Es el Ingenio San Javier, ahora levantarán un museo temático, tras fracasar un intento para venderlo.
Cerró un famoso ingenio azucarero que se estatizó cuando todo se privatizaba Cerró un famoso ingenio azucarero que se estatizó cuando todo se privatizaba
El ingenio azucarero San Javier cerró sus puertas definitivamente porque fracasó el intento del gobierno provincial por privatizarlo o conseguir un concesionario que lo opere a cambio de realizar las inversiones para modernizarlo.
Este empezó a funcionar en 1962.
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La planta industrial había funcionado ininterrumpidamente, con subsidios estatales cada vez más onerosos, hasta 2022, primer año de su historia en que se paralizó la planta y ya nunca más volvió a reabrir. "El ingenio es inviable, las máquinas son muy obsoletas y se necesitaría mucho dinero para ponerlo en marcha, tampoco prosperaron las conversaciones para concesionarlo a un grupo brasileño", dijo Roque Gervasoni, titular del Instituto de Macroeconomía Circular (IMAC), organismo provincial que tenía a su cargo al ingenio San Javier.
Gervasoni anunció la semana pasada que en la planta industrial, ubicada en el casco céntrico de esa localidad a la que todos llaman "La Dulce", se levantará un museo con la historia de esta producción regional.
Según los datos del Centro Azucarero Argentino, en el país hay 23 ingenios, de los cuales 19 están distribuidos entre Jujuy (3), Tucumán (15) y Salta (2). Estos explican más del 99,5% de la producción total de azúcar y alcohol. Los más grandes son el jujeño Ledesma, y los tucumanos Concepción y La Provindencia. Pero, de forma muy marginal, tres ingenios siguieron produciendo en estos últimos años en el Litoral. Los santafesinos Las Toscas e Inaza SA y el misionero San Javier.
En 2016, las estadísticas del CAA consignan que San Javier produjo apenas 6000 toneladas de azúcar blanco, sobre una producción total 1.552.000 toneladas. Es decir, no llegaba ni al 0,5% de la producción total. Durante la década pasada, el gobierno provincial no tuvo inconvenientes en subsidiar fuertemente al Ingenio San Javier para sostener una cuenca azucarera de unos 230 pequeños productores de caña ubicados en las localidades de San Javier, Itacaruaré, Panambí, Alba Posse, Dos Arroyos y Gobernador López.
"La verdad es que cada vez costaba más mantener el ingenio y también tenemos que cuidar los recursos del Estado", explicó Gervasoni. "Más allá de lo que siempre digo, que las máquinas son vetustas, ineficientes, el proceso de molienda arrojaba un bagazo con mucha humedad, y se usaba madera nativa que está mal, había mucha ceniza y en la época de zafra había cenizas permanentes en los barrios, un eterno reclamo, el vertido de jugos de caña iba al río con poco procesamiento", explicó Gervasoni.
El año pasado el gobierno local empezó a buscar un privado interesado en operar el ingenio. Apareció un grupo brasileño, UPP Corporation, que tiene tres ingenios azucareros, incluso ejecutivos de esa firma se reunieron con el gobernador Hugo Passalacqua en junio, pero las conversaciones no prosperaron. "Estaban más interesados en operar en la frontera, que en producir azúcar", explicó un funcionario que participó de las conversaciones.