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EL LIBERAL . La Banda

¿Qué quieres ser cuando seas grande?: Cetrero

Facundo Roldán tiene apenas 25 años, pero su pasión por la cetrería comenzó a los 14. Junto a su padre y un hermano aman cuidar la vida silvestre. 

16/09/2024 06:00 La Banda
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Una pregunta clásica que reciben constantemente los jóvenes es "¿qué vas a ser cuando seas grande", en alusión a qué carrera cree que estudiará. Más allá de las posibles respuestas (policía, bombero, futbolista, cantante, doctor, etc.) el tiempo, la maduración y la realidad económica terminarán definiendo si el joven en cuestión cumple su sueño o decanta por otras alternativas.

Pero que a los 14 años, ante la clásica pregunta, un adolescente responda: "Quiero ser cetrero…", no debe estar entre las 100 respuestas más populares al menos en la Argentina.

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Es la historia de un joven bandeño que sorprendió a muchos con su amor por las aves rapaces.

Facundo José Luis Roldán contó en qué consiste su día a día en esta exótica y muy importante actividad en aspectos de la vida cotidiana que no son muy difundidos, ya que por ejemplo la cetrería permite mantener despejados aeropuertos de todo el mundo de bandadas de aves que, de colisionar con una aeronave tienen la capacidad de producir graves daños materiales y provocar fatídicos accidentes, entre muchos otros servicios similares en el campo y en la ciudad.

En su caso particular, tiene bastante experiencia a pesar de su corta edad, 25 años: "Aparte de trabajar con las aves en el campo, trabajo en control de plagas aviares a través de aves rapaces entrenadas y otros métodos como trampas de captura, señales sonoras, equipos láseres y demás. También doy una mano en la rehabilitación de aves con la Dirección de Fauna (de la Provincia)".

Formación responsable

Facundo especificó que la cetrería trabaja con "aves rapaces en general. Con rapaces me refiero a aves que cazan para su alimentación. No ingresan aves carroñeras" en esta categoría.

Defendió la formación seria, sistemática y respetuosa para recién poder considerarse cetrero: : "Primero es estudiar. Estudiar mucho porque se está trabajando con un ser vivo. Un error nuestro puede ser mortal para el animal. Y luego del estudio, conlleva la práctica con otros cetreros, que empieza por ir de acompañante o ayudante. Y después viene recién la compra del ave", en criaderos especializados y autorizados, para que no suponga ningún riesgo para el ave.

Sobre dónde y cómo es posible formarse, Facundo refirió: "Hubo un tiempo cuando se daban clases a través de las asociaciones. Pero actualmente el sistema es más cerrado, porque no todos quieren hacer las cosas de manera legal, ya que es un trabajo muy costoso económicamente y lo que hacen es aprender y depredan de la naturaleza", ya que capturan aves de la vida en naturaleza.

Explicó que por ello "se comenzó a ser más cerrado". De manera que hoy en día la actividad se funda en la confianza: "Únicamente es conseguir la confianza de un cetrero y que empiece a aprender con él mientras le ofrece material".

Cómo empezó todo

Consultado sobre cómo surgió su vocación, relató: "Mi amor por los animales viene desde muy chico. Y a los 14 años vi un video en Facebook y me contacté con la persona del vídeo. Era de Rosario. El cual me proporcionó luego de un tiempo de charla el material bibliográfico; desde allí comencé a leer y leer, aprender a identificar sus diferencias, comportamientos y sus malos hábitos. Concurrí a encuentros de cetrería, donde se brindaban charlas y capacitaciones, y también se salía al campo a realizar vuelos con las aves y salía de morralero (acompañante o ayudante del cetrero)".

"A través de esas capacitaciones que fui teniendo, aprendí manejo y rehabilitación de fauna silvestre y empecé a ayudar a las aves rapaces que estaban lastimadas con técnicas de cetrería y luego las devolvía a su hábitat. Tengo una página de Facebook que se llama Desplegando alas, y allí subo todo lo que fui realizando", contó.

Una pasión familiar

Sobre su amor por la fauna, la naturaleza y su familia, el joven bandeño señaló: "Mi nombre es Facundo José Luis Roldán, tengo 25 años, nací en La Banda. Tengo tres hermanos y mis dos padres. Junto con mi padre y mi hermano varón, trabajamos en conjunto ayudándonos en la rehabilitación de fauna silvestre".

