Ultimó a su padre a palazos el 29 de enero de 2022. Qué hay detrás de la historia de un hombre considerado "normal".
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Walter Herrera (27) está sentado en el banquillo de los acusados por haber matado a palazos a su padre, Ramón Herrera, el 29 de enero de 2022 en el departamento Avellaneda. Su "suerte" empezará a definirse hoy, con alegatos y nadie descarta que vaya a romper nuevamente el silencio.
Aún no se sabe con claridad cuál es el móvil de tamaño crimen, pero sorpresivamente -Walter Herrera- afirmó en uno de los pasajes de la audiencia: "Pasó lo que tenía que pasar…". Lo poco que supo deslizar en estos años es que su padre lo maltrataba mucho.
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El acusado también dejó entrever que "en la casa donde convivía con su progenitor, espantaban". Los profesionales llegaron a la conclusión que el imputado no tiene culpa ni dolor por haber matado a su padre. Incluso, podría volver a cometer otro hecho de similares características. Los vecinos lo describieron como un joven raro. "Caminaba de puntitas de pie"..." andaba desnudo", señalaron algunos, pero los psicólogos sostienen que es una persona "normal".
Convivencia
De acuerdo con la investigación, padre e hijo convivían en una casa, en las afueras de Colonia Dora, sobre la ruta 92, a metros del cruce con ruta 34, Dpto. Avellaneda. "Múltiples fracturas de cráneo y pérdida de masa encefálica", fue el informe de los forenses, quienes realizaron la autopsia y advirtieron golpes post mórtem. Es decir, la víctima recibió palazos pese a que ya se encontraba sin vida.
En la audiencia de ayer prestaron declaración una médica y una psicóloga forense y una médica psiquiátrica, quienes indicaron que Walter Herrera "… no tiene empatía, es agresivo, tiene rasgos psicopáticos y comprende todos sus actos".
"Homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía", es la acusación de la fiscal, María Emilia Ganem. Para hoy está prevista la última audiencia, previo ingresar al análisis de pruebas y alegatos.
Todo indica que la Fiscalía irá por la prisión perpetua. En tanto, la defensa, Andrea Blinder, no se entregaría dócilmente al desenlace y nadie descarta que invoque circunstancias extraordinarias de atenuación, en su firme propósito de rescatar a Herrera de la máxima pena. No todo está dicho. Tampoco se descarta que Herrera declare frente al tribunal y aporte piezas que posibiliten reconstruir el porqué de tamaño hecho criminal.
