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El cuidado de los ojos en temporada de piletas: Precauciones a tomar

Por el Dr. Ricardo Passone.

02/12/2024 06:00 Opinión
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El cuidado de los ojos en temporada de piletas: Precauciones a tomar El cuidado de los ojos en temporada de piletas: Precauciones a tomar

Estamos transitando época de altas temperaturas y con ello, las piletas ofrecen la posibilidad de refrescarnos; mucho más si tenemos en cuenta que se ha generalizado el uso de piletas de fibra de vidrio o de material. También es época de colonias de vacaciones para los chicos y todo ello lleva a tener precauciones a la hora de meternos en el agua.

Los chapuzones, abrir los ojos bajo el agua o no utilizar las gafas de natación adecuadas pueden provocar daños en los ojos.

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¿Quieres saber exactamente cómo afecta el cloro de las piscinas a tus ojos?

Dentro de la temporada de verano, le damos todas las claves sobre las consecuencias del cloro en los ojos y cómo evitar urgencias oftalmológicas en el uso de piletas.

El cloro de las piscinas provoca irritación en los ojos.

Además de en los ojos, el cloro también afecta a la piel y a las vías respiratorias. Debemos conocer que el cloro es una sustancia química que se aplica al agua de las piscinas para mantenerlas limpias y evitar infecciones, sin embargo, si sus componentes entran en contacto con los ojos pueden provocar una irritación.

Es por ello, que en muchas ocasiones tenemos los ojos rojos tras pasar mucho tiempo en el agua.

¿Cuándo aparecen los síntomas en los ojos tras el baño?

El cloro mantiene regulada el agua de la piscina, pero hay ciertos factores externos que la pueden desregular, lo que aumenta el riesgo de sufrir infecciones. Estos factores son: el sudor de los bañistas, los cosméticos, la saliva…

Todo ello provoca que, según la sensibilidad de cada persona, los primeros síntomas de daño en los ojos aparezcan pasados unos 30 minutos desde el primer baño.

Recomendaciones para evitar irritación o infecciones

No olvides tus gafas de natación para sumergirte bajo el agua; evitar el contacto directo de agua con los ojos, es decir, nunca abras los ojos bajo el agua, no compartir toallas, antes de quitarte las lentes de contacto no olvides lavar tus manos, evitarás irritaciones e infecciones, antes y después de bañarte en la piscina pasa por la ducha, si tienes piel y ojos sensibles opta por piscinas al aire libre, tener especial cuidado con los niños en las piscinas.

Llevo todo el día en la piscina y tengo los ojos irritados, ¿Qué debo hacer?

Cuando tienes los ojos irritados tras pasar el día en la piscina, los oftalmólogos recomiendan seguir estos pasos:

* Lava tus ojos con abundante agua limpia para eliminar restos.

* Utiliza solución salina o colirio para hidratar los ojos.

* Para bajar la hinchazón coloca toallas o compresas frías sobre los párpados.

Los síntomas deben ceder por sí mismos tras unas horas y cumpliendo con estas recomendaciones. Cuando se mantienen varios días es fundamental que acudas a un Servicio de Urgencias Oftalmológicas lo antes posible, así se puede diagnosticar si sufres infecciones o conjuntivitis.

Infecciones frecuentes en verano

Hay dos infecciones que aumentan su incidencia en verano, ya que pasamos más tiempo en las piscinas y en las playas. Estas son la conjuntivitis infecciosa y la queratoconjuntivitis.

La conjuntivitis infecciosa. Esta infección se produce por una inflamación de la conjuntiva y es muy contagiosa, sobre todo los primeros días. Aun así, el proceso inflamatorio puede durar hasta un mes.

En estos casos es fundamental extremar las medidas higiénicas para no contagiar a otras personas.

La queratoconjuntivitis. La queratoconjuntivitis se produce por una inflamación de la córnea y de la conjuntiva por la falta de hidratación del ojo. Es frecuente en niños y tiene más incidencia en los meses de verano porque estamos más expuestos a factores externos como el viento, ambientes secos.

Para disfrutar de una buena salud ocular este verano y hacerlo con las mejores garantías, aquí destacamos 5 aspectos clave para cuidar nuestros ojos y nuestra visión.

1. Protégete con garantías frente al sol.

Al igual que ocurre con la piel, la radiación solar puede ocasionar graves daños acumulativos en nuestros ojos, afectando no sólo a las estructuras más externas, como los párpados y la córnea, sino también a las más internas, como la retina. Por ello, es fundamental evitar una exposición prolongada y sin protección ocular, lo que convierte a las gafas de sol en nuestras mejores aliadas. Debemos asegurarnos que sean homologadas y cuenten con el marcado CE", además debemos optar por buscar el tipo de filtro y de color de lente que mejor se adapte a nuestras necesidades visuales.

