Los "predicadores" del amor. El aparentar, el ser y la simulación. El placer en tiempos de posmodernidad. Un análisis profundo con una voz autorizada.
José Abadi: "El mundo hiperconectado no es un mundo hiperelacionado" José Abadi: "El mundo hiperconectado no es un mundo hiperelacionado"
El prestigioso psicoanalista argentino, José Eduardo Abadi, en una entrevista exclusiva con EL LIBERAL, reflexionó sobre la felicidad, el deseo y el amor, temáticas que desarrolla en "El amor en tiempos de odio", que escribió junto con Patricia Faur y Bárbara Abadi.
El médico psiquiatra y escritor ahondó acerca de lo que él llama los "predicadores del amor" y el placer en los tiempos de posmodernidad. Y resaltó que es "imprescindible resignificar la palabra 'amor' para rescatarla del vacío simulado".
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El escritor argentino también analizó el "mundo hiperconectado" en el que hoy vivimos. "El mundo hiperconectado no es un mundo hiperelacionado. Una cosa es estar conectado superficialmente donde no llegamos a conocernos, donde no llegamos a transitarnos recíprocamente. Es distinto esa relación en donde tenemos registro del otro e interés y amor por ese otro y ese mundo", enfatizó a EL LIBERAL.
Abadi analizó la realidad política argentina. Al respecto, habló sobre el ajuste y el fenómeno el discurso violento del gobierno y el uso del relato religioso.
El profesional, quien también es actor, contó lo que significa para él teatralizar "Edipo Rey", la tragedia griega de Sófocles, con la que recorrió el país y que le gustaría traerla a Santiago. Y reveló que obra de William Shakespeare le encantaría llevar al proscenio.
- ¿Qué barreras hay que vencer o montañas internas a escalar para alcanzar la felicidad?
Lo primero que, desde mi punto de vista, que por supuesto habrá varias opiniones que no tienen por qué coincidir pero desde lo que yo lo he estudiado, tenemos que tomar como clave si queremos encontrar aquello que yo llamo felicidad posible para diferenciarlo de la felicidad utópica o la felicidad banal, lo que tenemos que tener claro es que esta no la encontramos espontáneamente ni por casualidad. No la encontramos solo con desearla, sino que lo que necesitamos es la voluntad; es decir, querer la felicidad. No alcanza con desearla es necesario quererla. Lo que hace a la diferencia entre el desear y el querer es la voluntad, el esfuerzo, la labor para poder conseguir y para poder alcanzarla. Por lo tanto, es un trabajo en el cual debemos ser no solamente los actores de la misma sino también los autores. Somos los protagonistas de ese itinerario que quiere alcanzar la felicidad posible. Es importante saber que, para encontrar, como decía Aristóteles, esa armonía entre lo que se dice, piensa y hace es necesario, ante todo como condición indispensable o premisa tener un registro y conciencia del otro. Es decir, es el registro del semejante. En el interés y en el amor por el semejante y por el mundo que podemos encontrar el camino donde en función de acercar los valores de la vida mediante al encuentro, al placer, a la imaginación, al cuidado, a la empatía, a la compasión, vamos a acercarnos a esa felicidad posible que es simple e imperfecta, pero necesaria si queremos un determinado nivel de crecimiento, de creatividad y de impulso de vida.
- ¿Hay una clave para encontrar hoy a la pareja ideal o subyace ahora y siempre el miedo al compromiso?
Tenemos que diferenciar a qué llamamos la pareja ideal. Si por pareja ideal llamamos a ese encuentro donde se pone en marcha no solamente ese atractivo inicial sino la construcción de esa relación, no contacto, sino relación de amor donde junto con la emocionalidad y el placer se pone en marcha el cuidado, la protección, el amparo, la aceptación de la diferencia y de los disensos si llamamos a eso el ideal si es alcanzable a través de la conciencia de que es esto lo que estamos buscando. Si por ideal pretendemos una supuesta perfección inexistente que es que el otro sea todo lo que yo quiero, como yo quiero y nada más lo que yo quiero esos son vínculos narcisisticos que están lejos de la felicidad y del amor. Es decir, lo ideal es aceptar la diferencia, es aceptar la integración de los disensos e ir juntos con la cuota de placer, de erotismo y de fusión es también necesario o es indispensable la construcción de ese vínculo donde estamos atentos, cuidando, protegiendo, empatizando con nuestra pareja.
