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Mar del Plata: ¿Cómo puede ser más barato un restaurante de lujo que un choclo en la playa?

La Feliz presenta precios para todos los gustos pero algunos son difíciles de explicar.

04/01/2025 21:39 País
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Mar del Plata: ¿Cómo puede ser más barato un restaurante de lujo que un choclo en la playa? Mar del Plata: ¿Cómo puede ser más barato un restaurante de lujo que un choclo en la playa?

Mar del Plata trae consigo una paradoja que pocos se esperaban: en algunos casos, resulta más económico comer en un restaurante de lujo dentro de un balneario que almorzar algo sencillo al paso en la playa.

Esta situación se explica, por la diversidad de precios que conviven en la Ciudad Feliz.

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Desde alquilar una carpa con una pequeña pileta climatizada por $130.000 hasta pagar $50.000 para disfrutar de un balneario con dos piscinas climatizadas e inflables para chicos, Mar del Plata tiene opciones para todos los bolsillos.

Comer en el Balneario 12

El Balneario 12 de Punta Mogotes, uno de los más icónicos de Mar del Plata, cuenta con un restaurante de lujo que sorprende con precios accesibles. Mientras que en la playa un combo clásico como un pancho, hamburguesa o choclo más una gaseosa ronda los $8.000, en el restaurante del balneario se pueden encontrar opciones más completas por menos dinero.

Unas patitas de pollo, una milanesa o un plato de fideos cuestan $7.000, con bebidas a $1.500. Incluso una milanesa a la napolitana con papas fritas, que es lo suficientemente grande como para compartir, tiene un precio de $13.000, menos que dos choclos con gaseosas en la playa, cuyo costo asciende a $16.000.

Los platos favoritos

El restaurante del Balneario 12 se ha consolidado como una de las opciones preferidas de los turistas gracias a su calidad y precios competitivos. Los tres platos más elegidos este verano son:

Rabas

Ensalada César

Milanesa sola o napolitana

Estos platos no solo destacan por su sabor y presentación, sino también por ofrecer una experiencia gastronómica completa, con el confort de un restaurante de playa y precios que, en muchos casos, resultan más convenientes que los carritos ambulantes.

La paradoja del consumo

La diferencia de precios entre los vendedores ambulantes y los restaurantes de balnearios refleja un cambio en las dinámicas de consumo de los turistas. Mientras los carritos se enfrentan a una de las temporadas más complicadas, los restaurantes logran atraer a más clientes gracias a una oferta que combina calidad, comodidad y accesibilidad.

En Mar del Plata, la experiencia de comer frente al mar sigue siendo un placer, pero este año, muchos turistas han descubierto que el lujo no siempre tiene que ser más caro.

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