Por Gustavo Marangoni. Analista político. Especial para EL LIBERAL.
El Libragate le va a seguir dando dolores de cabeza al gobierno El Libragate le va a seguir dando dolores de cabeza al gobierno
La Asamblea Legislativa, desde el punto de vista conceptual del discurso, no dejó demasiada tela para cortar, más allá de lo que puede definirse como chicanas a la oposición cuando habló de "Unión por la plata", o el propio episodio Manes, al que solamente se puede plantear que tuvo como dos aristas. Una, la planificada por el presidente, que dice algo, de cierta elección de adversario. Y la otra, la improvisada por Santiago Caputo, que de alguna manera fue como un error no forzado, porque fue opacar la escenografía que había preparado Milei para su mensaje, con un episodio casi de pugilato.
Volviendo al tema del mensaje, no deja ningún anuncio de relevancia, más allá de la decisión de enviar al Congreso un acuerdo con el Fondo que no se precisó ni en el tiempo ni en el contenido, entonces allá habrá que esperar. Y en lo que refiere a la puesta en escena de la Asamblea Legislativa, por un lado, es una mecánica como la que utilizan todos los presidentes, donde cada uno dice lo mal que recibió el país, lo mucho que hizo en poco tiempo y lo bueno que va a ser todo si se continúan estas políticas. Pero lo que le daba una característica particular ayer era que, al estar prácticamente vaciado de la oposición, lo que se podía observar en las pantallas finalmente era como un espectáculo de mucha autocelebración y autocondescendencia. No sé si es un elemento que le pueda ser de gran utilidad al gobierno como un episodio de cara a la campaña, más allá de que al periodismo, a los analistas, nos permite tomar algunas de las pistas por las que el gobierno va a hacer transitar su narrativa en este año electoral, culturalmente contra el kirchnerismo. Pero después, me parece procurando dividir a la oposición, que es donde a lo mejor habría que encuadrar el hecho de Manes, que quizás le convenga o le pueda ser de utilidad una candidatura en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, porque dentro de los cálculos que puede hacer el oficialismo es que ese votante es muy difícil que concurra en algún momento a una opción del oficialismo.
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Criptogate
Desde el evento de la criptoestafa o de la criptomoneda o del criptogate, el gobierno creo que busca la clásica estrategia de tratar de cambiar de tema con otros temas que sean fuertes o ruidosos: la designación de los jueces de la Corte, por ejemplo. Pero me parece que el que cuadra más es la suerte de propuesta, de intervención de la provincia de Buenos Aires, a Axel Kicillof, por la inseguridad. Creo que en el reflejo de los medios de comunicación, de los portales, de los diarios impresos, esa decisión de amenazar a Kicillof con una eventual intervención se terminó ganando el título mayor, aunque no hizo desaparecer el tema $Libra, sobre todo en la semana en que el New York Times lo había llevado como un issue para ser analizado.
Sin duda que el "Libragate" le va a seguir dando dolores de cabeza al gobierno, pero hasta el momento lo viene administrando de manera tal que puede calificarse más de raspón que de herida profunda. Habrá que ver si las próximas semanas, en el caso de que haya novedades, termina siendo de esa manera.
Después, lo que queda de la Asamblea Legislativa son otras cuestiones que ya estaban también descartadas, que se mantiene el freezer para la vicepresidenta Villarruel y que el kirchnerismo va a llevar adelante una posición muy frontal, muy dura, como se pudo ver con la ausencia en el recinto.