-¿Cuál es el mensaje central de su libro "El amor en los tiempos de odio"?
Es el siguiente: estamos viviendo una época donde hay como un cierto vacío, donde ese vacío se transforma muchas veces en una soledad y en una vivencia de amenaza a la estabilidad emocional y que tiene que ver con un aislamiento que está viviendo, muchas veces, el hombre en la sociedad de hoy. Es decir, un aislamiento que es debido a un blindaje narcisistico que no le permite establecer el vínculo de amor porque no hay registro de que hay otro. Ese vacío, que está dado por esa ajenidad con el amor, se llena con ingredientes que son negativos como puede ser el egoísmo, que produce depresión, la angustia y la violencia. ¿Cuál es un recurso que yo planeo? Es ese encuentro que tiene que ver con poder identificarme con lo que al otro le pasa sin invadirlo, que tiene que ver con tener compasión por el dolor del otro sabiendo reconocer la distancia que existe entre el otro y uno y poder disponer de nuestra energía para poder tener curiosidad, interés, acercamiento y amistad con nuestro semejante que a nivel social sería construir una sociedad donde reine o por lo menos este presente de un modo enfático la amistad cívica, que es los lazos que hacen a una trama fuerte de una determinada sociedad con comunidad.
-A propósito de "El amor en los tiempos de odio" ¿Qué debe hacer uno, precisamente, para repensar el encuentro y los vínculos en los momentos difíciles?
Una cosa que es clave y que yo señalo importante, es aprender a pedir. Aunque parezca raro uno va a pensar siempre que lo que hay que aprender es solamente a dar, pero en realidad es la otra cara de la moneda, pero estamos hablando de algo similar. Hay que aprender a pedir. Cuando uno siente que sufre, que le falta, que está carente, que está en un momento en el cual hay algo que no lo deja salir de un cierto estancamiento es muy importante, digno, prestigioso y saludable pedirle al otro, pedirle al otro no es vergüenza ni debilidad, sino que es reconocimiento de la necesidad que me ayuden y al que le piden sentirse contento, orgulloso de poder ayudar, de saber que no es un objeto prescindible, sino que es alguien necesario.
- Usted planteaba que el amor, en estos tiempos particularmente, está amenazado por la intolerancia, la crueldad y el narcisismo ¿Qué debemos hacer para construir y fortalecer los vínculos?
Es importante saber que uno aprende a amar cuando se lo han enseñado amándolo a uno en nuestros hogares, en nuestras relaciones familiares, en nuestros lugares sociales tengamos noción, tengamos claro y háganoslo saber de qué importante es poder tejer lazos de confianza, que es una clave importante también en esto. Lazos de confianza significa ver en el otro un potencial aliado y no un sospechoso. Es tener normas, respetar los límites y en el respetar los límites sentimos un nivel de acompañamiento y seguridad que nos permite saber que es tan importante tener proyectos. Proyectos significa lanzarse hacia, y para esto necesitamos confianza y la confianza viene del ejercicio de las normas que es hacer propio lo que sabemos que es necesario y que se debe hacer, hacer lo que se debe hacer, convertir lo que se debe también en lo que quiero hacer y lo que quiero es lo que debo.
-Cuando habla de la necesidad de una rehumanización del amor: ¿Nos habremos creído, en este mundo posmoderno e hiperconectado, que es un producto más de consumo"?
Exacto. El mundo hiperconectado no es un mundo hiperelacionado. Una cosa es estar conectado superficialmente donde no llegamos a conocernos, donde no llegamos a transitarnos recíprocamente. Es distinto esa relación en donde tenemos registro del otro e interés y amor por ese otro y ese mundo. En una sociedad donde la conexión sustituyó a la relación, la apariencia a la verdad, la decoración a la intensidad de lo interior estamos naturalmente en un lugar de primacía del narcisismo. El narcisismo es lo opuesto al amor, no solamente lo opuesto el amor al otro porque el narcisismo tampoco es amor a uno mismo, sino que es embelesamiento por la imagen de uno mismo.
