Por Juana Reyes,. Miembro del Equipo Educación UADE.
Vales educativos: ¿Liberar o limitar la educación? Vales educativos: ¿Liberar o limitar la educación?
Es innegable lo mucho que se ha hablado últimamente sobre el sistema de vales y qué es lo que implican en caso de aplicarse en el sistema educativo argentino. La propuesta del candidato a presidente Javier Milei no es nueva, pues se sostiene de las ideas planteadas por el economista Milton Friedman durante los años 60, momento en el que esta alternativa ya pugnaba por la elección propia de cada padre sobre la educación de sus hijos. . El sistema se presenta como una alternativa diferente para el campo educativo actual y su uso consiste en otorgar financiamiento a las escuelas por cada estudiante que asista a ellas a través de un vale o cupón que acredita el pago de un monto determinado previamente.
Si bien actualmente algunos países como Suecia y Chile llevan adelante este sistema, surge la duda acerca de si es posible -y coherente- trasladar una propuesta de un sistema educativo a otro, considerando que los escenarios sociales, políticos, económicos y culturales son diversos y propios de cada país. En este sentido, en Argentina específicamente, el sistema de educación es público y existen dos tipos de gestión para las escuelas: estatal o privada. Tal como estableció Conejero, Glickman, Lupis y Spotti -especialistas en educación- en su informe realizado este año: "sólo el 22% de las escuelas de nivel inicial, primario y secundario pertenece a escuelas de gestión privada, cuya oferta se concentra en los grandes centros urbanos; en cambio, apenas existen [por ejemplo] en las zonas rurales".
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Asimismo, el informe muestra que el 38% de las escuelas de nuestro país son rurales; que abundan -y son mayoría- en 8 de 24 jurisdicciones. Lo expuesto invita a pensar qué pasaría con estas instituciones si su financiamiento depende completamente de la cantidad de estudiantes que las eligen: no solo escuelas rurales, sino todas aquellas con modalidades diversas que cuentan con matrículas pequeñas o se establecen en lugares remotos donde la oferta es casi nula. En consonancia con lo dicho, Mónica Marquina, doctora en Educación e Investigadora del CONICET, argumenta que la propuesta por el subsidio a la oferta en educación es un modelo pensado para las grandes ciudades. En consecuencia, no lograría situarse y adaptarse a la realidad que nos acontece, menos aun considerando la variedad de escuelas que existen en nuestro territorio.
Bajo esta misma línea, la Puesta en juego de vales en un sistema educativo variado como el nuestro podría generar escenarios en los que una institución se enfrente a muy altos niveles de demanda, debiendo decidir cómo asignar los cupos que haya disponibles entre sus interesados. De esta manera, es una incógnita qué mecanismos de asignación o filtros pueden generarse de manera equitativa, tal como mencionan Conejero, et al. (2023), cuidando no favorecer la segmentación, ya existente, a favor de aquellas familias con mayores ingresos. Indudablemente, nos encontramos en la actualidad con un sistema educativo desigual. Tal como comentaba Marquina, en sociedades como la nuestra, el esquema de financiamiento a la demanda corre el riesgo de contribuir en la extensión de la brecha social y educativa.
En materia de leyes, en Argentina, según lo establece la Constitución de 1853, la educación depende de cada una de las provincias y no del Gobierno Nacional. En este sentido, instalar en nuestro país un sistema de libre elección conllevaría concretamente, tal como lo explica Mariano Narodowski, Académico Asociado de Argentinos por la Educación, a modificar el artículo quinto de la Constitución Nacional, el cual establece que "cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la educación primaria". Además, Narodowski aclara que nuestra Ley de Educación Nacional, sancionada en el año 2006, delimita que es el Estado Nacional quien debe garantizar las condiciones tanto materiales como simbólicas para que todos los ciudadanos argentinos puedan acceder a la escuela y finalizar sus estudios. Es por este motivo que se les exige a las autoridades de cada jurisdicción llevar adelante acciones y tomar decisiones que alcancen resultados de calidad y continuidad académica.
Por último, tal vez sea necesario rescatar que la propuesta misma de implementar un sistema de vales educativos en nuestro país, más allá de ser o no adecuado, puso nuevamente en el centro de las discusiones actuales la necesidad de mirar y reflexionar en torno al campo. educativo. Es importante preguntarse si la propuesta contempla o resuelve algunos de los verdaderos temas más apremiantes y desafiantes con los que se encuentra el sistema educativo hoy. Nuevamente el informe realizado por Conejero et.al (2023) nos brinda cierta guía: los conflictos vinculados al estado de la infraestructura escolar, el equipamiento y la falta de designación de docentes son algunos de los tópicos que necesitan ser tratados. Es posible sumar también el uso acorde y provechoso de los recursos disponibles, así como la necesidad de brindar un seguimiento y registro cuidadoso de los aprendizajes alcanzados. Se vuelve un imperativo trasladar allí nuestra mirada y compromiso, hoy más que nunca.