Se trata de Alejandro Silva Carmona quien está sindicado como uno de los "líderes" de la estafa y presenta un problema de salud.
PETA: dictan prisión domiciliaria a uno de los principales imputados PETA: dictan prisión domiciliaria a uno de los principales imputados
La Justicia de Control y Garantías habría concedido la prisión domiciliara para Alejandro Silva Carmona, uno de los sindicados como el líder de PETA, quien estuvo tras las rejas más de cinco meses, imputado por el delito de "estafa" y "asociación ilícita".
Fuentes judiciales indicaron que la medida se enmarca en la investigación que se inició en junio cuando más de 50.000 personas se vieron perjudicadas con una estafa piramidal que habría causado pérdidas millonarias.
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La medida para Silva fue otorgado luego de que sus abogados —Santiago Lastra y Gilberto Perducca— la solicitaran ante la jueza de Control y Garantías doctora Huerto Suárez ya que, según argumentaron, su cliente presenta problemas de salud que justifican su permanencia en un domicilio particular en lugar de la cárcel.
El imputado días atrás estuvo internado en un centro privado de la ciudad Capital. Mientras la fiscalía continúa con la investigación que incluyó la concreción de múltiples pericias en procura de desentrañar el complejo armado de esta estafa piramidal diseñada para ocultar a los responsables.
En la causa también se encuentran imputados y detenidos José Carlos Pinto, Carlos Sebastián Amado y Jorge Luis Carabajal, los tres de La Banda. En Capital fueron detenidos, el profesor de educación física, César Daniel Pineda, María De los Ángeles Corbalán y Lorena Alejandra Frías.
Decenas de miles de santiagueños se vieron perjudicados al no poder retirar el dinero invertido luego de que la plataforma cayera de manera inesperada. Los imputados al perecer, sacaron su dinero y se sospecha que tenían información de la inminente caída.
¿Cómo funcionaba esta estafa piramidal en Santiago?
PETA era conocida como una plataforma de "inversión" que se volvió popular en Santiago. Requería un monto mínimo para ingresar y prometía suculentas ganancias. Aducía que para incrementarlas había que sumar a nuevos usuarios, por lo que se configuraba como un esquema piramidal.
Fue tan grande su crecimiento, que se conformaron grupos de WhatsApp y Telegram, a través de los que se comunicaban los usuarios con sus respectivos "líderes" y éstos con los "líderes supremos", que manejaban más información que el común de los "inversores".
El mecanismo funcionaba bajo la pantalla de la supuesta inversión en criptomonedas y que esta operatoria generaba ganancias que duplicaban el capital en plazos sospechosamente cortos.