- ¿Cómo lo bajamos a un lenguaje sencillo aquello de "los fuegos artificiales no eluden la mentira" y que "las apariencias suelen pesar más que la presencia verdadera" como alude en su libro?
Lo que usted subraya allí es tratar de sacar la creencia , la afirmación equivocada de que buscar la verdad, sabiendo que la verdad es desmantelar las apariencias, que la verdad también es un elemento creativo pero por momento, entre comillas, intenso porque atraviesa lo que la apariencia tiene congelado, bueno, poner en marcha esto, desmantelar una zona de confort que no es verdadera, que nos aletarga en lugar de despertarnos a la vida y aceptar la intensidad y la ambigüedad del conflicto no es pernicioso ni peligroso sino lo que es en realidad letárgico y negativo es el estar dormido en la mentira.
EL APARENTAR, EL SER Y EL ARTE DE LA SIMULACIÓN
La advertencia sobre los "predicadores del amor"
- ¿Vivimos tiempos en que aparentar es más cool y políticamente correcto que ser? ¿La simulación define buena parte de los vínculos?
Vivimos en un mundo donde parece que el tener ha sustituido al ser; donde es cierto que la apariencia y la imagen parecen tomar un lugar prioritario o protagónico respecto de la autoestima y a la identidad, pero lo importante yo creo que es no la simulación, no lo que queremos que se vea que terminamos no sabiendo, si uno mismo, si es uno aquél que se mostró sino que lo importante es poder tener una relación con la interioridad de uno, poder ser amigo de uno mismo como decía Séneca. Es decir, poder tener una voz que también me pueda ayudar a pensar, a criticarme, a apoyarme y a felicitarme cuando la cosa así lo amerita. Es importante salir de la patología de la productividad que termina produciendo una sociedad del cansancio para poder tener una relación con uno mismo, mi identidad auténtica y no todo lo otro que termina en algo que usted lo ha señalado cuando dijo simulación que hay que tener cuidado y no pseudorelaciones, pseudoamores y en último término hipocresía.
- Cuándo se habla de amor, ¿cuánto cuidado se debe tener a lo que dicen, tal como usted lo llama, los "predicadores del amor"?
El pensamiento mágico es útil cuando lo relacionamos , lo unimos con la razón para crear algo, para dar algo nuevo. Ahora, la magia como la ilusión, como la venta de lo que ya está fabricado, que está allí en la góndola para que vos tomes lo que otro te dijo lo que vos tenes que ser y que esos otros se supongan dueños de una capacidad de transmitir la verdad, todo lo que pretenda convertirse omnipotentemente en lo único, en lo verdadero y en lo absoluto, y eso que quede transmitido por sujeto que son los dueños de esa totalidad, eso lo llamo engaño.
- ¿En la posmodernidad, el placer se convirtió en una suerte de obligación o sigue siendo un tema tabú como el sexo?
El placer fue, en un momento, tabú y el sujeto no se daba el permiso de buscarlo y jerarquizarlo. Eso cambió en la posmodernidad y con la legitimación y la importancia de lo subjetivo tuvo un lugar significativo y tiene, lo aplaudo que así sea, porque el placer tiene que ver con gratificación, tiene que ver con esa felicidad posible y tiene que ver con compartir. Ahora, si hablamos del placer en su forma sintomática, que también existe, es cuando en determinados costados de esta sociedad se pone al placer como una obligación, como si fuera un imperativo que no proviene de la búsqueda interna de uno sino de un placer que tiene que ver con lo que tenes que mostrar que tenes, lo que tenes que hacer para poder definirte como capaz de sentirlo. Cuando el placer está como una especie de imperativo externo y no como un logro interno ahí estamos en un placer sintomático y falso.
TIPS PARA ESTAR MEJOR
"Aceptémonos y jerarquicemos nuestra condición de imperfectos"
- ¿Qué tips puede aconsejarnos para estar mejor?
1: querer estar bien.
