Por Eduardo Lazzari. Historiador.
El Golpe de Estado de 1976 - Antecedentes y Personajes (3ra. Parte) El Golpe de Estado de 1976 - Antecedentes y Personajes (3ra. Parte)
Las consecuencias de la violencia política transcurrida durante la década de 1970 fueron tan significativas que significaron el final de los golpes de estado en la vida argentina, a la vez que las tragedias desatadas han impregnado la vida nacional de una manera como pocas veces ocurrió en los doscientos quince años de existencia del país. El desorden en las calles, la crisis económica y la falta de respuesta por parte de las autoridades políticas, tanto oficialistas como de la oposición, parecieron dar justificación a la toma del poder por parte de las fuerzas armadas en 1976.
Una de las tareas que el oficio impone al historiador es tratar de contar los hechos en el contexto en que se producen, sin incluir los posteriores, porque es la forma de entender y comprender porque ocurrieron esos episodios. Con los eventos de 1976 es demasiado difícil ante la permanencia en el recuerdo de lo ocurrido posteriormente, y la necesidad de relatar hechos que en algunos casos repugnan a la humanidad y en otros resultan de difícil comprensión si no completa el cuadro contextual.
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Concluiremos hoy con los hechos que marcaron el inicio del período de gobierno militar más largo de nuestra historia, siete años y nueve meses, cuyo final puede ser considerado el inicio de un gran tiempo en que los argentinos vemos el camino hacia el progreso, algunas veces demasiado remiso, en el respeto a la Constitución y la ley, que desde hace ya 42 años es el camino que decidimos transitar como sociedad, a pesar de las dificultades y las adversidades que hemos atravesado.
El anuncio al pueblo del golpe de estado
Producida la detención de la presidente María Estela Martínez de Perón en el Aeroparque luego de su corto viaje en helicóptero desde la Casa de Gobierno, y tomado el poder por la Junta Militar, a las 3,21 hs. del 24 de marzo de 1976 se escuchó por todas las radios (sólo existían en todo el país unas decenas de canales de televisión que no transmitían por las noches) la cadena nacional emitió algo que merece ser recordado palabra por palabra: "Comunicado número uno de la Junta de Comandantes Generales: Se comunica a la población que a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta Militar. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones. Firmado: Jorge Rafael Videla, Teniente General, Comandante General de Ejército; Emilio Eduardo Massera, Almirante, Comandante General de la Armada; Orlando Ramón Agosti, Brigadier General, Comandante General de la Fuerza Aérea".
La Junta Militar tomó el control del país y recién el 29 de marzo procedió a tomar juramento a Jorge Rafael Videla como presidente y a su gabinete. Sería Videla el presidente de facto que más tiempo gobernaría en la historia nacional. Esos cinco días fueron testigos de grandes negociaciones y varios candidatos a ministros resignaron su postulación, como el caso de Cayetano Licciardo, a quien se ofrece la cartera de Economía y al no aceptarla sería reemplazado por José Alfredo Martínez de Hoz.
El destino de Isabelita
Busto que aún no ha sido colocado en la Casa Rosada
La presidente derrocada fue llevada detenida a la provincia del Neuquén, donde fue alojada en "El Messidor", residencia de descanso del gobernador, en las afueras de Villa La Angostura. Allí iba a permanecer varios meses, en condiciones bastante estrictas, que incluían la falta de calefacción durante el invierno, su aislamiento respecto del mundo exterior, y donde sólo fue asistida por Rosario Álvarez Espinosa, una española que la acompañaba desde los tiempos de la residencia "17 de octubre" en Puerta de Hierro. Para la custodia de la residencia se construyeron barracas que fueron el acantonamiento de centenares de gendarmes. Hoy se conservan como ruinas esas construcciones.
Allí comenzó su calvario judicial debido a los procesos que se le iniciaron, destacándose el que la acusaba de malversación de fondos por la Cruzada de Solidaridad, un plan de asistencia social de su gobierno. Hacia fines de 1976 fue trasladada a la base naval Azopardo en las afueras de Azul, donde se manifestó el delicado estado de salud de Isabelita, con crisis de pánico y angustia cada vez que era citada a declarar. Intentó suicidarse previamente a un duro interrogatorio de un juez. Fue condenada finalmente a ocho años de prisión por el depósito de un cheque oficial en su cuenta personal, mientras seguían otras causas judiciales.
Las internas entre Videla y Massera se laudaron con el retiro de ambos como comandantes generales, y la responsabilidad de la prisión de Martínez de Perón quedó en medio de una insólita negociación. Finalmente, el Ejército se hizo cargo y la ex presidente fue trasladada en octubre de 1978 a la quinta de San Vicente, propiedad de su difunto esposo Juan Domingo Perón que se hallaba en etapa sucesoria. Como curiosidad, es el lugar actual de sepultura del tres veces presidente y hay allí un nicho vacío previsto para la tumba de Evita, cuya familia se ha negado al traslado desde el Cementerio de la Recoleta de los restos mortales de la segunda esposa de Perón.
