Cómo vivió el derrocamiento de Bashar al Assad a manos de Abu Mohammed al Jawlani, líder del grupo Hayat Tahrir al Sham. Impresiones desde el alma.
Krasiah Al Awad: "Dudas, futuro incierto e incertidumbres" Krasiah Al Awad: "Dudas, futuro incierto e incertidumbres"
La poeta y escritora siria, Krasiah Al Awad, quien vive en Santiago desde el año 2002, analizó para EL LIBERAL lo que sucede en su país tras la caída del expresidente Bashar Al Assad.
-¿Cuál es el análisis que realizas acerca de lo sucedido en Siria?
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Pienso que fue una decisión tomada por los jugadores internacionales involucrados y recibida por un pueblo sedienta de un cambio. No sabemos qué pasó. Creo que habrá que esperar un tiempo para poder entender que ha pasado. El grupo (Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), fue calificado como terrorista por Naciones Unidas y su líder (Abu Mohammed al Jawlani) también fue calificado como terrorista por EE.UU. y buscado. Y el avance de las tropas fue rápido porque recibió todo el apoyo de Turquía que fue desde el principio quien intervino y participó en entrenar los grupos armados por sus fronteras.
-¿Qué rol ocupa Turquía en lo que sucedió este domingo en tu país?
Los grupos que ingresaron este domingo a Damasco son apoyados por Turquía, que estaba muy preocupada y temió los cambios de poder en Medio Oriente y de las posibles consecuencias negativas para Ankara como un cambio a favor de los kurdos en Siria que son una espina para Ankara. Turquía tiene miedo de la fuerza de los kurdos en el norte de Siria.
-La caída de Bashar Al Asad sucede a pocos días de la asunción de Donald Trump como presidente de EE.UU. ¿Cuál es tu lectura que haces en ese sentido?
Antes de asumir como presidente de EE.UU., Donald Trump ya comenzó a jugar políticamente. No debemos olvidar que Turquía es aliado de Estados Unidos que, a su vez busca reorganizar su posición en la región, de una parte y de otra fortalecer su alianza con Netanyahu (Benjamín, primer ministro de Israel) que se ve beneficiado de mantener la zona encendida por la guerras aprovechando que los aliados del ex presidente sirio Bashar al-Assad, Hezbollah e Irán, se encontraban debilitados debido a los ataques lanzados por Israel y el asesinato del líder de Hezbollah, y Rusia se ha centrado cada vez más en la guerra en Ucrania. Ni bien cayó el gobierno sirio, Israel avanzó en los Altos del Golán.
-¿Cuál o cuáles son los intereses que tienen esos "jugadores" a los que te refieres?
Siria es una zona de petróleo. Además, la línea del gas que pasa por Siria.
- ¿Cómo quedan Hezbollah y Hamás ante este nuevo panorama en Oriente Próximo?
Ambos debilitados por la muerte de sus líderes, primero, y por el cambio en el mapa político y militar y más ahora con lo sucedido en Siria, que era un fundamental apoyo para Hezbollah, este grupo quedó más débil todavía. Y creo que Irán también se ve debilitada. Lo mismo que Irak como país de frontera. Va configurándose un nuevo mapa.
-¿Cambia el modo de vida de los sirios a partir de la destitución de Bashar al Assad?
- Por supuesto. El primer cambio fue desde que cayó el gobierno. La gente respiró otro aire después de 14 años de guerra y 24 años de gobierno de Bashar al Assad. Parece que la gente empezó a despertar, respirar y a esperar también el nuevo aire a pesar de que los que entraron hoy en día son todavía gente sospechosa o no sabemos a dónde nos van a llevar, no sabemos qué tipo de gobierno va a ser. Ese es el primer cambio. Los otros cambios serán los días que vienen después que se establezca un nuevo gobierno después de saber y conocer quiénes son los participantes en este nuevo gobierno y en qué pueden beneficiar a Siria, al pueblo sirio.
-Siria está habitada por múltiples comunidades religiosas. ¿Cómo impacta este cambio de mano en el poder?
- Siria, en su mayoría, es musulmana Assuna. Las minorías, que forman un 10 % de la población siria, están entre preocupados y temerosos nada más.
-¿Cómo ha sido la reacción en tu ciudad natal?
- Mi pueblo (Kafar Buhum) es un pueblo cristiano que está a 8 kilómetros de Hama (ciudad distante de Damasco a 230 kilómetros). Estuvo incomunicado por una semana entera. Recién cuando cayó el gobierno volvió la comunicación, Creo que ellos también adhirieron a este acontecimiento junto con el pueblo sirio a decir bienvenida las nuevas oportunidad y nueva forma de vida. Eso es lo que se ve. Interiormente, no sabemos qué piensa cada uno. La gente está en preocuparse por un futuro incierto, que la palabra islámico no es una palabra sencilla y trae un montón de miedos, dudas e incertidumbres porque hemos visto que las experiencias de países vecinos no son muy felices.
- ¿Esa incertidumbre es por el temor a vivir la experiencia de Afganistán?
- Así es, porque sabemos que el líder de Hayat Tahrir al Sham, Abu Mohammed, que derrocó a Bashar al Assad, fue miembro de Al-Queda. El miedo es también porque no confiamos en las fuerzas internacionales que están haciendo estas jugadas. Vamos a volvernos a los años 80 cuando el presidente Reagan (Ronald, expresidente de EE. UU) recibió a los talibanes como revolucionarios en la Casa Blanca. Cuando terminó de usarlos en la guerra con Rusia los volvió a poner en la lista de los terroristas e incluso entraron a pelear en Afganistán. Tenemos miedo de los mercenarios que, después de dos o tres meses, entren a Siria con la excusa de combatir a los talibanes de vuelta que ellos siempre califican y descalifican, ponen en la lista y lo sacan de la lista.