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Adolescente acusado de abusar de nena de 5 años: ¿puede quedar impune?

Son muchos los interrogantes en torno al caso que conmociona a la sociedad santiagueña. El Liberal dialogó con especialistas para conocer qué puede suceder a nivel judicial y cómo se debe abordar la problemática de los abusos sexuales contra las infancias.

Vecinos y familiares de la niña abusada reclaman justicia y piden que no se libere al adolescente

Vecinos y familiares de la niña abusada reclaman justicia y piden que no se libere al adolescente.

15/04/2025 14:35 Policiales
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Adolescente acusado de abusar de nena de 5 años: ¿puede quedar impune? Adolescente acusado de abusar de nena de 5 años: ¿puede quedar impune?

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El caso del adolescente que abusó de su prima de cinco años, mientras transcurría el velorio de su madre en una vivienda del barrio Borges, sigue causando conmoción entre los santiagueños. La incertidumbre respecto a qué pasará con el acusado, que por ahora permanece detenido, choca de frente con los reclamos y pedidos de justicia de los familiares de la víctima. Mientras que la niña deberá ser sometida a distintas pruebas para dar curso al proceso judicial, entretanto se recupera del daño físico y emocional que le provocó el abuso. El Liberal consultó a diversos especialistas para saber cómo procede la justicia en este tipo de casos y, además, intentar comprender qué hay detrás de la problemática social de los abusos sexuales contra las infancias.

Una noche enmarcada en el dolor por el fallecimiento de un familiar culminó de la peor manera: con golpes e intervención policial, cuando se descubrió que el hijo de la difunta, un adolescente de 16 años, violó a su prima, una niña de cinco. El gravísimo hecho desató la furia de los familiares presentes que intentaron linchar al presunto abusador, hasta que intervino personal policial y se lo llevó detenido.

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Ahora, el acusado quedó a disposición de la Justicia, luego de que la fiscal Dra. Vanina Aguilera de la Unidad de Delitos Contra la Integridad Sexual, ordenara su aprehensión. Este lunes, se negó a declarar y pronto será sometido a pericias psiquiátricas y psicológicas.

La principal duda por estas horas es qué sucederá con él, mientras familiares de la víctima y vecinos se unieron para pedir Justicia y reclamar que el adolescente no sea liberado, amparado en su minoría de edad. 

Según explicó a El Liberal un abogado e investigador del CONICET, especialista en conflicto socio-penal juvenil, de acuerdo con lo dispuesto por el Régimen Penal de Minoridad, el joven es imputable y podría afrontar la pena máxima establecida para este tipo de delitos. "Si tiene 16 años es imputable, por lo tanto responde frente al delito. Hoy la ley nacional autoriza que pueda permanecer detenido hasta que el juez lo considere conveniente. Siendo un caso de este tipo de gravedad es probable que esté detenido hasta que se realicen las pruebas fundamentales para determinar la responsabilidad en relación al delito", explicó el especialista.

Asimismo, detalló que "si se trata de un caso de abuso con penetración lo que establece el código penal es una pena de hasta 15 años de prisión. La más alta."

Consultado respecto de dónde se haría efectiva la detención, teniendo en cuenta que se trata de un adolescente, el letrado explicó: "Cuando se trata de delitos graves como éste, generalmente lo que ocurre en la práctica es que quedan detenidos en el Centro de Guarda, Custodia y Tratamiento para adolescentes infractores de la ley. Allí permanecen mientras se avanza con la investigación hasta llegar a la instancia de juicio. No se lo traslada a una cárcel de adulto". 

Esto último – según amplió - solo sucedería en caso de "que cuando cumpla 18, se realice un juicio, se establezca su responsabilidad y se disponga la censura de la pena, bajo la necesidad de cumplir con esa sanción en un centro de privación de libertad por X tiempo. Solo en ese caso, y luego de que cumpla 18 años, pasa al penal de adultos. Mientras tanto, queda detenido en el centro de menores". 

El adolescente fue acusado directamente por la niña, quien pudo contarle a su mamá que su primo la había atacado. En medio de una crisis de llanto, con sus prendas bajas y ensangrentadas, la pequeña mencionó el nombre del acusado y sostuvo: "Me metió el coso". El testimonio de la víctima y el material probatorio, que se recogió la misma noche del hecho, podría ser suficiente para avanzar en la causa. 

Así lo explicó el especialista: "En un caso de abuso sexual contra las infancias, la prueba física, si es que hubo penetración, es determinante y casi que decisiva". Asimismo, precisó que "el testimonio de una niña en el formato de Cámara Gesell, que es la modalidad que se establece para que pueda declarar un niño de esa edad con la orientación profesional" también es importante y "en muchos casos esa prueba es suficiente y alcanza para avanzar con la determinación de la responsabilidad " para dar paso a la condena correspondiente.

