Poesías de Marito Lavaisse Poesías de Marito Lavaisse
VIEJOS
Veo viejos apurando las botellas
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veo payasos rengos con andaderas
no quieren estar ahí
veo viejos peleándole al andar
de a ratos sin saber bien adónde
pero yendo igual
veo viejos aferrados a la vida
en el metal de una silla
perros
flacos
decrépitos
viejos tristes y cansados de la mentira
pero muy mentirosos los viejos
no quieren estar ahí
viejos pasas de un ayer menos competitivo
viejos que bailan hasta que el tango se ríe de ellos
viejos que van sabiendo
viejos que van sin saber
viejos que no duermen la siesta
viejos que se mueren de ganas
de que la muerte los muerda
viejos sin dientes
viejos que paladean sus últimos tragos
viejos sonrientes también
qué saben
qué saben esos viejos
yo soy uno de ellos.
NOTAS PARA LA RESEÑA DEL PORQUÉ NO OLVIDO
Así las cosas. Siento la traición y me quedo inmóvil
hago el mismo ruido que el pez
cuando se transforma en pescado.
Así las cosas. Nada más peligroso que un hombre desilusionado,
dale una planta medio muerta a ver qué hace con ella.
Mi corazón, que a la distancia se espesa
como la neblina sobre la hierba en la mañana fría.
Así las cosas. Entre las hormigas sí me siento parte del plan
arrimo una hojita a la hilera
pero es inútil ni la miran
recién cuando llueva
tal vez mañana sepa
cuál es mi casa.
Así las cosas. Un abismo embarazado de vida.
Un juego de azar entre la mediocridad y la excelencia.
Una mirada que calcula la situación y mide
la acaso infinita hondura de la piel.
Mi pensamiento, de cualquier humanismo sonriente, desconfía
y dicta preguntas:
¿qué te hace creer en la sinceridad de la caricia de tu pareja?
Y luego:
¿cuánta agua echar en un recipiente
hasta lograr el vaivén característico del mar?
UN PAPEL Y YO
Si de repente muero
así todavía joven y con muchos proyectos
quiero que eso les sirva para recordar
la fragilidad de la vida
quiero el cajón más caro que puedan costear
quienes me sobrevivan
quiero el auto más lujoso también, aunque sea viejo
quiero que la gente haga silencio
cuando la caravana de mi muerte
les entorpezca el tránsito
quiero que mi muerte, lo digo de nuevo,
les recuerde la propia
quiero que el coche fúnebre dé vueltas
innecesarias vueltas por toda la ciudad
quiero que tarden en ingresarme al cementerio
quiero que alguien pierda los estribos
y grite fuerte mi nombre
quiero que nadie le dé consuelo, luego
quiero que carguen mi cajón hasta la tumba
quiero que mis amigos se peleen por hacerlo
que sus manos queden lastimadas por mi peso muerto
quiero que llorando
canten las canciones que yo cantaba
cuando todavía no estaba muerto
quiero que aplaudan en el cementerio
quiero que sus manos queden lastimadas por mi recuerdo
quiero que la despedida sea eterna
que sea de noche y todavía quede gente
quiero que los vecinos de allá lejos
se pregunten qué ha pasado
quién ha muerto que hay tanto movimiento
colectivos, muchos autos y gente en la vereda
quiero dejarles el ánimo pesado
por mucho, muchísimo tiempo
quiero que mi ausencia unte
todos sus días
quiero hacerles sentir lo que un gorrión
cuando ve a su pichón estrellarse contra el suelo.
Si de repente muero, así todavía joven
quiero que ustedes terminen mis proyectos.