Los milagros existen: Gío lo sabe y para agradecer asistió a peregrinos en la ruta; luego llegó al altar con su mamá

Los imposibles no existen para Ella. Cuando los clamores salen desde lo más profundo del corazón, Nuestra Señora del Valle escucha y obra. Al menos así lo entienden Valeria y Gío, una mamá y un hijo que este año se enfrentaron a una de las batallas más duras de su vida, pero que gracias a la intercesión de la "Morenita", pudieron salir ilesos.

Gio, que hoy tiene 5 años, tuvo que ser sometido a numerosas internaciones durante este año por una compleja afección que ni los médicos podían descifrarla. Sin embargo, el peor de los diagnósticos estuvo en manos de su mamá después de intensos estudios: una leucemia descripta en los papeles parecía derrumbar su mundo. Los fantasmas merodeaban de cerca, pero Nuestra Señora del Valle quiso que nada de eso fuera cierto.

Los ruegos se hicieron sentir, la fe y la devoción pudieron más que cualquier amenaza, y hoy convencidos de que la Virgen tuvo mucho que ver, Valeria puede contar su historia con final feliz.

"Anduvimos todo el año con problemas en su salud. Gio tuvo 6 internaciones, e incluso nos dijeron que tenía leucemia. Fueron meses de mucha angustia. Pero nuestra fe puesta en la Virgen que nos ayudó. Después de repetir estudios, por fin le encontraron lo que tenía y no era nada de todo lo que nos habían dicho. Mi hijo fue diagnosticado con un síndrome de vómitos cíclicos, que nada tiene que ver con una leucemia", detalla emocionada, Valeria.

"En mi desesperación lo llevé a la Virgen, le pedimos tanto que ella nos ayudó", repite.

Y luego de todo lo vivido, el momento de agradecer llegó: Gio recorrió cientos de kilómetros para servir a los peregrinos en la ruta. Entregó viandas para hacerles más llevadero el camino, y el sábado al fin, pudo estar frente a frente con la Inmaculada Concepción para dar gracias por todo aquello que Ella hizo en su vida.