Detalló al respecto: "Al principio me lo solventaba mi papá. A medida que fui creciendo, empecé a trabajar como ayudante en una veterinaria de la Capital sólo para poder solventar los gastos de la alimentación de las aves. Luego de la inauguración del estadio único (Madre de Ciudades), se solicitó el trabajo de control de plagas aviares a una empresa de un amigo de la provincia de Buenos Aires, quien me propuso dejarme como encargado de su empresa en la provincia. Y actualmente formo parte de la empresa 'Control Aviar', que se dedica al control de plagas aviares como palomas, catas, loros, etc. Y evitamos la propagación de enfermedades producidas a través de las heces y ácaros de las aves".

"Así llegué a trabajar en distintos espacios como estadios, galpones, fábricas y empresas que tenían esta problemática".

De esta manera logra "solventar los gastos de estos animalitos y de los que realizo la rehabilitación, ya que trabajo con un veterinario especialista en fauna silvestre, que es el Dr. Federico Belmonte, quien desde el día 1 me ayudó de gran manera con la asistencia veterinaria en los animales silvestres".

La cetrería Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Consistente en criar, domesticar y entrenar para la caza a halcones, águilas, mileones y otras aves de presa, la práctica del arte tradicional de la cetrería se remonta a unos cuatro mil años atrás. Su práctica en muchas partes del mundo durante la Antigüedad y la Edad Media está ampliamente documentada. En un principio, el ser humano se sirvió de este arte para procurarse alimentos, pero su evolución posterior hizo que luego adquiriera otros valores y se integrase en las comunidades que lo practican como una actividad social y recreativa, y también como un medio de estrechar el vínculo del hombre con la naturaleza. Actualmente, la cetrería la practican personas de todas las edades en un número considerable de países que la consideran un símbolo cultural importante y la transmiten de generación en generación por diversos medios: tutorías, aprendizajes en el seno de las familias, cursos de enseñanza formal impartidos en clubs de cetreros y escuelas, etc. La cetrería moderna, además de centrarse en sus actividades tradicionales, también se focaliza en la salvaguardia de los halcones, así como de sus presas y hábitats. Aunque los halconeros son de diferentes orígenes, en todo el mundo comparten los mismos valores, usos y costumbres en lo que respecta a la cría y el adiestramiento de las aves, al equipamiento utilizado y a la relación entre el cetrero y su halcón. Forman también parte de la comunidad de la cetrería las entidades que se consagran a la cría, los cuidados veterinarios y la salvaguardia de las aves de presa, así como las que se dedican a fabricar equipamientos para los cetreros. (Fuente: https://ich.unesco.org/es/RL/la-cetreria-un-patrimonio-humano-vivo-01708).

Cómo actuar en caso de hallar una rapaz herida o que necesite ayuda

Acerca de cómo ayudar sin dañar a un ave rapaz en aprietos (herida, atrapada, etc.), Facundo Roldán, explicó: "Generalmente, las rapaces con las que (las personas) se pueden encontrar pueden ser lechuzas, búhos, gavilanes y águilas, también pueden encontrarse con aves carroñeras (caranchos, jotes y chimangos)".

En cuanto a cómo ayudarlas en situaciones complicadas, detalló: "Lo más recomendable es comunicarse primeramente con el organismo encargado, que es la Dirección de Bosques y Fauna de la provincia y ellos determinarán qué trabajo realizar y a dónde sería trasladado el animal". Las oficinas de la Dirección de Bosques y Fauna están en Independencia N° 475, teléfono 0385 421-8391.

Insistió en este punto: "Primeramente es comunicarse con la Dirección de Bosques y Fauna o la policía más cercana. Las aves necesitan de sus plumas para poder movilizarse y si la manipulación del humano no es la correcta puede dañarla y será imposible su pronta vuelta a la naturaleza".

Asimismo, Roldán opinó: "No es recomendable comunicarse con rescatistas, ya que no todas las aves tienen la misma dieta alimentaria y la persona que la tenga tiene que saber.

Sacar rapaces o carroñeras de la naturaleza es muy dañino para el ambiente

Facundo Roldán hizo una seria advertencia por los severos trastornos que puede ocasionar sacar aves rapaces o carroñeras de su entorno natural.

"Tener un ave de estas características en cautiverio de forma ilegal, generaría un problema ambiental amplio, ya que estas especies son reguladoras biológicas. Sirven para que los animales considerados plagas no se propaguen en cantidad y también para que se alimenten de animales que murieron por enfermedades, en el caso de las aves carroñeras, para que esas enfermedades no se propaguen velozmente".

"Por esa razón, es de suma importancia mantenerlas y protegerlas en el ámbito natural", enfatizó.

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