En octubre pasado, Mauro Acosta fue interceptado con mercadería de contrabando en Pellegrini. En noviembre descubrieron que también llevaba cocaína. Su "socio" (Fabio Nicolás Palomino) está preso y él "desapareció" del mapa. Ahora, redadas y una fiscal proveyó investigación paralela al Federal.
Cierran cerco tras comerciante prófugo y "pegado" a ingreso de $ 270 M. en cocaína Cierran cerco tras comerciante prófugo y "pegado" a ingreso de $ 270 M. en cocaína
La Justicia federal allanó dos propiedades de un comerciante prófugo desde el 12 de noviembre de 2024, al descubrirse 9 kilogramos de cocaína celosamente camuflada en dos coches, y ahora salió a la luz una previa investigación de la Unidad de Narcomenudeo, basada en videos, fotos y vigilancia no invasiva.
El individuo es Mauro Acosta, a quien el juez Federal, Guillermo Molinari, y el fiscal, Pedro Simón, le enrostran cargos por "transporte de sustancias estupefacientes" y "encubrimiento de contrabando en la modalidad de recepción".
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La historia comenzó el 12 de octubre pasado. Los policías interceptaron dos autos en El Mojón, Pellegrini. Emergieron en escena Fabio Nicolás Palomino, del Bº 750 Viviendas y Mauro Acosta, del Siglo XXI. Habrían arribado en dos coches desde Aguas Blancas, Bolivia, repletos de artículos para venta: ropa y electrodomésticos, lo dominante, valuados en $ 15 millones.
El 12 de noviembre, el equipo de oficiales de la Policía Federal concurrió al predio del Escuadrón 59 "Santiago del Estero" de Gendarmería con el perro "Yana". Hallaron 9 kilos de cocaína acondicionada en los torpedos. Palomino fue detenido en su casa y Acosta huyó de la provincia. La droga representaba un avalúo de $ 250 millones.
En diciembre, Molinari dictó el procesamiento con prisión preventiva y el embargo de $ 1 millón para Palomino. Cinco meses después, la Federal allanó locales comerciales propiedad de Acosta en ruta 1. También, allanó una casa en el Bº Mariano Moreno.
El golpe federal habría sido precedido por una paciente vigilancia, con fotos, videos y hasta policías apostados cerca de sus familiares directos.
Justamente, esas fotos decidieron al Federal a dar el gran zarpazo, optimista en que Acosta haya reaparecido de la clandestinidad, quizá falto de liquidez, o bien incapaz de atender cuatro frentes: la ansiedad y terror a la lengua de Palomino, jaqueado por la Federal soplándole la nuca, sin aliados ni aguantaderos y su familia, "taladrándole" la cabeza para entregarse.
Otra fiscal lo investigaba por sus viajes, con ropa, a Bolivia
La fiscal de Narcomenudeo, Victoria Ledesma, habría enviado al Juzgado Federal un compilado de una investigación que impulsaba en contra de Mauro Acosta, antes de su caída con los coches "gorditos" de contrabando.
Pese al hermetismo general, se supo que la Fiscalía montó un año de vigilancia y habría detectado, documentado, numerosos viajes de Acosta hacia el vecino país de Bolivia: en algunos, acompañado por una novia más joven que él.
Coincidentes con el "olfato" Federal, también el primer proceso situaba a Acosta en dos viviendas fuertes: en el Bº Mariano Moreno y en el Siglo XX, cerca de la Seccional 51.
Defensa de Palomino objetó "requisa" y "control"
Por otra parte, los abogados de Palomino, Luis Barraza y Carlos Ríos López, plantearon la nulidad "en el procedimiento de la requisa de los dos autos y falta de control…".
En primera instancia, el juez Federal desestimó la presentación y los apelantes ahora acudieron ante la Cámara de Apelaciones de Tucumán. Allí, formularon sus agravios y el tribunal pasó a analizar el recurso y después resolverá.
