Nicolás David Ábalos pergeñó una masacre. Trabajaba en la Seccional 43 de Pampa de los Guanacos. Violencia, carpetas médicas y un final de terror.
En ráfaga de 20 tiros, cabo de la policía asesinó a su ex suegra, a una hija, hirió a otros tres familiares y se suicidó En ráfaga de 20 tiros, cabo de la policía asesinó a su ex suegra, a una hija, hirió a otros tres familiares y se suicidó
Doblemente armado y ataviado en un impecable uniforme policial, el cabo Nicolás David Ábalos arribó ayer a la madrugada a casa de sus ex suegros, y en una alocada y sucesiva ráfaga de 20 proyectiles, "vomitó" muerte, sangre y locura, sin distinción de edad, ni vínculo sanguíneo alguno.
En tres minutos, el policía asesinó a su hija, a su ex suegra y dejó malheridos a un hijo varón, a su ex esposa y su ex suegro y se suicidó, disparándose en la mandíbula con el arma reglamentaria.
El principio del fin sobrevino a la una de la madrugada. Separados desde noviembre pasado, Nicolás llegó a la casa de sus ex suegros, ubicada en calles Víctor Chequer y Sacha Rúpaj, Bº Triángulo, en la ciudad de Monte Quemado Copo.
Alocada bienvenida
En un brazo, sostenía a su hija de 1 año y 7 meses, Bianca Estefanía Ábalos Navarro. En el otro, sujetaba una pistola 45 y en la cintura un cargador de balas y su pistola 9 mm. En la casa de sus ex suegros se encontraban, su ex esposa, la docente, Lorena Navarro (38); su otro hijo, Bautista Ábalos Navarro, de 9 años, y abuelos, Víctor María Navarro (64) y Divina Cuellar, de 62 años.
Imposible develar qué pasó, pero ni bien la nena pasó a los brazos de su madre, todo fueron disparos. Mientras los vecinos asumían que los impactos eran cohetes, el efectivo abrió fuego sobre toda la familia. primero, Divina habría recibido dos tiros y murió en el acto.
Luego, el cabo disparó a Lorena. La derribó de un disparo en el rostro con orificio de salida por una oreja. También los tiros dieron en un brazo a Bianca. En tercer lugar, Víctor también fue alcanzado por una bala en el estómago. Aterrado, Bautista corrió a la calle, su padre lo siguió con intenciones de seguir su faena asesina, pero el pequeño logró refugiarse bajo una chatarra. Igual, recibió algunos tiros en las piernas, pero sobrevivió.
Cuando el humo de las dos armas parecieron decirle basta, Nicolás llevó la pistola 45 a la mandíbula. Abrió fuego y el estruendo de un disparo marcó el fin también de su vida.
Dos minutos después, dos vecinos condujeron al hospital local a cuatro personas: a los dos niños, a Lorena y al abuelo Víctor. Las fortalezas decayeron por la pérdida de sangre y la vida se le fue de las manos a la nenita. Entonces, el fiscal, Santiago Bridoux, destinó sus energías en montar un operativo para trasladar a las tres víctimas y preservar la escena.
Hasta el amanecer, trabajó junto a la policía local, Criminalística, y después se les unieron, Judiciales, Homicidios y Delitos Complejos.
Pasado negro y carpetas médicas
El derrotero de Nicolás destacaría "carpetas médicas" e intervenciones de Recursos Humanos. En cuanto a sus días junto a Lorena, tuvieron una década matrimonial. En diciembre del 2021, ella lo denunció. Fue excluido y rigieron restricciones por 180 días.
En el 2022 la pareja volvió a intentar una reconciliación. Así, nació Bianca, pero de nuevo todo se hizo añicos en el 2023. Desde entonces, ella buscó refugiarse en casa de sus padres. Él reinició su labor en la Seccional 43 de Pampa de los Guanacos. Tendrían tres propiedades en áspera disputa: una casa en Monte Quemado y dos en Campo Gallo, departamento Alberdi.
Atención médica las 24 horas para los tres sobrevivientes
El futuro inmediato de los tres sobrevivientes sería intervenciones quirúrgicas. Ello comenzó ayer en los dos centros de salud que los alojan, deslizaron voceros médicos.
En medio de un hermetismo general, el objetivo de los médicos anoche era contener las hemorragias internas y, a la vez, compensar la pérdida de sangre.
Por contrapartida, el fiscal, Santiago Bridoux, se rodeaba de expertos resueltos en desandar la historia: pretende recrear las últimas 48 horas del doble homicida, cuyos restos serían entregados a su familia en este día.
Los Navarro, de religión evangélica, dedicados a la venta de vacas, anoche recibían consuelo en sus familiares y amigos. Todo parecía irracional, una resistida película de terror, una pesadilla de la cual ansiaban despertar.
Afirman que un excuñado quiso hasta prenderle fuego
Los vecinos señalaron que el hermano de Lorena arribó cuando todo había cesado. Al contemplar a las cinco víctimas en el piso, el hombre estalló de ira, angustia y desesperación. Añadieron que gritaba para arrastrar a la calle a Nicolás.
El objetivo era prenderle fuego. Todo fue locura, ya que para entonces, el policía también yacía en la tierra con un disparo en la mandíbula que en segundos, segó su vida y provocó fracturas múltiples en el rostro y el cráneo.
En ese escenario lúgubre y tétrico, el hermano de Lorena lloró sus penas, quizá maldijo a su ex cuñado y sufrió aún más junto al cadáver de su madre, Divina (foto) y su padre, Víctor, herido; y la desesperación se potenció con sus dos sobrinos literalmente, bañados en su propia sangre.