Es altamente recomendable que los niños realicen actividad física de forma habitual, que esta forme parte de su estilo de vida y que disminuyan el sedentarismo.
La actividad física desde edades tempranas ayuda a prevenir serios daños en el futuro La actividad física desde edades tempranas ayuda a prevenir serios daños en el futuro
Un estilo de vida físicamente activo en la infancia es una buena forma de prevención de ciertas enfermedades crónicas muy frecuentes en la edad adulta, como la obesidad, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer, los problemas músculo-esqueléticos y los relativos a la salud mental. También se sabe que el sedentarismo es un factor de riesgo para estas mismas enfermedades, así que la actividad física regular y la disminución del sedentarismo son un pilar importante para la salud en la infancia.
En diálogo con EL LIBERAL, el Dr. José Stenberg, médico cardiólogo infantil y Deportólogo se refirió a esta temática y brindó una serie de advertencias y recomendaciones a los padres.
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"Desde la antigüedad al presente, los humanos fuimos adoptando conductas tendientes a aumentar el confort, basándose en avances tecnológicos. Se estima que el 50% de las personas viven en ambientes urbanizados, y en muchos casos en áreas densamente pobladas, lo que implica grandes distancias hacia los centros de estudio, de trabajo, y de actividades recreativas/deportivas. Dicha situación sumada a la incorporación de dispositivos electrónicos de entretenimiento lleva a que los niños se enfrenten a ellos a edades tan tempranas como los 4 meses, llevando a la hipoactividad en domicilio", advirtió el especialista sobre los principales puntos que llevan al sedentarismo a los chicos.
El drama se incrementa cuando la alimentación no acompaña y están, a la orden del día, los alimentos inadecuados, que no suman al bienestar a los niños, y muy por el contrario, agigantan los dramas de salud a corto y/o largo plazo.
"Este sedentarismo se acompaña en muchos casos de alimentos abundantes en grasas saturadas y en azucares, lo que conlleva a sobrepeso y obesidad, con todas sus implicancias metabólicas y cardiovasculares. En este sentido hay que tener en cuenta que el sedentarismo es el responsable de 35 millones de muertes por año", explicó Stenberg al tiempo que agregó que "si un niño se desarrolla en ambientes hiopactivos, más adelante tiene altas probabilidades de ser adulto con obesidad en un 30% de los casos, siendo muy difícil cambiar sus hábitos en la adultez".