Piezas metálicas de autos, motos, relojes, heladeras, llaveros, monedas y motores en desuso son la materia prima que utiliza el joven artista que vive en Las Termas. Elaboró una colección de diez guitarras eléctricas que fusiona arte, música y sustentabilidad. Vendió obras a EE.UU., Nueva Zelanda y Escocia.
Un escultor santiagueño maravilla al mundo con sus guitarras insólitas Un escultor santiagueño maravilla al mundo con sus guitarras insólitas
El Scrap Art, esculturas realizadas sobre la base de chatarra, tiene en el escultor santiagueño Andrés Lemos a un conspicuo discípulo. Las guitarras que hizo con piezas metálicas de autos, motos y relojes, entre otros elementos reciclables, se exhiben por el mundo.
La belleza de esta obra fue expuesta en el Nuu Muse Gallery de Dallas, Estados Unidos, en el Museo María Kodama, en el Museo de Arte Popular José Hernández. Además, vendió sus trabajos a Inglaterra, Alemania, Francia, Bélgica, Escocia y Nueva Zelanda.
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En el mítico espacio del Hard Rock Café, de Puerto Madero (Buenos Aires), este joven nacido en Mendoza y criado desde pequeño en Las Termas de Río Hondo, donde vive y tiene su atelier en su propia casa, presentó una colección de diez guitarras.
En el lanzamiento de estas guitarras eléctricas fue Catriel Guerreiro, conocido como Ca7riel, quien quedó maravillado con la obra de Andrés.
Obtuvo uno de esos instrumentos hechos con materiales reciclados que hoy incluye en sus giras.
Para felicidad de Andrés, el creador de la banda Ca7riel y Paco Amoroso y Barro la mostró por primera vez en el concierto que dio en el Movistar Arena. Y así lo hará cuando se presente en Perú, Ecuador, Colombia y España.
EL LIBERAL habló con este joven que hace arte con lo que la gente desecha, desde piezas de autos hasta de bicicletas, monedas, candados y tantos otros elementos que Andrés desempolva, les da vida y convierte en verdaderas obras de artes.
Autodidacta en estado puro, Andrés abrevó de su abuelo Julio y de su tío Julio Andrés el amor por el oficio de la artesanía del metal. A sus 20 años comenzó forjando cuchillos con su abuelo y hoy, a los 35, es un referente del Scrap Art en la provincia.
"Mi familia se dedica a la artesanía. Ellos se dedican a hacer cuchillos. Viendo el trabajo que hacía mi familia aprendí a trabajar las manos, el oficio, a usar herramientas, ahí se fue dando todo de a poco", sostuvo Andrés a EL LIBERAL.
Al legado familiar sumó estudios por cuenta propia. "Soy un autodidacta. Esto te tiene que gustar mucho para que uno lo haga. Tengo cono cimientos avanzados sobre esculturas porque me formé de manera independiente. No fui a ninguna academia", dijo.
El músico y el escultor
La música es una pasión que Andrés abrazó desde siempre. Al no poder seguir como músico se dedicó más a formarse como escultor. "Me preguntaba sí que podía hacer para mezclar las dos cosas. Y así surgió la primera idea de hacer una guitarra", evocó.
Con consejos brindados por un luthier de Las Termas, se encaminó para hacer esa primera guitarra Le llevó un año lograr la excelencia de ese instrumento de cuerdas para que "suene bien, no sea tan pesada", remarcó a EL LIBERAL.
Logrado el objetivo inicial, posteriormente llegó la colección de diez guitarras que expuso en el Hard Rock Café de Buenos Aires, acto al que asistieron desde Manuel Wirtz hasta guitarristas de Los Abuelos de la Nada y de Hermética.
A partir de entonces, Andrés reescribió su historia como escultor, como ese artista que desde siempre buscó una identidad propia para hacer arte con chatarras. Con una estética más mecánica, Andrés se coronó de gloria al encontrar su estilo propio.