Más que un caso: una problemática social 

Si bien el caso generó conmoción y repudio entre la comunidad santiagueña, lo cierto es que los abusos contra las infancias son parte de una problemática social mucho más amplia, que golpea con fuerza a la provincia. Sobre este punto, Judith Anabella Abraham, Lic. en Psicología (Mp. 358) y especialista en prevención, detección e intervención en abuso sexual contra las infancias, en diálogo con El Liberal reflexionó: "Si bien no podemos decir que haya un incremento de este tipo de situaciones, porque no tenemos una estadística real de años anteriores o de tiempos pasados", lo cierto es que "es una problemática que se viene visibilizando con más fuerza en el último tiempo", puesto que "se puede hablar con mayor apertura y con mucho dolor, con una ruptura simbólica del que la padece; hay mayor apertura a buscar resoluciones, acompañar a las víctimas y a prevenir". 

"Las familias están más predispuestas a aceptar que esto puede acontecer en el interior de sus casas. Entonces, es una problemática a la que se le está poniendo mayor foco de atención y sobre la que se está mirando y hablando. Hay una mayor visibilidad de los casos", agregó.

Respecto del porqué se dan este tipo de conductas agresivas y abusivas contra los menores, la profesional sostuvo que, entre los múltiples factores, hay que reparar en el contexto actual de la hiperconectividad y la sobreinformación. "La sobreexcitación que tienen nuestros niños o jóvenes a raíz de los medios de comunicación o de la disposición absoluta que tienen del teléfono celular y la soledad con la que se enfrentan a ellos, son cuestiones que están presentes y que hay que considerar", sostuvo la licenciada, quien también es Coordinadora del área Adolescentes en conflicto con la Ley penal- dinaf.

Y sumó: "Lo pone bien sobre la mesa esta serie que está tan en boga, Adolescencia, que nos refleja el abismo inmenso en el que estamos parados frente a los jóvenes con sus teléfonos. Eso que pasa entre el joven, el niño y el mundo es algo sobre lo que tenemos total desconocimiento". 

"Hay un manejo o acceso a la información que no quiere decir que ellos estén capacitados a recibir o que tengan la formación o la maduración que se requiere para simbolizar todo ese contenido. Los afecta tremendamente, los impacta y los sobreexcita", subrayó. 

Consultada respecto de cómo reacciona una víctima de abuso o cuáles son las secuelas ante tal padecimiento, Abraham precisó: "Es una situación que produce un quiebre en la vida de la persona que padece este tipo de situaciones. Más cuando se trata de un niño, provoca un trauma, porque le es difícil encontrar palabras para simbolizar aquello que ha pasado con su cuerpo". 

"No obstante - continuó - son situaciones de las que con acompañamiento familiar, con psicoterapia, con un contexto que ayude, que aloje, que dé palabras a eso que ha pasado, se puede salir adelante. Y nosotros como sociedad tenemos que hacernos cargo de acompañar a esos niños que han pasado por este tipo de situaciones"

Además, la especialista hizo especial hincapié en que como sociedad debemos estar alerta para prevenir este tipo de situaciones y brindar ayuda a las víctimas. "Por lo general, los ofensores sexuales dan indicadores, señales de alarmas, pautas, pero comúnmente la familia no las puede ver, porque son situaciones que están instaladas en la misma dinámica familiar, amparados en la cultura machista y patriarcal", señaló.

En ese sentido, amplió: "Desde la experiencia que tengo, puedo decir que entre los abusadores hay un número bastante elevado que son jóvenes que han sido víctimas o testigos de violencia física, real o simbólica, hacia las mujeres y los niños de su casa. Donde el hombre es el eje que rige toda la dinámica familiar y donde el cuerpo o los cuerpos de las mujeres y niños que conviven en ese hogar pasan a ser objeto del goce de esta persona". 

"Entonces, son situaciones que trascienden de generación en generación, patrones que se aprenden. Familias en las que la resolución a los problemas no está mediada por el diálogo sino por la violencia y en donde la sexualidad es un tabú. Son situaciones que desde la familia es difícil verlo, porque tienen que ver con la dinámica misma familiar, pero sí desde el afuera, desde las instituciones, desde los lugares que habitan esos niños o jóvenes a temprana edad, se puede ir viendo cierto tipo de conductas e ir haciendo un llamado de atención acerca de eso", señaló.

Finalmente, Abraham dio detalles respecto de cómo se procede una vez detectado el abuso contra un menor, para asistir no solo a la víctima sino también al victimario: "Son situaciones que son abordadas desde el Estado mediante la aplicación de medidas socioeducativas, realizadas por un equipo intersdiaciplinario compuesto por abogada, trabajadora social y psicóloga", contó. 

Y sumó: "Dichas medidas apuntan a la implicancia subjetiva del adolescente que comete este tipo de delitos, se busca que logre interrogarse acerca de este acto y enlazarlo a su historia vital. Por lo general, cuando hay intervención de la justicia en articulación con el órgano administrativo, se dan buenos resultados y no hay reincidencia". "Por el contrario, cuando la justicia hace un paso al costado, es difícil legitimar la tarea del órgano administrativo y el hecho es negado, perjudicando no solo a la víctima (re-victimizacion), sino también al ofensor sexual, ya que queda expuesto a cometer nuevos hechos", cerró.

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