Entrevista exclusiva de EL LIBERAL a su autora, María Laura Guembe.
Tekmerion, un libro que busca la verdad sobre los "vuelos de la muerte" Tekmerion, un libro que busca la verdad sobre los "vuelos de la muerte"
"Tekmerion" no es un libro más. No es un libro, como se dice para pasar un rato. Es un libro que, según su autora, la licenciada en Ciencias de la Comunicación, María Laura Guembe, va en búsqueda de la verdad de los vuelos de la muerte, una metodología de exterminio utilizada por las Fuerzas Armadas argentinas para eliminar oponentes políticos durante la última dictadura militar.
En una entrevista con EL LIBERAL, Güembe recordó que a lo largo de esos años en Argentina y con una frecuencia, por lo menos, semanal, miles de personas fueron arrojadas vivas o muertas al mar o al río desde aviones y helicópteros en vuelo.
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Debido a la completa clandestinidad de esta práctica y al secreto que mantuvieron quienes participaron, a lo que se suma su carácter extremo y tremendo, el reconocimiento de su existencia por parte de la sociedad requirió de un largo proceso.
Este libro de Guembé recorre el camino de la acreditación de la verdad sobre los vuelos, su asunción como crímenes en perjuicio de determinadas víctimas y como hechos de nuestra historia reciente.
-¿Cuándo comienza el proceso de escritura de "Tekmerion"?
La escritura el libro empezó hace dos años. La investigación y los primeros recorridos para armar el cuerpo de análisis comenzó hace mucho tiempo, hará diez años.
-¿Por qué eligió Tekmerion para titular su libro?
Por qué me pareció que el concepto era como perfecto para hablar de lo que yo estaba pensando. Tekmerion es una palabra de la retórica griega que refiere, según los griegos, a un signo que solo tiene un significado, que no puede significar más que eso. A mí me sirvió mucho para pensar el momento en que los cuerpos llegaban a las playas, para pensar en la evidencia más material más fuerte que tenemos todavía hoy de que los vuelos existieron, una evidencia que se fue fortaleciendo con el tiempo. Poder interpretar los vuelos en un elemento es fundamental y el concepto de Tekmerion sirvió para eso.
- ¿Los vuelos de la muerte es una herida abierta?
Yo creo que las sentencias judiciales produjeron bastante reparación en este sentido. Trajeron certezas, afirmaron el proceso y como se implementó el método, pero es cierto también que hay familiares de muchas personas, que hoy no están, no saben qué les pasó y que suponen que pueden haber sido víctimas de un vuelo de la muerte porque conocen de un centro clandestino que utilizaba esta metodología para deshacerse de las personas secuestradas. En ese sentido, me parece que todavía, para ellos, es muy importante que se siga investigando. Más allá de ello, me parece que para la sociedad todavía está discutiendo el número de los desaparecidos o existen embates contra algunas instituciones. Es importante recordar la clandestinidad de los métodos. No podemos saber cuántos fueron porque no podemos revisar el fondo del mar. Entonces, cuando se reclama el número me parece que los vuelos se vuelven un tema importante.
-Nicolás Gil Lavedra, director del documental "Traslados", que precisamente aborda esta cuestión, dijo que los vuelos de la muerte "tiene que ser un tema donde no tiene que haber grietas".
Estoy de acuerdo, lo que no creo es que haya que tener certezas monolíticas. Ante los embates hay una tendencia a agarrarse de verdades y fosilizarlas. Yo creo que tenemos que seguir discutiendo y seguir viendo como construimos verdad sobre esto, como buscamos la verdad. Una cosa son las disputas, y esto siempre se mezcló en la historia argentina, entre los sectores respecto a un tema y otra cosa es lo que nosotros queremos a dónde llegar, cuánto queremos saber y que vamos a hacer con lo que no podemos saber y los vuelos de la muerte también son un tema en eso y hay mucho de eso que no vamos a saber nunca. ¿Qué va a hacer la sociedad con eso qué no puede saber? Es una discusión muy actual porque el negacionismo opera sobre eso. Si esto no se puede saber no existió. No, hay cosas que existieron, que pasaron, pero que no podemos conocer.
-¿Cuál es el aporte que hace "Tekmerion"?
Está relacionado con lo que decía recién. No poder saber todo no es no saber; es decir, valorar el conocimiento fragmentario y el indiciario. En ese sentido, hay que revisar los procesos judiciales para ver que quedó guardo en esos expedientes. Por otro lado, pensar en el proceso de memoria, verdad y justicia y cuál es la relación entre las tres patas y como impulsarlo de una manera más equilibrada. A veces, yo creo, la justicia se come un poquito la verdad no porque produzca mentiras sino porque hay todo un campo de verdad que no busca la justicia y que hay que buscarla igual. Creo también que la memoria se come un poquito a la verdad no con maldad ni intención de vaciamiento sino porque hay muchos hechos chiquitos que no son emblemático y no son notorios. Es algo lógico en los procesos históricos, y el libro aporta una mirada en ese sentido.
- En un contexto actual, ¿sigue en la oscuridad esta temática o hay más apertura a poner luz sobre esa oscuridad?
Yo creo que se intenta multiplicar la oscuridad. Hay mucha gente que toda la vida pensó que esto era una gran mentira o una exageración o algo así, hoy lo dicen, muchos se pronuncian y antes se callaban porque había como un consenso de que no se podía disentir. Hubo un tiempo complejo, pero hemos salido de cosas peores. Y lo cierto es que hay un consenso internacional sobre lo que pasó en la Argentina, sobre la forma en que los pueblos deben valorar sus procesos de memoria, de verdad y de justicia. Entonces, hay que sobrevivir nomás.
-¿Cuál es el Tekmerion, el signo, la huella, la marca que deja en la sociedad todo lo acontecido en relación con lo vivido en aquellos tiempos?
En primer lugar, la ausencia de las personas que faltan, que no son solamente las personas físicamente sino todo un proceso cultural que podría haber sucedido, una parte de una generación que realmente falta. La cosa más terrible es que permiten la justificación, estos tiempos en que se justifica lo que pasó y que se justifica la muerte del otro que piensa distinto. Esta es la secuela más grande de todo. No solo la ausencia de las personas sino lo que se puede hacer con ese proceso. Me parece que la secuela de esta sociedad va a cambiando y que hoy la secuela es la posibilidad de que alguien justifique esto.
- Verdad, memoria y justicia es un axioma importante dentro de la defensa de los derechos humanos. ¿Cuánto contribuye "Tekmerion" a aclarar estas temáticas?
No sé si contribuye a aclararlo realmente. Me parece que contribuye a pensar, a no sentarnos sobre hasta dónde llegamos.
-¿"Tekmerion" es un libro que interpela?
No, no creo. Tiene mucho de dispuesto a revisar algunos instrumentos de la historia como fueron el informe Nunca más, la sentencia del juicio a las Juntas Militares, instrumentos valiosísimos que sirvieron para sacar el peso del testimonio de los sobrevivientes a que fuera un testimonio del Estado, de que la historia les pasó a ellos y pensar que nos pasó a todos. Creo que ese es el gran valor del Nunca Más y del juicio a las Juntas. La primera parte del libro es muy dura. Fue muy duro para mí escribirlo porque tiene un recorrido de la aparición de los cuerpos en las costas. Nosotros, como sociedad, el duelo y la muerte son temas muy tabúes. Eso no está destinado a interpelar o interpelar desde el espanto que nos produce ver la muerte ajena. Creo que es más la reflexión total del libro lo que interpela que cada parte en sí misma.