Algunas patologías oculares que podríamos evitar si nos protegemos adecuadamente, son los tumores palpebrales (cerca de un 50% de los tumores que llegan a la consulta del oftalmólogo), la queratitis actínica (quemadura en la superficie ocular), o el pterigion (también llamado "ojo del surfista"). Por otro lado, el sol también puede acelerar la aparición de enfermedades como las cataratas o la DMAE (degeneración macular asociada a la edad), así como de los signos del envejecimiento en la zona peri ocular (arrugas, manchas solares…).

2. Evita lentes de contacto en playas, ríos y piscinas.

El agua puede ser una vía de entrada de graves problemas oculares, sobre todo, para las personas que utilizan lentes de contacto, con un mayor riesgo de infecciones. Por ejemplo, las que se producen por un microorganismo conocido como Acanthamoeba pueden ser especialmente agresivas para la visión y un 80% de las veces ocurren en portadores de lentes de contacto. El hábito de bañarse o practicar actividades acuáticas con lentes de contacto puestas, o ir a la playa y a la piscina con ellas y quitármelas sin tener las manos limpias o los productos adecuados para guardarlas, es totalmente desaconsejable para nuestra salud ocular.

Otra recomendación general para minimizar riesgos y evitar la irritación de los ojos por el cloro o la sal es utilizar gafas de natación o buceo.

3. Mantén tus ojos bien hidratados.

El verano es una época del año en la que los efectos de la sequedad ocular pueden verse agravados. Factores ambientales como el uso de aires acondicionados en espacios cerrados y las muchas horas que pasamos habitualmente frente a pantallas, propician que los síntomas asociados al ojo seco (sensación de cuerpo extraño, escozor, lagrimeo, enrojecimiento), se intensifiquen. Según los especialistas, una primera medida que podemos tomar es acostumbrarnos a utilizar lágrimas artificiales sin conservantes para mantener la superficie ocular correctamente lubricada, hidratando nuestros ojos igual que hacemos con nuestra piel. No obstante, si las molestias persisten, es aconsejable acudir a la consulta del oftalmólogo para realizar un diagnóstico preciso del tipo y grado de ojo seco e indicar el mejor tratamiento.

4. Presta atención a la salud ocular de los más pequeños.

En edad infantil las estructuras visuales están en pleno desarrollo y, por ello, conviene tener en cuenta ciertas precauciones. Las gafas de sol también son básicas para los niños –preferiblemente con filtros 3-4, con una mayor capacidad de absorción de la luz–, así como las gafas acuáticas protectoras, ya que suelen pasar mucho rato en el agua. Por otro lado, el periodo de vacaciones puede ser ideal para que los más pequeños disfruten de más tiempo al aire libre, compensando el exceso de visión cercana ligado al estilo de vida actual y que se ha incrementado en los últimos tiempos. Es uno de los aspectos que repercute en una miopización progresiva (dificultad para ver nítido de lejos) de las nuevas generaciones.

5. Si te has operado los ojos, sigue las pautas de tu especialista.

Prácticamente todas las cirugías oftalmológicas que se realizan en las clínicas son ambulatorias (no requieren ingreso) y suelen llevarse a cabo con anestesia local, facilitando una rápida recuperación. Sin embargo, para que el postoperatorio se desarrolle sin complicaciones, es importante seguir los cuidados que indique el especialista, como evitar bañarse en la piscina o la playa durante una semana o el plazo recomendado en cada caso, en función del tipo de cirugía y la evolución. Aunque se utilizan técnicas de microincisión, ciertas intervenciones pueden ocasionar pequeñas heridas a través de los microorganismos nocivos entran en el interior del ojo, por lo que debemos ser prudentes y cumplir con las pautas de prevención y los controles en consulta.

Revisa tus ojos para gozar de tu mejor visión.

Las principales señales de alarma que pueden motivar tu visita de urgencia al oftalmólogo durante estos meses de verano son el ojo rojo, la pérdida de visión y el dolor ocular. Ahora bien, las intensidades de los síntomas no siempre se asocian directamente a la severidad del caso, ya que alteraciones leves pueden provocar muchas molestias y otras, más graves, pueden no causar síntomas muy evidentes. Por ello, la mejor opción es acudir a revisiones oculares rutinarias, esta cita periódica con el oftalmólogo cobra especial relevancia a raíz de los resultados de estudios sobre salud ocular, en dichos estudios se ha detectado que actualmente llegan a las consultas más casos de pacientes con patologías de mayor gravedad o en un estado más avanzado debido a la falta de una visita regular al Oftalmólogo para chequear la salud ocular.

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