Por el Dr. Ricardo Passone.
Qué debemos hacer cuando sentimos algo "extraño" en nuestros ojos Qué debemos hacer cuando sentimos algo "extraño" en nuestros ojos
A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión. De un momento a otro sentimos que algo se nos ha metido en el ojo y nos causa comezón, irritación, lagrimeo o incluso dolor agudo y visión borrosa.
En algunas ocasiones puedes hacer frente al problema solo o con la ayuda de un familiar o amigo, pero dependiendo del agente que se haya introducido en el ojo debes acudir al oftalmólogo. Se trata de una situación muy común, por lo que esta semana te traemos los mejores métodos de actuación.
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Qué puede meterse en el ojo y cómo actuar
Sea cual fuere el agente externo introducido en el ojo, lo primero y más importante es no frotar la zona ocular para evitar posibles complicaciones como traumatismos, heridas o desgarros.
El siguiente paso es identificar qué se ha introducido en el ojo para saber cómo proceder, puedes usar un espejo o pedirle ayuda a una tercera persona. Sea cual fuere el caso, lo más importante es lavarse bien las manos antes de proceder al reconocimiento.
Aquí te dejamos las diferentes posibilidades y sus pautas de actuación.
Arenilla, polvo o pestañas. Ante estos agentes (en cantidades pequeñas) el cuerpo tiene un mecanismo de defensa natural, el ojo suele expulsar estas sustancias mediante los parpadeos o la secreción lagrimal.
Si te ha entrado una gran cantidad de estos agentes externos en el ojo, continúas sintiendo molestias o identificar restos de arenilla, polvo o alguna pestaña, puedes usar una gasa estéril, algodón higiénico o unas toallitas oftálmicas para retirar el agente externo. También puedes utilizar suero fisiológico o, en su defecto, dejar correr un suave chorro de agua desde el ojo hacia el puente de la nariz para limpiar la zona y eliminar el polvo, arenilla o pestaña.
Productos cosméticos. Resulta muy común que en alguna ocasión nos entre crema, maquillaje, desmaquillantes o jabón en los ojos. No se trata de sustancias químicas, por lo que debes mantener la calma ya que no representan ningún peligro. Es común sentir picor, molestias e irritación ante este tipo de agentes externos.
Ante esta clase de casos la mejor recomendación es lavar la zona con abundante agua y suero fisiológico. Para eliminar este tipo de sustancias, que en ocasiones pueden tener una mayor densidad, las lágrimas artificiales resultan más espesas y ayudan a limpiar de manera más efectiva la superficie ocular.
Objetos puntiagudos. Ante este tipo de objetos resulta primordial no ejercer ninguna clase de presión sobre el globo ocular para evitar desgarros o incrustaciones.
Al igual que en los casos anteriores, lo primero es lavar bien la zona con agua o con suero fisiológico. En ningún momento debes intentar mover o intentar sacar el objeto puntiagudo por ti mismo. Si el objeto no se encuentra incrustado y está en la zona blanca del ojo, al intentar moverlo y ejercer una presión incorrecta con unas gasas puedes producir rozaduras o heridas que podrían provocar una futura infección.
Siempre debes acudir al oftalmólogo de manera inmediata. Más aún si el objeto puntiagudo se encuentra en la córnea, ya que podría ocasionar problemas visuales, o si se encuentra incrustado.
Sustancias químicas. Al contrario que las cremas o cosméticos, las sustancias químicas son peligrosas y un motivo de preocupación cuando entran en contacto con la superficie de los globos oculares.
Lo primero que debes hacer es mantener la calma y limpiar bien la zona con abundante agua y/o suero fisiológico de manera inmediata. Es primordial que el tiempo que esté la sustancia química en contacto con el ojo sea el menor posible, pues se evitará en mayor medida los daños a nivel visual que podría ocasionar el agente químico.
Por último, antes de ir a urgencias o a un especialista, debes asegurarte de con qué tipo de sustancia química se ha producido el accidente y, si es posible, tomar una muestra para llevarla a la consulta de urgencia. De esta manera, el médico tendrá toda la información necesaria y podrá hacer un diagnóstico preciso e indicar el mejor tratamiento posible.
Qué no hacer
Las principales recomendaciones cuando se encuentra un cuerpo extraño en la superficie ocular son las siguientes:
No trates de frotar los ojos. Esta es una respuesta inconsciente e inmediata de defensa del cuerpo ante el picor, la molestia o el escozor, pero es contraproducente. La presión ejercida por el rozamiento puede llevar a rozaduras, heridas o desgarros que, además de poder producir lesiones visuales, pueden desembocar en una infección.
No te automediques. Los medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno o las aspirinas son anticoagulantes, por lo que podría aumentar el sangrado.
Si utilizas lentes de contacto, retirarlas antes de aplicar agua o suero fisiológico para limpiar la zona.
En el caso de que una sustancia química haya entrado en contacto con tu superficie ocular, asegúrate de que el agua en contacto con esta sustancia no desencadene una reacción química. Por ejemplo, existen ácidos o metales y sus derivados que producen reacciones exotérmicas muy violentas con el agua.
No trates de retirar bruscamente a ningún agente externo. Es común pensar que si no se retira el cuerpo extraño que ha entrado en el ojo este podría acabar en la parte trasera del globo ocular. No existe tal posibilidad, nuestro ojo posee una membrana que une el ojo a la cavidad ocular (conjuntiva), evitando que elementos externos puedan penetrar en la parte de atrás.
En qué circunstancias es aconsejable realizar la consulta con el profesional oftalmólogo
Desde las instituciones profesionales enumeran que, los motivos por los cuales se debe acudir a una consulta oftalmológica causados por agentes externos en los ojos son los siguientes:
Un cuerpo extraño puntiagudo en los ojos. Se debe recordar no intentar extraerlo por su cuenta para evitar lesiones que tornen más grave la situación.
Que una sustancia química entre en contacto con tus ojos. En este caso acude urgentemente a un especialista para recibir un tratamiento adecuado y eficaz para prevenir daños.
Notar una reducción de las capacidades visuales, por ejemplo, pérdida de visión o visión reducida.
Dolor agudo del globo ocular o gran sensibilidad a la luz.
Descamación o secreción.
Sequedad crónica en los ojos.
Lesiones en el globo ocular o los párpados.
Exoftalmia (ojos saltones) o párpados caídos.
Dudas
Finalmente, hay que tener siempre presente que, en el caso de tener cualquier pregunta sobre los agentes externos en los ojos, no se debe dudar en ponerse en contacto con un médico oftalmólogo que es quien sabrá qué medidas tomar para evitar males mayores en la salud ocular.