Bullying: "Los adultos deben poner atención a los cambios abruptos y notar las reacciones"

El bullying es un comportamiento prolongado de abuso y maltrato que sufren especialmente los niños en los ámbitos comunes con sus pares, comúnmente en el escolar, que se caracteriza por el desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima, y puede incluir daños físicos y psicológicos.

Las consecuencias son impredecibles, incluso, muchos adultos sufren trastornos que se manifiestan en la adultez.

En cuanto a cómo se puede advertir en el hogar cuándo un chico es víctima de esta violencia en la escuela, la licenciada en psicología Emily Azar, enfatizó que "los adultos deben poner atención a los cambios abruptos, notar las reacciones que tienen al volver de la escuela o qué dicen antes de ir a la escuela, porque hay señales inequívocas".

"Debe llamar la atención cuando el niño manifiesta dolor de panza; no querer ir a la escuela; no invita o no querer ir a jugar con otros compañeros, por ejemplo", puntualizó.

Explicó que una situación muy común "es encontrar que con frecuencia vuelven con menos útiles de los que llevan o con las carpetas y cuadernos rotos", y que también se debe "observar si hay apatía, si tienden a aislarse, a no hablar, y los cambios grandes, como la preocupación excesiva por el cuerpo".

"Lo primero es reconocer o entender lo difícil que es para un niño contar estas cosas, por ello deben recibir un apoyo incondicional. Se deben evaluar los retrasos o las dificultades en la escuela, tratar de buscar la evidencia de lo que los chicos dicen, no como un modo de descreimiento, sino para saber para que cuando se deba hablar con las autoridades, se tenga instrumentos suficientes", amplió.

Recomendó al detectarse que el niño está siendo víctima de bullying, "no callarse, avisar en la escuela, porque a veces, ese mismo agresor puede estar también agrediendo a otros".

"Es importante llevar al hijo a la atención profesional, para trabajar sobre la valía y fortalecer las cuestiones internas, porque el bullying tiene que ver con el impacto que causa lo que el agresor hace o la palabra que emplea en relación a la crítica al cuerpo. Hay que contener primero, y transmitir el amor incondicional hacia el hijo, independientemente de la crítica", dijo.

En adultos

La licenciada Azar, que aborda esta problemática con personas adultas, dijo que quien al ser niño sufrió bullying, sufre consecuencias "que pueden ser grandes", teniendo en cuenta que "durante mucho tiempo, todos los días estuvo sufriendo la misma agresión".

"Una persona que todos los días está siendo agredida de la misma manera en un entorno específico como el escolar o el cibernético, padece todos los días en su mente, que está en trauma porque se trata de un hecho inesperado que entra en el siquismo de una manera abrupta, una situación de ansiedad, de sorpresa negativa, que lo lleva a estar en un estado de hipervigilancia continuo", explicó.

Y amplió: "Esa persona que está todo el día pensando qué le van a decir, qué le van a hacer, o cómo le van a decir, padece un estrés continuo. Entonces, en la adultez, la persona que ha cargado durante mucho tiempo un mote con el que fue agredido, padece en muchísimos casos una distorsión de su imagen corporal".

"Así uno se encuentra en el consultorio con personas que no quieren ponerse un determinado tipo de ropa, no quieren usar anteojos, no quieren vestir ciertos colores, no quieren llevar su cuerpo hacia otros lados", reveló.

Una vulneración de los derechos de la infancia

El bullying o acoso escolar es la violencia repetida entre pares, en la que uno o más individuos hostigan o maltratan a otro.

Se caracteriza por el desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima, y puede incluir daños físicos o psicológicos. Se trata de un fenómeno escolar, ya que sucede o se inicia dentro de la escuela.

Las situaciones de bullying implican una forma de discriminación por motivos como características físicas, orientación sexual, nacionalidad, condición socioeconómica, creencias religiosas, discapacidad, entre otros.

El bullying es una vulneración de derechos de la infancia y la adolescencia, y representa un factor de riesgo para el desarrollo psicosocial de las víctimas.

Esta naturalización de la violencia tiene efectos negativos en la víctima, en el agresor y en los espectadores

El acoso escolar tiende a naturalizar la violencia, la crueldad y la injusticia, y tiene efectos negativos en la víctima, en el agresor y en los espectadores.

Para los agresores:

* Dificultad para establecer relaciones saludables.

* Tendencia a desarrollar una personalidad con poco control sobre la agresión.

* Propensión a involucrarse en conductas antisociales o delictivas.

Para las víctimas:

* Autoestima baja y falta de seguridad.

* Ansiedad e inestabilidad emocional.

* Trastornos de sueño y de la alimentación.

* Dolores de cabeza y agotamiento físico.

* Disminución en el rendimiento académico.

* Aislamiento y problemas para socializar.

* Desmotivación y desinterés.

Consecuencias para los espectadores:

Las principales consecuencias para los espectadores son:

* Insensibilidad ante las agresiones hacia sus compañeros y normalización de la violencia.

* Desarrollo de pasividad frente a situaciones de injusticia.

* Comportamiento inestable, ya que en ocasiones apoyan al agresor y en otras pueden ser aliados de la víctima.

* Culpa por no intervenir.