El escándalo armado estalló en octubre del 2023. Ahora, la Fiscalía se apresta a mandar a juicio al acusado, de 72 años, quien goza de arresto domiciliario. Audiencia clave por "homicidio en grado de tentativa".
Disparó por la espalda al hijo, convencido de que iba a vender una moto sin permiso Disparó por la espalda al hijo, convencido de que iba a vender una moto sin permiso
La Justicia clausurará mañana una investigación, rumbo al juicio oral, en la que un septuagenario está acusado de intentar asesinar al hijo, de un tiro por la espalda, convencido de que el joven planificaba vender una motocicleta sin su consentimiento.
En efecto, el incidente estalló el 15 de octubre del 2023, tras un almuerzo familiar en un sector denominado Los Hornos, distante a 8 kilómetros de Tintina, Moreno.
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De acuerdo con el proceso fiscal, al final de la comida el fuerte de la familia retornó a sus hogares. Solo quedaron Victorio Abregú, de 72 años, y su hijo, Marcelo Abregú de 40, ambos con residencia en el Bº Luján, de Tintina.
Aun con matices disímiles, los protagonistas coincidieron en un incidente. El padre habría preguntado al hijo sobre las llaves de una motocicleta y el segundo le habría respondido que no las llevaba consigo.
Acto seguido, el hijo le dio la espalda y comenzó a caminar. Así, de espaldas habría recibido un tiro que le dio de lleno en el lateral izquierdo del cuello. Sangrando, Marcelo giró su cuerpo y vio arribar a su progenitor, resuelto en abrir fuego de nuevo.
Al parecer, la víctima habría implorado al padre que no disparase de nuevo. Tal cual, Victorio se contuvo, pero le ordenó retirarse. Caminando, sangrando, con la moto a la par, Marcelo fue alcanzado por unos amigos, auxiliado y conducido al Hospital de Tintina.
Interpuesta la denuncia, su padre cayó preso e imputado por "homicidio en grado de tentativa" y representado por el abogado, Dalmiro Cruz, quien después instó a la domiciliaria, planteo que le fue otorgado meses después.
Al declarar, Marcelo habría manifestado que quizá se trató de un malentendido. Por el contrario, su padre estaba convencido de que el damnificado quería negociar una moto, sin su consentimiento.
El cierre del proceso
Un año y medio después, la Fiscalía solicitará mañana la clausura y elevación a juicio. Enfrente, Cruz bregaría por el cambio de calificativa e insistiría en que su cliente no pierda la domiciliaria, ni siquiera en los albores del juicio oral y público.
