Ayuno intermitente: más allá de contar calorías

En medio de la creciente preocupación por la epidemia de obesidad y diabetes que afecta a nivel mundial, la Dra. Mónica Roldán Suárez, especialista en clínica médica, diabetes, nutrición y obesidad, compartió su visión sobre el papel fundamental que el ayuno intermitente podría desempeñar en el manejo de estas enfermedades.

Puso énfasis en el impacto metabólico de los alimentos y la sabiduría ancestral de sincronizar la alimentación con las horas de luz del día.

Sobre si el ayuno intermitente es seguro para todos, la especialista sostuvo que, desde su experiencia, "en el campo de la nutrición y la diabetes, puedo afirmar que el ayuno intermitente es una estrategia que merece una atención seria, ya que esta forma de alimentación con tiempo restringido es una estrategia alimentaria que promueve el reposo digestivo para mejorar la sensibilidad a la insulina y regeneración celular y promover la autofagia lo cual previene el envejecimiento prematuro".

"A menudo nos enfocamos en reducir calorías, pero es igualmente importante comprender cómo los alimentos que consumimos afectan nuestra salud metabólica", acentuó.

Destacó que recientemente se presentó en Argentina, el Primer Consenso Intersocietario de Tratamiento de la Obesidad, "documento que valora todos los métodos para el descenso de peso disponibles en la actualidad".

Como resumen de esta publicación, resaltó que "si bien no existe consenso acerca de que un patrón alimentario sea más eficaz que otro para promover la pérdida de peso corporal, las dietas altas en proteínas y el ayuno intermitente parecen promover una mayor pérdida de peso en el corto plazo. Sin embargo, debido a los efectos adversos, se requiere precaución en su utilización en el mediano y largo plazo".

"Hasta el momento, la adherencia es el principal factor predictor de éxito del tratamiento dietético de la persona con obesidad. Todas las dietas funcionan a corto plazo, para lograr resultados sostenidos deberemos acompañarlas con otras estrategias, como modificación de hábitos, actividad física adaptada a la situación de la persona con obesidad, y medicamentos o cirugía si fuera necesario", amplió.

En qué consiste este método alimenticio

"La idea es ayunar durante 12, 14 o 16 horas y luego consumir alimentos en las horas restantes. Durante el ayuno se deben tomar bebidas sin calorías como café solo, mate, té, infusiones o agua.

Recordemos que en la historia de la Humanidad solo consumíamos alimentos en las horas del día. Al caer el sol, ya no se comía hasta el día siguiente, permitiendo así que el cuerpo use sus reservas de glucógeno y grasas, baje el nivel de insulina y por lo tanto el trabajo del páncreas y logremos 'barrer' células defectuosas y hasta precursoras de cáncer (lo que se conoce como autofagia)

Además, podríamos llegar a la cetosis, por lo que se empieza a quemar grasas de forma eficiente.

Esa quema de grasa puede ser aún más efectiva, entrenando con ejercicios de fuerza o isométricos".

Enfoque metabólico sobre el control de calorías

"Observamos que no todos los alimentos son iguales. No se trata solo de contar calorías, se trata de elegir alimentos que no provoquen picos en los niveles de azúcar en sangre. Los azúcares refinados y los carbohidratos procesados pueden desencadenar problemas en la regulación de la insulina, lo que puede ser especialmente difícil para las personas con diabetes".

La Dra. Mónica Roldán Suárez invita a reconsiderar nuestra aproximación al manejo de la diabetes y obesidad, centrándonos en el impacto metabólico de los alimentos y reconociendo la sabiduría ancestral de ajustar nuestros patrones de alimentación a la luz del día.

"Su perspectiva aporta un enfoque valioso que podría transformar la forma en que abordamos estas crecientes preocupaciones de salud", concluyó.