Especialista recomienda que el regreso a la actividad escolar sea de un modo "progresivo y acompañado para no sobrecargar a los niños que vienen de un ritmo más relajado".
Vuelta a clases: mirá cómo las familias pueden impulsar el éxito educativo de los estudiantes Vuelta a clases: mirá cómo las familias pueden impulsar el éxito educativo de los estudiantes
Miles de niños, adolescentes y jóvenes regresarán este miércoles a las aulas, poniendo fin al largo receso de verano y dando inicio a un nuevo ciclo lectivo. Un tiempo marcado por el cambio de rutina, y la expectativa por los entornos escolares y por el aprendizaje.
"La vuelta a clases tiene una implicancia importante en el ritmo de vida familiar y social; se trata de un volver a acomodarse a horarios, útiles, mochilas, entre otras cosas, y que encierran numerosas expectativas en los estudiantes y familias", según plantea la Lic. Valeria Villavicencio (MP 115), psicopedagoga, magister en Neuropsicología.
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La profesional advierte que "este tiempo de regreso se puede definir como una experiencia enriquecedora o traumática, según como la vivamos", por lo que "las familias cumplen un rol fundamental a la hora de potenciar las capacidades y adaptación de nuestros estudiantes".
"Lo que se recomienda es que el retorno sea progresivo y acompañado para no sobrecargar a los niños que vienen de un ritmo más relajado. Todo cambio de rutina exige readaptarnos y reorganizarnos a un nuevo orden", puntualizó.
Añadió la licenciada Villavicencio que "volver a la escuela implica el fin de las vacaciones, el tiempo de juegos, descansos para volver a la rutina, los horarios y las obligaciones. Por lo tanto, genera sentimientos múltiples y muchas veces ambivalentes, donde conviven emoción y tensión. Los adultos y padres de la casa pueden acompañar y contribuir para que este inicio se desarrolle lo más satisfactorio posible".
Desde la experiencia como profesionales psicopedagogas que acompañan las trayectorias escolares, la licenciada Villavicencio ofreció sugerencias para el acompañamiento al regreso de clase:
Organización de actividades con horarios. Es importante planificar y organizar de manera conjunta un cronograma que sea visible para toda la familia, de tal manera, que tener un refuerzo gráfico que sea orientador para sostener la responsabilidad en el cumplimiento de la rutina.
Establecer rutinas de descanso, de alimentación, de uso momentos de estudio y de ocio. Es importante que las mismas sean dialogadas con los niños y controladas por los adultos para lograr un adecuado descanso.
Actitud positiva. Transmitir a los hijos que la escuela es un lugar privilegiado para aprender da sentido e incrementa el deseo del estudiante.
Estar atento al comportamiento de los estudiantes. Es importante observar y conversar de cómo le va en este inicio sus expectativas, temores, dudas,y las sensaciones que volver a clases les plantea, etc ya que el proceso de adaptación y ajuste puede variar en cada persona.
Retomar la restricciones y control para uso de tecnologías.
Espacio y materiales para aprender. Es de suma importancia para facilitar las tareas escolares y reforzar el habito de estudio, disponer de un lugar en casa para el estudio, un espacio que sea acogedor, con buena luz, alejado de los distractores (tv, calle, etc). Del mismo modo es bueno prever que se tenga los materiales necesarios, tales como útiles básicos, cercanía a libros, diccionarios, revistas para recortar (para los mas pequeños) etc.
Pedir a los chicos que organicen y ordenen su mochila y uniforme. Con esto se estará inculcándole importancia que tiene su presentación y aseo personal.
La educación se inicia en la familia y continúa en la escuela
"La educación tiene por fin constituir un individuo y socializarlo, y eso se hace primero en familia. Ahí se aprenden los organizadores básicos: tiempo, espacio, límites, normas, hábitos y valores.Si el niño llega a la escuela sin socializarse y sin los organizadores básicos, no puede posicionarse como alumno.
Si no aprendió a esperar su turno, a respetar al otro, a convivir bajo la idea de que el compañero es un semejante, a hablar en vez de gritar, a pedir en vez de sacar, al docente le costará muchísimo construir un espacio áulico donde el enseñar y el aprender sean una posibilidad.
Los organizadores básicos se aprenden en los primeros años de vida, cuando los principales educadores son los padres, a lo que hay que sumar el impacto de los medios de comunicación, la tecnología acercada demasiado a edades tempranas y la presencia de educadores de guarderías y maternales, dado que bebés y niños se institucionalizan más temprano.
Para decirlo de otra manera: a la escuela tiene que entrar un niño-alumno y esa condición no la dan la inscripción, ni el guardapolvo, ni el uniforme, ni la mochila.
Tenemos inscriptos porque la escolaridad es obligatoria, pero aprender no lo es. Ser alumno es una posición sustentada en el deseo de apropiarse del saber.
Frente a esto, es imperioso renovar el contrato, y eso implica reconocer que la alianza escuela-familia tiene dificultades: interpelaciones, acusaciones, desconfianza, demandas cruzadas, pérdida de identidad, desresponsabilización.
Escuela y familia tienen estructura, organización y prácticas diferentes, pero lo que deberían sostener es un objetivo común: colaborar en la construcción de generaciones saludables, pensantes, críticas y comprometidas con lo social, protagonistas positivas de la época en la que les tocó vivir.
La experiencia de ir a la escuela tiene seguramente, una diversidad de connotaciones, según las vivencias y expectativas de cada uno, sean niños, padres, docentes. Para algunos, será el momento de retomar la rutina, de volver a la realización de actividades que se van sucediendo como sin saber para qué sin otorgarle un sentido que oriente y desafíe el diario devenir, simplemente un momento más. Para otros, será el momento de reencuentro, con aquellos que transitan a la par en el día a día, aquellos rostros que suscitan sentimientos y emociones diferentes por el hecho de compartir la tarea de aprender.
Es nuestro gran desafío trabajar para que los niños sean alegres, felices y logren compartir y disfrutar de la escuela. Que los NN y A tengan una mirada más positiva de la escuela y le encuentren un sentido, una utilidad, también depende de todos.