El jefe sería el gendarme misionero, Cristian Fabián Torrez. Y el civil más enriquecido, Raúl Emanuel Soria Mazarelli, del Mariano Moreno
Coimas de $200.000 por cada tour de compra y ganancias con venta de mercadería ilegal Coimas de $200.000 por cada tour de compra y ganancias con venta de mercadería ilegal
Diez gendarmes, varios responsables de tours de compras a Bolivia y diversos comerciantes habrían conformado una "asociación ilícita" que edificó millones de pesos en ganancias con mercadería de contrabando, y ahora todos ellos cayeron en desgracia.
El lunes, el juez Federal, Guillermo Molinari, y la fiscal, Indiana Garzón, indagaron a nueve gendarmes y ayer se les sumó un décimo, que está imputado, pero no preso por ahora. A la vez, fue indagado casi una docena de civiles y detenido el responsable de un tour: Daniel Soria.
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La investigación arrancó el 16 de marzo pasado. En un sobre marrón cerrado y lacrado un comerciante activó literalmente una "bomba" y recayó en un área especializada de la fuerza. Puesto en perspectiva, un pasajero de tour denunció que estaba cansado de pagar coimas a los gendarmes emplazados en la ruta 34 y describió el modus operandi. Y nació una investigación muy reservada.
Un informe inmediato reveló que el coordinador de un tour especial exigía entre $ 3.000 y $ 5.000 por persona, a los fines de pagar dádivas por un total de $ 200.000 por cada colectivo, para que éstos no les incautaran las mercaderías que transportaban.
Un detalle nada menor: estaba vedado a los pasajeros encender sus celulares cuando el ómnibus se detenía en los controles de ruta, para que no pudieran tomar fotos a los gendarmes. Así, la investigación expuso a quienes regularmente se desempeñaban como jefes de patrulla - en los controles- el primer alférez, Cristian Fabián Torrez (misionero); subalférez, Agostina Magalí Rodríguez; sargento Oscar Ricalde y cabo primero Fabián Solís.
Ya investigados, el Federal detuvo a Cristian Fabián Torres, (primer alférez); Agostina Magalí Rodríguez, (subalférez); Marcelo Alejandro Cardozo, sargento ayudante; Roberto Oscar Ricalde, sargento; Héctor Darío Buera, sargento; Fabián Edgardo Solís, cabo 1º y ayer se les unió, como imputado, José Ignacio Schilder (esposo de Rodríguez).
Los cargos son "cohecho activo y pasivo y asociación ilícita". En su primer encuentro con el juez y la Fiscalía, sus abogados les aconsejaron cerrar la boca, o la "embarrarían del todo", graficó un letrado a EL LIBERAL.
El Federal tiene casi 7 meses de escuchas telefónicas y fotografías. En la base del Escuadrón 59 de Gendarmería, hasta el estallido del escándalo, estuvo a cargo de Benito Aguirre, al parecer ahora trasladado a Tucumán. Por pedido de la Fiscalía, fueron secuestrados sus celulares y los investigadores afirman que en los videos secuestrados se lo puede ver con Franco Javier Laviña, (imputado) mientras éste retiraba secuestros de contrabando, y luego los comercializaba en el mercado.
Misionero, ¿jefe o mero eslabón?
El misionero Cristian Fabián Torrez era el eslabón clave. Según la investigación, operaba entre Quimilí (Moreno) y Pinto (Aguirre). Para la F i s c a l í a, el gendarme habría recibido dinero "... de parte de Mazzarelli, Norma Beatriz Mazzarelli, Daniel Esteban Soria y Franco Javier Laviña para dejar de contro lar y secuestrar mercadería proveniente de contrabando que era transportada en los tours de compras de "Mazzarelli Tours", "Emannuel Tours" y todos los demás tours de la familia Mazzarelli".
Por ello, se lo acusa de incurrir en "incumplimiento de sus deberes como miembro de Gendarmería Nacional Argentina, cohecho pasivo e incumplimiento de los deberes de funcionario público".
Los testigos presenciales confiaron a esta redacción que al precipitarse su derrumbe, en Quimilí, habría tomado su celular y hecho añicos contra el piso de Gendarmería.
Lo que ignoraba era que sus pares lo tenían grabado por casi siete meses. Más arriba Los mismos voceros, añadieron que tenían jefes más arriba y, por ende, sospechan que no actuó solo. Ello quedó al descubierto en las filmaciones y audios.
El desmadre y los millones que tendría Soria Mazarelli
En escasos cinco años, Raúl Emanuel Soria Mazarelli habría suplido un negocio de venta de milanesas, por otro con mucho potencial: alquiló un colectivo y ahora los federales le habrían contabilizado dos colectivos propios, un automóvil Audi y comercios varios, según el avance de la investigación.
Las escuchas telefónicas lo tendrían como protagonista "estelar" en numerosos diálogos con gendarmes. En todos, revelaba que debía pagar coimas y pedía por "x" gendarmes, los mismos jefes de patrullas con quienes habría aceitado bien la presunta organización. Habría crecido tanto, que incluyó en el negocio a varios familiares y, en el allanamiento, uno de sus locales fue incendiado, a propósito, al verse acorralados por las pruebas y media docena de gendarmes, de los "buenos", pugnando por requisar sus habitaciones.
Es asistido por la abogada Aída Farrán Serlé. En pleno desmadre de sus negociados con gendarmes al descubierto, cayó preso ayer un familiar: Daniel Soria, también por el tendal de viajes desde Bolivia. Y con ellos, se llevaron puestos a todos los jefes de patrulla inclinados en hacerles favores nada gratis.
Los federales adelantaron que aún no salieron todos los trapitos al sol, es decir que todavía hay gente por ser imputada que operaba con las empresas de tour, cuyo rostro visible era Soria Mazarelli.
Robaban secuestros de las bases de Quimilí y de Pinto para luego venderlos
Los gendarmes Carlos Canesín y Fabián Edgardo Solís se habrían apoderado de mercadería incautada en procedimientos que se encontraba resguardada en los depósitos del Escuadrón 59 "Santiago del Estero" y de las Secciones Quimilí (Moreno) y Pinto (Aguirre).
Luego, ésta era entregada a los civiles Franco Javier Laviña y a Francisco Javier Nazar, ambos detenidos. La mercadería era comercializada en el local comercial "Mi Gran Tienda", en avenida Solís s/n, intersección con Aguirre, ciudad Capital, según se desprende de la investigación.
Del mismo modo, el sargento Héctor Darío Buera también se apropiaba de los secuestros de los procedimientos de contrabando de la Sección "Pinto" y después los ofrecía para la venta a Francisco Javier Nazar, amplían fuentes de la causa.
Con todos los involucrados tras las rejas, ahora el Juzgado Federal avanza en la causa hacia más arriba. Aún se desconocen los alcances de las ganancias del dinero sucio, pero los contadores del Federal trabajan a full y arriesgan en que superan los $ 100 millones.
Un alto funcionario confió anoche que tras la caída de Daniel Soria, por decantación también se derrumbaría el muro de silencio que aún protege a varios gendarmes y civiles, al borde de un ataque de nervios. Para hoy, el Federal no habría previsto indagatorias. Pero anoche el revuelo era mayúsculo entre los amigos de los gendarmes caídos y, por su parte, los mentores de tres empresas de tours atribuidas a Mazarelli y compañía.