El Messidor, primera cárcel de Isabel
María Estela Martínez de Perón permaneció en San Vicente hasta julio de 1981, cuando cumplió las dos terceras partes de su condena, que había sido reducida en seis meses por la Corte Suprema de Justicia. El día de su cumpleaños 50 fue absuelta de las causas judiciales pendientes. Una vez liberada viajó inmediatamente a Madrid, donde se radicó, y esporádicamente volvió al país. Como símbolo de algo más de cuatro décadas de democracia Isabel, junto a Arturo Frondizi y Raúl Alfonsín, iba a convertirse en protagonista de la última fotografía de todos los presidentes constitucionales vivos el 10 de diciembre de 1983. Es horrible que una foto similar no haya sido posible posteriormente.
Para los historiadores y para la historia nacional sigue siendo una pena el largo silencio que se ha impuesto María Estela Martínez de Perón, una digna actitud pero que nos impide conocer la veracidad de testimonios que sería importante confirmar o desmentir. Isabelita sigue viviendo en Madrid a sus 95 años. Vale destacar que fue Isabel el primer mandatario que más tiempo pasó en prisión de toda la historia: cinco años y cuatro meses.
El Estatuto del Proceso
Fue tan extenso el período de preparación del golpe de estado de 1976, que al momento de tomar el poder el 24 de marzo ya estaba redactado un estatuto de características supraconstitucionales que rigió la vida del país casi ocho años. La intención fue darle un marco "institucional" al gobierno de facto que se pensaba perpetuo o al menos por algunas décadas. No es ajeno a esta intención de permanencia en el tiempo el hecho de que el golpe de estado haya sido el más largo de la historia desde la sanción de la Constitución de 1853.
El mismo 24 de marzo los jefes militares sancionaron el Estatuto para la Reorganización Nacional, que constaba de 15 artículos que modificaron la estructura del Estado y del gobierno. En primer lugar, la Junta Militar fue constituída como órgano supremo del Estado. Se atribuyó a sí misma la designación del presidente, y la potestad de destituir y nombrar a los jueces nacionales, incluyendo a la Corte Suprema de Justicia, además de concentrar en ellos mismos varias de las funciones del Poder Ejecutivo según la Constitución.
El Estatuto creó la Comisión de Asesoramiento Legislativo formada por tres oficiales de cada fuerza, en reemplazo del Congreso Nacional, aunque la decisión final sobre las leyes a sancionar recaía en el presidente. Quizá la frase más brutal de este cuerpo legal de facto es la siguiente: "Los Gobiernos Nacionales y Provinciales ajustarán su acción a los objetivos básicos que fije la Junta Militar, al presente Estatuto y a las Constituciones Nacional y Provinciales en tanto no se opongan a aquellos", es decir que se estableció un marco jurídico por encima de la Constitución. Las decisiones de la Junta Militar se tomaban por simple mayoría y eso hizo que la alianza de Videla con Agosti provocara severas crisis con Massera, que obligaron a modificaciones en este Estatuto y el retiro de todos los comandantes en 1978.
La concreción del Campeonato Mundial de Fútbol que ganó la selección argentina no fue óbice para que las crisis políticas en la Junta Militar menguaran, debido a la ambición de Massera, quien pretendía la presidencia, algo resistido por los mandos de las otras fuerzas. En 1978 quedó determinado el período de los comandantes de las fuerzas armadas en tres años, y la Junta Militar se instaló en el Congreso Nacional, atribuyéndose entonces la potestad legal del Estado en forma simbólica. Se establecía en tres años el mandato presidencial de facto, lo que hizo que Videla viera limitada su presidencia hasta 1981.
San Vicente, tercera cárcel de Isabel
Para que quedara claro quien mandaba, se ordenó este procedimiento para sancionar leyes no consensuadas: "Para los casos de disidencia entre el Poder Ejecutivo Nacional y la Comisión de Asesoramiento Legislativo, aquél sancionará y promulgará el proyecto calificado como de Significativa Trascendencia, según lo resuelto por la Junta Militar". Este cuerpo legal rigió hasta el 10 de diciembre de 1983, y aún hoy tiene consecuencias jurídicas y políticas en el país, como por ejemplo que la distribución de diputados nacionales sea la que estableció el último presidente de facto, general Reynaldo Bignone, que no cumple con los preceptos constitucionales y que hasta hoy no ha sido modificada, significando una violación flagrante de la Carta Magna. Como dice un antiguo dicho inglés, los viejos pecados siguen proyectando largas sombras.