El anfitrión y el presunto homicida desaparecieron. Quedaron dos amigos para hacerse cargo de un brindis que acabó en muerte.
Dos romaníes pegan el faltazo y el homicidio de "Pausita" destila odio y un pacto de silencio Dos romaníes pegan el faltazo y el homicidio de "Pausita" destila odio y un pacto de silencio
La ausencia de los gitanos Sergio Cristo y Amadeo Claudio Etchemendi restó dos eslabones cruciales al prólogo del juicio, a 5 años del asesinato de Marcelo Alejandro "Pausita" Costas (foto), masacrado a puñaladas y patadas en La Banda, para muchos, propio de un ajuste de cuentas con impronta romaní.
"Pausita" fue muerto 6 o 7 de septiembre de 2020 en La Banda. Luego, su cuerpo ha sido descartado en el paraje Cuatro Horcones, en un brazo del río, envuelto en una frazada. La autopsia confirmó 5 cuchilladas, fractura en una vértebra de la columna cervical, golpes con palo o patadas, pérdida del incisivo superior y hematomas. Causa de muerte: shock hipovolémico por una herida punzo-penetrante que perforó un pulmón.
Así lo subrayó en los alegatos de apertura el equipo fiscal: Hugo Herrera, Flavia Torres e instructora Nieves Bravo. "Homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso de dos o más personas" es la imputación, reprimida con perpetua. La querella es potestad de Melissa y Mirko Slamich.
Del banquete, a la sangre
El 6 o 7 de septiembre "Pausita" arribó de su pueblo, Suncho Corral, (Juan Felipe Ibarra). Llevó de regalo un cabrito a sus "amigos" y lo asaron en la finca de Cristo (foto), a la vera de la ruta 51. El 6 "Pausita" había cumplido 33 años.
Eran días de pandemia. En la siesta, todos se retiraron. Inclusive, Cristo y su familia que se trasladaron a su otra casa. Cerca de las 19 "Pausita" volvió a la finca, pero esa vez se reunió solo con Etchemendi (foto), Oliva y Díaz.
¿Que pasó? De la verdad parece supeditar la paz mental y seguridad, de Oliva y Díaz. Gritan su inocencia ante la defensora, Cecilia Pinto, pero su coartada tiende a volatilizarse: casualmente, ninguno sabe por qué estalló la ira en Etchemendi, menos cómo lo asesinó.
Hay una corriente policial que sugiere otra hipótesis. Todos los protagonistas tenían antecedentes. Algunos más picantes que otros. El "cónclave" de los prontuariados era para "finiquitar" detalles de un golpe. O la excusa. En un momento, Etchemendi facturó a "Pausita" una considerada traición. Lo atacó a puñaladas y el resto eligió un bando: el de Etchemendi.
Con "Pausita" fuera de escena, sobrevino el desbande masivo. El grupo romaní viajó a Santa Fe por "negocios". Según las verdades a medias del grupo, Etchemendi persuadió al resto para entregarse, pero cuando llegaron los policías faltó a la cita. Ahora, Cristo desapareció de escena, dejando a su abogado, César Barrojo, desconcertado y quizá para hacer frente a una millonaria fianza.
Cristo, "rebelde" con causa y, quizá, preso en Paraguay
En el comienzo del juicio, la ausencia de Cristo alteró el esquema general del tribunal. Su abogado sugirió que tal vez esté preso en Paraguay (¿?). El gitano enfrenta cargos por una "participación secundaria" del brutal asesinato. Los restantes, coautores del mismo.
Luego, la defensa de Oliva solicitó la suspensión del debate, pero la querella y la Fiscalía bregaron por lo contrario. Los Slamich manifestaron que transcurrieron muchos años y la familia de la víctima aguarda justicia.
Acto seguido, el tribunal declaró a Cristo en rebeldía y ordenó su detención y que el juicio continúe. Entonces, los fiscales formalizaron su alegato de apertura. Y declararon varios testigos. Juan Ramón Ion, un tabiquero que halló el cuerpo. Después, hizo lo propio su hijo, Remigio Rubén; el policía, Mario González y Sergio Miguel, cercano a Cristo.
Debates hasta el 21
Las audiencias están previstas hasta el 21 de marzo. Desfilarán más de 20 testigos, en especial funcionarios policiales. En un juego de desatinos curiosos, hay un testigo que no podrá declarar, ya que se encuentra detenido en la provincia de Córdoba.
Silenciosos, Oliva y Díaz no descartan declarar. Motivos les sobra. En el peor escenario, los espera la prisión perpetua. En el más leve, una condena cercana a los 10 años, enfatizaron los expertos.