Educación: Argentina lidera en matrícula, pero crece la brecha entre escuelas públicas y privadas

Aunque la Argentina encabeza el ranking de matrícula neta en el nivel secundario en América Latina, con un 94% de los adolescentes escolarizados, se convirtió en el único país de la región donde aumentó la brecha socioeconómica entre escuelas estatales y privadas. Así lo revela un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación que, a partir de datos de las pruebas PISA 2012 y 2022, analizó el nivel de segregación escolar en siete países del continente.

Mientras que países como México, Chile y Brasil lograron reducir considerablemente las diferencias socioeconómicas entre estudiantes de ambos sectores educativos, Argentina registró un aumento del 26% en la segregación, lo que evidencia una creciente distancia entre alumnos de distintos contextos sociales. El fenómeno contrasta con los avances en integración observados en Uruguay, Perú y Colombia, donde si bien la reducción fue más leve, las brechas se mantuvieron estables o decrecieron.

Según el informe, la migración de estudiantes con mayores recursos hacia la educación privada es una de las principales causas del fenómeno en Argentina. Este desplazamiento se ve influenciado por factores como el deterioro del sistema público, los conflictos docentes y la percepción de mejor calidad educativa en el ámbito privado. En promedio, la segregación escolar en América Latina fue del 23% en 2022, frente al 5% que reportan los países de la OCDE.

Especialistas advierten que la segregación escolar no solo profundiza las desigualdades estructurales, sino que también empobrece la experiencia educativa al limitar la interacción entre jóvenes de distintos orígenes. "En lugar de promover una mayor inclusión, la expansión de la matrícula ha derivado en aulas cada vez más homogéneas", señaló Sandra Ziegler, investigadora de Flacso. Cecilia Adrogué, del Conicet, ve en el descenso de la natalidad una oportunidad para fortalecer la escuela pública y frenar esta fragmentación.

Natalia Krüger, investigadora de la UNS y el Conicet, advirtió que sin políticas activas para revertir esta tendencia, la educación no podrá ser un verdadero motor de igualdad y cohesión social. "Al socializar en burbujas socioeconómicas, los estudiantes se ven privados de aprendizajes clave para la vida en comunidad. La integración debe ser una prioridad en la agenda educativa regional", concluyó.