Exposición en EE.UU.
El músico que dejó a un lado, comenzó a florecer el escultor. Y lo hizo con un elemento significativo de los músicos, la guitarra. Había logrado mixturar sus dos pasiones, trabajos que hoy trascendieron Las Termas para instalarse en el mundo.
"Eso se dio a través de las redes sociales. En Facebook empecé a subir algunas cosas que hacía y, de repente, un tipo de Inglaterra, después de EE.UU. y luego de Francia, se interesaron en mi trabajo que hoy está también en Escocia y Nueva Zelanda", contó. "Yo siempre digo que soy un trabajador. Es un oficio y lo hago porque me gusta. Hubo épocas en que trabajé menos y otras más, pero siempre lo he seguido haciendo porque es una pasión que va más allá del dinero y del reconocimiento", reflexionó.
El Arte genera arte y Andrés lo sabe
Mientras diseña para una fundación "dos esculturas grandes", de las que aún no puede dar detalles por una cuestión de confidencialidad, Andrés disfruta de su presente y no para de generar proyectos. Aunque revela que esos nuevos trabajos formarán parte de museo a cielo abierto, remarcó: "El camino de la escultura me atrapó".
-Dicen que el arte genera arte. En tu caso, ¿se da esta premisa?
Un poco la idea para hacer la guitarra eléctrica fue esa, hacer una escultura, una obra de arte que la puedan tocar y generar una obra musical. La idea era hacer una obra de arte que genere más arte. Generalmente, a las obras de arte no se las puede tocar, se las tienen que mirar de lejos. En este caso, no es así porque podés tocar y usar a la guitarra.
-¿Cómo lograste conectar, a partir del Scrat Art, con el común de la gente y con tus colegas?
Quien tiene conocimiento de trabajar con chatarra, con material reciclable, queda impresionada con los objetos que uso, las piezas. Esa es la magia de las esculturas más contemporáneas. Las esculturas con material reciclable llaman la atención por eso.
-¿Cómo te provees de los elementos?
Antes las iba a buscar y, ahora, de vez en car y ahora me lo trae. Y estoy muy agradecido por eso.
-¿Cuánto crees que contribuye al cuidado del medio ambiente todo lo que haces?
Reciclar siempre contribuye al cuidado del medio ambiente, que es la única casa que tenemos. Es positivo reciclar y ayudar al medio ambiente. Lo que hago es impactante, visualmente interesante y por eso reciclarlo de esa manera está bueno.
-¿Cuánto de jugar, de experimentar, de prueba y error tiene el arte que realizas?
Tiene mucho de prueba y error. Si bien, por ahí, las cosas me salen un poco más rápido, pero siempre hay que modificar cosas. Las piezas que uso no siempre son iguales. Se presentan problemas y desafíos nuevos. Hay que estar improvisando todo el tiempo. Pero, la idea siempre es jugar y tratar de divertirse con esto.
-¿Cuál o cuáles son los nuevos desafíos que te propones después de las guitarras?
He hecho otras cosas, como un saxo. Y también tenía la idea de hacer un piano. Son muchos proyectos. Uno siempre tiene ganas de estar innovando. El camino es muy amplio, no termina solo con esto si no es lo que la imaginación permite.
Desde un flamenco rosado de dos metros hasta una escultura a escala real de Michael Jackson
El luthier termeño, además de la colección de diez guitarras fabricadas con piezas metálicas, también hizo un flamenco de dos metros todo rosado-, un bulldog francés de 40 centímetros de largo por 35 centímetros de alto, un gato de piezas recicladas de autos y motocicletas, un caballo con treinta mil puntos de soldadura, un puma de doscientos kilos que reutiliza monedas argentinas de las décadas del sesenta y hasta una patente de 1940, un tablero de ajedrez mecánico en el que los reyes son turbos y los peones, bujías, una escultura a escala real de Michael Jackson con un rostro dibuja do por 500 tuercas de un cuarto de pulgada.