, me gustaba jugar descalzo porque me sentía más rápido. Jugaba en los torneos libres contra pibes más grandes. Sabés cómo me pegaban... Yo tenía siete años y jugaba mi hermano que me lleva once años o mis primos que me llevan quince. A mí no me importaba", le contó Alario a Olé tiempo atrás sobre ese pasado de canchas de tierra que le sirvió para formar su personalidad y no tener miedo ni siquiera debutando como titular con la camiseta de River ante 55 mil personas, en una semifinal de Copa Libertadores.
"No creí que iba a adaptarse tan rápido, pero es su carácter. Me dijo que los compañeros y el técnico lo apoyan mucho, y a él no le pesa la camiseta", cuenta con sinceridad su papá.
Las primeras pelotas las pateó en Cuatro Bocas, sin camiseta y con arcos de madera. Después se puso la camiseta de San Lorenzo de Tostado, al empezar la secundaria en ese pueblo. Pero era tan mamero que quería jugar sólo los partidos de local para no tener que viajar y alejarse de su casa. Llegó a Colón después de una prueba y ya en Santa Fe capital hizo quinto año y su apego por la familia puso en peligro su carrera. Extrañaba y quiso dejar todo, pero las charlas con papá Abel le dieron confianza y ánimo para no entregarse. Es que ya con la camiseta del Sabalero empezó a soñar en serio con ser futbolista profesional.
Su carrera
Su carrera de Inferiores arrancó en el 2010 y un año después ya debutó en Primera de la mano de Mario Sciacqua. En cuatro años, el Pipa, como lo bautizaron en Santa Fe, vivió momentos de los más opuestos en Colón, con el descenso primero y el rápido regreso a Primera del cual fue un protagonista principal, convirtiendo uno de los goles que le dio el ascenso. El martes, en su tercer partido con la camiseta de River, su gol le aseguró a los de Núñez su quinta final de Libertadores. Ya no juega descalzo. Pero tiene los botines bien puestos.l