Por Eduardo Lázzari.
José Hernández, el poeta nacional: la paradoja del día de la tradición José Hernández, el poeta nacional: la paradoja del día de la tradición
La conmemoración de los próceres nacionales en la Argentina ha seguido la tradición occidental de recordar a las personas en la fecha en que fallecieron. De hecho, los antiguos almanaques que los comercios barriales ofrecían a sus clientes marcaban en rojo el 17 de agosto como el día del "Paso a la Inmortalidad del General José de San Martín". Los debates que siempre regresan al respecto ponen en tela de juicio el recuerdo del día de la muerte, pero en realidad lo que se rememora es el día en que alguien demuestra que su paso por la historia no ha sido en vano, sino que hizo algo que hace perenne su actuación para la posteridad.
Tan discutido ha sido el tema que en el caso de Manuel Belgrano el feriado es el "Día de la Bandera" y en el de Domingo Faustino Sarmiento el "Día del Maestro". Así es que en este día que nos convoca, el 10 de noviembre, se celebra el "Día de la Tradición", en la fecha de nacimiento del gran poeta nacional José Hernández. No deja de ser paradojal que para celebrar la tradición se haya elegido una fecha no tradicional.
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Se comenta que en la discusión de la ley 4756 de la provincia de Buenos Aires sancionada el 18 de agosto de 1939 ya se puso en duda si merecía ser el nacimiento o la muerte el evento recordado. Por lo pronto, significó no cargar el mes de octubre que ya conmemoraba con un feriado el entonces "Día de la Raza" en recuerdo de la llegada de la expedición de Cristóbal Colón a América. Finalmente, cuando se sancionó la ley nacional 21154 del 30 de septiembre de 1975 se confirmo el 10 de noviembre, pero se estableció el partido bonaerense de San Martín, donde había nacido José Hernández, como "Ciudad de la Tradición", quitando ese título que le había dado la Legislatura Bonaerense a la localidad de San Antonio de Areco.
Más allá de estas disquisiciones vale la pena recordar la vida y la obra de quien se convirtió en el autor del poema "Martín Fierro", libro fundacional de la literatura argentina y pilar de la identidad nacional. He aquí la biografía de José Hernández.
Su nacimiento y Su formación
El lugar de nacimiento del gran literato estaba al tiempo de su nacimiento ya incluido en la historia argentina, ya que en agosto de 1806 Juan Martín de Pueyrredón, uno de los propietarios de la chacra, había concentrado allí milicianos, gauchos y soldados para atacar a los invasores británicos que habían tomado la ciudad de Buenos Aires en junio, y los enfrentó en el combate de Perdriel, una derrota honrosa para los defensores, que tuvo como testigo la antigua construcción de los Pueyrredón.
José Rafael Hernández nació el 10 de noviembre de 1834, hoy hace 190 años, en el seno de la familia formada por don Rafael y doña Isabel Pueyrredón, sobrina de quien fuera Director Supremo y dilecto amigo del libertador José de San Martín. José era el segundo de tres hermanos, la mayor Eduarda y el menor Rafael, que tendría una larga carrera política, académica y militar, mereciendo sin duda un artículo dedicado a él exclusivamente.
Hay que destacar que era primo de Prilidiano Pueyrredón, uno de los más grandes pintores argentinos del siglo XIX:
El niño José estudió en un establecimiento privado llamado Liceo Argentino, dirigido por el maestro Pedro Sánchez, pero ya a los cuatro años leía y escribía como muestra de su afición intelectual. La década de 1840 fue de convulsión para la familia, ya que sus padres, temerosos de Rosas se exilian en Montevideo y dejan a sus hijos a cargo de su tía materna Victoria, y en el caso de José termina en la casona de Barracas perteneciente a su abuelo paterno José Gregorio. A los nueve años Hernández enfermó gravemente de un problema respiratorio, que se haría crónico, a lo que se sumó la muerte de su madre en 1843, debiendo abandonar los estudios para acompañar a su padre que era mayordomo en una estancia al sur de Buenos Aires. Allí profundizó sus conocimientos sobre la vida gauchesca, se convirtió en un hábil jinete y compartió todas las tareas del hombre de campo.
Vivió diez años en la zona de la laguna de los Padres y del antiguo partido de Camarones, hoy Pila. Hay que destacar que su espíritu inquieto y libre lo emparenta con quien sería más adelante su contendiente intelectual, Domingo Faustino Sarmiento, a la vez que los une la pasión por el combate en el mundo de las ideas a través del periodismo y la redacción de los dos libros fundamentales de la identidad argentina: el uno hará el más sublime poema gauchesco y el otro la obra sociológica que cimenta la identidad argentina: ambas obras literarias son las obras clásicas de las letras nacionales y ambas han incorporado el artículo "el" a su nombre como demostración de su potencia: "El Martín Fierro" y "El Facundo". Lo mismo pasa con "La Biblia", el libro de los libros.
Sus peripecias militares
Luego de la derrota del gobernador porteño Juan Manuel de Rosas, por quien no sentía ninguna simpatía, es partidario de no aceptar el predominio de Buenos Aires, y sin ser militar se enrola en las fuerzas de la Confederación participando del combate del Rincón de San Gregorio el 22 de enero de 1853 en las cercanías de Chascomús, sobre el río Salado del Sur; y más adelante el 8 de noviembre de ese año en la batalla de El Tala, en San Pedro. En 1857 se radica en Paraná, convertida por entonces en capital confederada, cuando el presidente era Justo José de Urquiza y se incorpora con facilidad a la sociedad entrerriana y vuelve a las lides militares combatiendo en la batalla de Cepeda el 23 de octubre de 1859 y en la de Pavón el 17 de septiembre de 1861 como hombre de Urquiza.
El 8 de junio de 1863 se casa en la Catedral Nuestra Señora del Rosario de Paraná con Carolina Rosa González del Solar, con quien tendría 10 hijos, dos varones y ocho mujeres, que nacerían entre Paraná, Buenos Aires y San Martín. Durante la presidencia de Bartolomé Mitre se dedicó al periodismo y la poesía, en la que incursionó tratando de escribir académicamente, y no tuvo éxito.
Luego del asesinato de Urquiza, producido en el palacio San José el 11 de abril de 1870, hecho que condenó severamente diciendo que "no creemos que sobre la sangre pueda cimentar nada que sea sólido y duradero". Sin embargo, decidió apoyar a los rebeldes seguidores de Ricardo López Jordán ya que consideró que el envío del ejército nacional por parte del presidente Domingo F. Sarmiento era un avasallamiento de la autonomía provincial. La derrota de López Jordán obliga a Hernández a exiliarse en el Brasil, donde permanece dos años hasta 1873.