La vida obligó a la familia de Huguito Flores a seguir adelante a pesar de todo

Hay momentos en los que la vida te pone a prueba y no te da tiempo ni si quiera para sentarte a llorar. Te obliga a seguir andando, por otros que lo necesitan más. Eso sintió Paola Enríquez, la cuñada de Huguito Flores, que le pasó minutos después de llegar al lugar del accidente en el que fallecieron el referente de la guaracha santiagueña, y sus hermanos Karina, la esposa del músico, y Rubén Horacio.

"Nosotros (por su esposo y sus otros dos hermanos varones que habían venido a Santiago del Estero, desde Buenos Aires, por el casamiento de Huguito y Karina) íbamos detrás de ellos, pero como a 20 minutos de distancia. Paramos en una YPF a cargar nafta, y ahí vimos que saltó una noticia de que había habido un accidente en Garza. Cuando escuchamos que aparentemente se trataba de Huguito Flores y su familia, empecé a llamarlos, y ninguno de los tres me atendía el teléfono. Pensé que era porque iban manejando, que por eso no me contestaban. Pero cuando llegamos al lugar vimos toda la escena, la policía, las ambulancias, los cuerpos... fue una locura total, no te puedo explicar el dolor", recordó. Y siguió: "Por mis hermanos no podía hacer más que llorarlos y sufrirlos. En aquel momento, mi cuñado Huguito y Cata estaban con vida, así que salí detrás de ellos para ver cómo estaban".

"Cuando me di cuenta que mis hermanos no tenían vida. Me puse una armadura y seguí detrás a la ambulancia que llevaba a Catalina, que era por quien sí podía hacer algo, y me quedé con ella en el hospital hasta este domingo que pedimos que le permitieran salir para reencontrarse con su hermana porque el sábado ya había comenzado a pedir por ella, llorando", señaló.

En ese contexto, contó que "Cata tuvo una salida previa hasta el martes (o sea hoy), hasta las 8 de la mañana porque a raíz del fin de semana largo no estaba su médica de cabecera para que le firmara el alta. Al pasar los días, en los que la nena puede hablar, comer, reír, llorar, se pasó llorando el sábado porque quería estar con su hermana. Entonces hablé con los médicos para que vieran la posibilidad de que ella pudiera volver a la casa, con la idea de regresar para seguir los controles. Ella está normal, solo habla muy bajito, porque tuvo muchos días la manguera puesta, muchos días en terapia. Hay que tener en cuenta que es una nena que volvió a vivir. Milagro se debería llamar, porque llegó con fractura de cráneo, entre otras cosas", remarcó.

Para Julieta fue una sorpresa el que se abriera la puerta de la casa y entrada Catalina. Hubo mucho amor, emoción y llanto.

Paola Enríquez: "El hospital público salva vidas, Catalina volvió a vivir"

Con la tranquilidad de ver a Catalina Flores retomar de a poquito su vida, Paola Enríquez, la cuñada de Huguito Flores, quien en el accidente perdió también a sus hermanos, agradeció las oraciones de los miles de fanáticos que la llenaban de mensajes y le hacían saber las promesas que ofrecían por la salud de la pequeña.

Además, resaltó la atención del Cepsi. "El hospital público salva vidas. No es porque se trate de la hija de Huguito Flores, aquí se salvan vidas. Lo digo porque muchos nos preguntaban por qué no la trasladábamos a una clínica privada. Confiábamos en que estaban haciendo lo mejor, y así es", remarcó Paola.

La vida de Paola, sus hijas, su esposo, su hermana y su madre también dieron un giro. De vivir en Buenos Aires, se mudaron a La Banda para acompañar a Julieta y Catalina, y no sacarlas del lugar donde se criaron. La mayor volvió a clases, gracias a la contención psicológica, y al cariño de compañeros, profesores y amigos.