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Un 27 de enero para la historia

Por Dr. Carlos I. Scaglione.

26/01/2025 23:34 Opinión
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Por Dr. Carlos I. Scaglione | Docente de la UNSE

27 de enero es una fecha que reúne diversos acontecimientos históricos de importancia para el país y el mundo. Un día como hoy se celebra el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. La fecha coincide con los nacimientos de Wolfgang Amadeus Mozart, Lewis Carroll y Rosamund Pike, y con los fallecimientos de Giuseppe Verdi, Victoria Ocampo y J. D. Salinger. Todo esto y más se recuerda en las efemérides del 27 de enero en la Argentina y el mundo.

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El Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto se celebra el 27 de enero porque ese día, en 1945, el Ejército Rojo soviético liberó el campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, el más grande y letal de los campos nazis, ubicado en la Polonia ocupada. Esta fecha se eligió para rendir homenaje a los millones de víctimas del régimen nazi, incluidos judíos, romaníes, personas con discapacidades, prisioneros políticos, homosexuales y otros grupos perseguidos.

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció oficialmente esta conmemoración en el año 2005, mediante la resolución 60/7, con el objetivo de preservar la memoria del Holocausto, educar sobre los peligros del odio, la intolerancia y la discriminación, y reafirmar el compromiso de prevenir futuros genocidios.

Recordar episodios tan trágicos como el Holocausto tiene un profundo significado para la humanidad, ya que nos permite reflexionar sobre nuestras responsabilidades como individuos y como sociedad. Estos son algunos de los aspectos clave de su importancia. Honrar la memoria de las víctimas, recordar a quienes perdieron la vida o sufrieron en el Holocausto es un acto de respeto y justicia. Es una forma de devolverles dignidad y asegurar que no sean olvidados aprender de los errores del pasado. Reflexionar sobre los horrores del Holocausto nos ayuda a entender las consecuencias devastadoras del odio, la intolerancia, el racismo y el fanatismo. Es una lección sobre cómo las ideologías extremas pueden llevar a la deshumanización y la violencia masiva, promover la tolerancia y los derechos humanos. Al recordar estas tragedias, reafirmamos nuestro compromiso con los valores universales de igualdad, justicia y respeto. Nos motiva a defender los derechos humanos y a combatir cualquier forma de discriminación o persecución.

Prevenir que se repita, quien olvida su historia está condenado a repetirla". Recordar el Holocausto es una advertencia para las generaciones actuales y futuras sobre los peligros de la indiferencia y la inacción frente a la injusticia. Reflexionar sobre la humanidad misma, Estos episodios nos confrontan con la capacidad humana tanto para el mal como para el heroísmo. Nos obligan a preguntarnos cómo podemos construir una sociedad más ética y empática. Fortalecer la educación y la memoria colectiva, la educación sobre el Holocausto ayuda a desarrollar un pensamiento crítico en las nuevas generaciones, enseñándoles a identificar y resistir las narrativas peligrosas y el discurso de odio.

El resurgimiento de las corrientes de extrema derecha en distintos países del mundo plantea una inquietante coincidencia con las etapas oscuras del pasado, como las ideologías totalitarias y ultranacionalistas que condujeron a tragedias como el Holocausto. Este fenómeno no ocurre en un vacío; responde a diversos factores sociales, económicos, culturales y políticos. Crisis económicas y desigualdad social, Las crisis económicas, el desempleo y la precarización generan descontento y frustración, haciendo que las personas busquen culpables externos. Estas emociones son explotadas por líderes de extrema derecha que suelen señalar a inmigrantes, minorías o élites globalistas como responsables de los problemas, Al igual que en los años 30, el populismo autoritario encuentra terreno fértil en momentos de incertidumbre.

Desconfianza en las instituciones, La percepción de que los gobiernos, partidos tradicionales y organismos internacionales no representan ni resuelven los problemas reales alimenta el apoyo a líderes que prometen soluciones "rápidas" y "duras". La corrupción y la ineficiencia también contribuyen a esta pérdida de confianza. Uso estratégico del miedo. La extrema derecha explota temores relacionados con la inmigración, el terrorismo, los cambios culturales y la globalización. Esto genera un "nosotros contra ellos", polarizando sociedades y deshumanizando a los grupos señalados como "el enemigo". Este miedo facilita la aceptación de políticas autoritarias como supuestas garantías de seguridad.

Expansión de la desinformación y las redes sociales. Las redes sociales han permitido la difusión masiva de discursos de odio, teorías conspirativas y noticias falsas. Estas herramientas son aprovechadas por movimientos de extrema derecha para movilizar apoyo y manipular percepciones, La personalización de los algoritmos amplifica los mensajes radicales al encerrarlos en burbujas ideológicas. Nostalgia por identidades perdidas, En un mundo cada vez más globalizado y diverso, algunas personas sienten que sus identidades nacionales, religiosas o culturales están en peligro. Los movimientos de extrema derecha capitalizan esta nostalgia por un pasado idealizado que, en realidad, excluía a muchos, el nacionalismo extremo y la xenofobia surgen como respuestas a esta ansiedad cultural. Debilitamiento de la educación histórica, muchas personas desconocen o minimizan las lecciones del pasado, lo que facilita la normalización de narrativas extremistas. La banalización de conceptos como el fascismo y el nazismo contribuye a la repetición de patrones similares.

Qué podemos hacer es la gran pregunta y la respuesta inmediata es: Educación histórica y pensamiento crítico: Recordar el pasado y enseñar los peligros de las ideologías extremistas. Fomentar la empatía y la inclusión: Combatir el odio con valores democráticos y derechos humanos. Combatir la desinformación, Regular el contenido en redes sociales y promover el acceso a información verificada, Fortalecer las instituciones democráticas, Garantizar que funcionen de manera justa y transparente para recuperar la confianza pública.

El desafío radica en no subestimar estas tendencias, ya que la historia ha demostrado que, cuando la intolerancia y el autoritarismo ganan terreno, las consecuencias son devastadoras.

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