Con 13 tantos, el equipo de Omar De Felippe es el más goleador de las primeras seis fechas del Apertura. También es el de mejor diferencia de goles (+8) y el único que pudo marcar en todos los partidos.
Si quieren goles, vengan a ver a Central Si quieren goles, vengan a ver a Central
El gol es el punto sublime del fútbol. Es por lo que todos los entrenadores, y equipos, trabajan. Y es lo que garantiza la fiesta en las tribunas. Entonces, si quieren ver goles, vengan a ver a Central. Es que, en las primeras seis fechas del Torneo Apertura, Central Córdoba es el equipo más goleador con trece conquistas, cifra que ningún otro pudo alcanzar.
El campeón de la Copa Argentina no solamente es el más goleador del campeonato, sino que también es el que tiene mejor diferencia de goles. Recibió cinco en contra, por lo que su saldo es de +8. Otro dato contundente en cuanto al poderío ofensivo del equipo de don Omar (curiosamente encasillado como un técnico "defensivo") es que es el único de los 30 del certamen que marcó al menos un tanto en todas las fechas.
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"No esperaba este arranque, imaginaba algo un poquito más problemático. Sobre todo por la gran cantidad de jugadores que se fueron y los que vinieron", había dicho el DT "Ferroviario" tras el 4-0 ante Belgrano.
Seguramente De Felippe imaginaba que uno de los problemas que tendría era justamente llegar al gol. Es que pidió hasta el cierre del libro de pases por un "9" que nunca llegó. El único natural que tiene en ese puesto es Favio Cabral (Leonardo Heredia, habitual titular, juega de 9 pero no lo es). Sin embargo a Central se le "caen los goles".
José Florentín, con tres tantos, es el máximo artillero. Pero a nadie sorprende lo del volante paraguayo, que pisa el área seguido y tiene un gran juego aéreo. Heredia ya tiene dos, al igual que Lautaro Rivero, un zaguero central que le está tomando el "gustito" a convertir.
Los seis goles restantes se los reparten entre Gastón Verón, Iván Gómez, Luis Angulo, Cabral y Diego Barrera (el otro lo hizo Bruera, de Barracas, en contra). Aquí parece estar la clave. Salvo Cabral, los otros son volantes con llegada (como Florentín) y extremos que no solo desbordan y asisten, si no que también definen.
Los números hablan por sí solos. Y, por ahora, la contundencia a Central le sonríe.