2: que ese querer estar bien tiene mucho que ver con poder vivir en relación con el otro. Para eso tenemos que reconocerlo, aceptarlo, integrar disensos y no pretender pisarlos y abolirlos sino conformar como un encuentro en donde nos aceptemos en nuestras diferencias, que podamos ir también teniendo una relación de serenidad que nos permita estar con nosotros mismos y no culpas neuróticas que nos conviertan en deudores imaginarios ni una sobre exigencia que nos haga pensar que siempre estamos en falta y nos terminamos desvalorizando y deprimiendo. Aceptémonos y jerarquicemos como seres humanos, como sujetos nuestra condición de imperfectos y en esa imperfección lograr el crecimiento que cada uno pueda alcanzar.
ABADI Y LA REALIDAD ARGENTINA
"Los ajustes se pueden soportar y no vivir como un castigo lacerante"
- ¿Cómo se entiende qué la gente soporta este nivel de ajuste que realizó el gobierno nacional?
Los ajustes se pueden soportar y no vivir como un castigo lacerante, uno, cuando es creíble aquello que lo motiva, vale decir el bienestar futuro; dos: cuando hay una ejemplaridad , que aquél que lo impone también lo ejerce; tres: a veces interviene muchas frustraciones previas donde la supuesta abundancia, en realidad, terminó siendo carencia; cuatro: cuando se empiezan a ver resultados.
- ¿Cómo advierte el fenómeno del discurso violento del gobierno y el uso de relato religioso?
Para mí, hay que saber diferenciar claramente violento de firmeza, agresivo de fanático y comprometido. Son cosas distintas. Lo violento como destructivo, lo violento como sinónimo de algo que está más ligado a la pretensión del pensamiento único o casi fanático es negativo. Yo creo que se puede tener una capacidad de transformación y de alternativa a lo que no queremos para construir algo distinto justamente sin recurrir a la violencia sino a la firmeza, a la profundidad y a la sinceridad con que defendamos nuestras ideas. Cicerón (político y filósofo romano) no insultó a Catilina (político romano) cuando le habló desde ahí abajo y le dijo: "Hasta cuando Catilina abusarás de nuestra paciencia". Esa simple frase abarca un tiempo histórico.
ABADI Y DOS DE SUS GRANDES PASIONES: EL TEATRO YEL CINE
Lleva por todo el país una teatralización de "Edipo Rey", de Sófocles, y sueña con hacer el monólogo mde Marco Antonio en el "Julio César" de Shakespeare
- ¿Cuál obra de teatro protagonizaría si le dieran a elegir entre "Edipo Rey", de Sófocles, y "Mucho ruido y pocas nueces", de William Shakespeare?
Usted me pone nada menos que a Sófocles y a Shakespeare, ¡que maldad! Son importantísimos ambos. El "Edipo Rey", de Sofócles, es maravilloso y yo hago lo que se llama la narrativa teatralizada. Lo he hecho en muchas provincias. En esa narrativa teatralizada cuento, dotándolo de algunos agregados y con humor, la misma tragedia y después lo debato con el público. Para mí es muy importante. El "Edipo Rey", de Sofócles, es una riqueza importante, de un atrapamiento increíble. La gente cree que es un bodrio y es un thriller. Son sesenta páginas. Es apasionante. Me gusta mucho. Ahora, en cuanto a Shakespeare, "Mucho ruido y pocas nueces" no es lo que más me gusta de Shakespeare. "Que problema escribir después de Shakespeare, ya está todo dicho". Contar la tragedia griega y después trabajarla e interpretarla con el público la trama esa me apasiona. Ahora, usted me habla de Shakespeare y me dice que si hay algo que me fascinaría hacer es poder recitar el monólogo de Marco Antonio en el "Julio César", de Shakespeare y también poder debatirlo te diría que eso también está allí.
- ¿Cuál película y por qué la elegiría si le dieran a protagonizar "Hannah y sus hermanas", de Woody Allen, o "Il como Icaro", de Henri Verneuil y?
Por ahí "Hannah y sus hermanas" no es lo que más me gustó de Allen, pero en esa película hay una frase de él que tiene que ver con la felicidad sobre la que dijo, con esa ironía y esa especie de pesimismo esperanzado que tiene, "que feliz sería si fuera feliz".