Ex concejal negó haber secuestrado una década a su familia en Fernández: "Yo les apañaba todo"

"No me siento culpable de esto y soy inocente de todo lo que se me acusa. Lo más sagrado que tengo es mi familia, mis hijos; en ningún momento los privé de la libertad, ni nada. Siempre respeté su privacidad, ellos tienen sus teléfonos y son libres".

Tajante, ayer ofreció su declaración de imputado el vecino de Fernández, Robles, acusado de haber encerrado durante una década a su familia, en pleno centro de la ciudad, por lo cual la fiscal, Alicia Falcione, lo imputó por "privación ilegítima de la libertad agravada" y "abandono de persona agravado en concurso ideal de delitos".

Asistido por el abogado Federico Sayah Correa (foto), el ex concejal declaró entre las 13 y las 14. En lo más destacado de su descargo, manifestó: "Crié a mis hijos con valores y tienen la libertad de salir y hacer lo que quieren. Si me piden que les compre algo, lo hago. Ellos están con la mamá, dejaron de estudiar".

Caída de cabellos

Profundizó: "Mi hija cuando andaba en 2º año, y por su juventud, tuvo caída de cabellos por el bullying que le hacían en la escuela. Dejó 3º año por voluntad propia. Yo insistía en que no deje, pero ella decidió dejar los estudios".

Señaló que la familia vivía "… todos juntos en nuestra casa". Antes de la pandemia, su hija (de 32 años hoy) se fue a vivir a un departamento, sola, alquilando. Con la pandemia, por la restricción horaria, se fueron mi esposa y mi hijo a vivir con mi hija. Yo me quedé en mi casa. Desde allí se acostumbraron a tener una vida más de encierro, pero por decisión propia. Salen, van en colectivo, se compran sus cosas que necesitan".

Indicó también que su hija "tiene un contrato de locación desde hace 6 o 7 años. No cumple funciones, pero depende de la legislatura provincial. A veces la llamaban para firmar papeles. Ella maneja su dinero. Por ahí me pedía que le vaya a cobrar el sueldo y yo le entregaba el dinero. Yo trabajo en la Secretaría de Trabajo. Cumplo mi horario de trabajo y por la tarde me quedaba a cuidar a mi madre que tiene Alzheimer y está postrada".

En cuanto a su hijo: "… Dejó los estudios en 2º año por voluntad propia. Nunca trabajó. Se juntaba con sus amigos del barrio y compañeros de escuela. Iba al boliche. Salía con sus amigos, jugaba a la pelota con sus amigos. Y mi esposa era ama de casa y se ocupaba de los quehaceres del hogar".

Celulares y visión

Asimismo, relató que sus dos hijos "… tienen problemas de visión quizás por el celular porque están todo el tiempo. Mi hija tiene un poco más agravado y era atendida en Santiago. Usa lentes de contacto. Mi hijo, hace tres meses que tiene una grieta que se le está haciendo en el coxis, como un lastimado, que le ardía, pero yo no le vi".

Requerido por qué él tendría los DNI de su familia, el detenido subrayó: "De todos, menos el de mi hija. Hace dos meses vinimos al CISB con mi mujer para que lo atiendan a mi hijo, para consultar con un doctor, pero al final no nos atendieron. Hace 6 u 8 meses tuve dengue y me quedé en la casa de mi mamá y mi señora y mis hijos me venían a visitar, a cuidarme y me traían los remedios. Ninguno tiene obra social". Destacó que luego de cumplir con su horario de trabajo, se trasladaba al departamento tipo 17, y de noche dormía en su casa.

"Yo hacía las compras de todo, pero no por tenerlos cautivos; les apañaba todo"

Al detallar la cotidianidad de sus hijos, el detenido explicó: "Salían pero muy poco; estaban más en el departamento con la madre". Dijo que el varón no tiene novia; su hija estuvo de novia cuatro años con un joven, pero éste falleció. 

Indagado sobre las compras del día a día, resaltó: "Yo las hacía todos los días". Relató que esposa e hija le decían que él sabía lo que les gusta. Les compraba carne, pollo, leche, etc".

Requerido sobre el vínculo de su esposa con su familia, el imputado reveló que tenía "muy poco trato con su hermano, ya que no se llevaban muy bien". Agregó que tiene de vecina "a una policía. Ella muchas veces vio la puerta abierta; vio salir a mi familia. Yo iba y compartía partidos de fútbol con mi hijo y me quedaba hasta altas horas, pero no me quedaba a dormir por falta de lugar".

Aclaró que su familia "tiene ropa para cambiarse". Su hija "compraba con su dinero" y a mi hijo "le compraba yo. Íbamos a comprar a un local abajo del edificio. Ellos estaban mal acostumbrados a que yo les haga todo; yo hacía las compras de todo, pero no porque los tenía cautivos; yo les apañaba todo". 

Consultado sobre la salud grupal, señaló: "Nunca tuvieron una enfermedad grave. Si se resfriaban, mi mujer iba y compraba algún medicamento. Cuando la gente me preguntaba por los chicos, les decía vayan a verlos, llámenlos, pero son de la casa y no les gusta salir". 

Le atribuyen ser responsable de problemas en la salud de sus dos hijos y esposa

La acusación fiscal es contundente. Concretamente, que desde el año 2019, el sujeto habría privado de la libertad a su esposa y a sus hijos, manteniéndolos cautivos hasta la fecha en el 1º piso del dpto.

De ejercer un control permanente sobre los mismos, prohibiéndoles salir y creando situaciones de estrés con condicionamientos. Ello habría conducido a la esposa e hijos a vivir en forma aislada, impedidos de salir de dicho domicilio e incluso pedir auxilio ante el temor de sufrir represalias del jefe de familia.

También se lo acusa de poner en peligro la integridad psicofísica de su familia, situándola en estado de desamparo y decidiendo cuándo suministrarle los alimentos y qué; privándola de la alimentación mínima e indispensable; así como también de la vestimenta y atención médica necesarias; manipulándola y amenazándola.

Estos actos atribuidos al hombre, habrían generado a través del tiempo en su hija problemas de salud, tales como agorafobia, y ansiedad social, con síntomas somáticos como vómitos, dolores físicos, alergias y caída de cabello.

Por su parte, el hijo presentaría notables deterioros en su salud, como signos de desnutrición, palidez, movimientos corporales lentos y rígidos y/o deshidratación de su piel.

Lo que viene

Ahora, la Fiscalía aguarda la audiencia de conversión de aprehensión en detención. Sin perder tiempo, también la Fiscalía requiere exámenes psicológicos y psiquiátricos a todos los integrantes de la familia.

Se supo que el lunes pasado, las tres personas no habrían accedido a ser asistidas por el médico forense, deslizó una alta fuente del incipiente proceso.

La investigación inmediata incluye la extracción de información de los celulares pertenecientes a todo el grupo familiar.

Pese al hermetismo, se sabe que la esposa e hija habrían formalizado sendas denuncias el sábado del procedimiento, en el casco céntrico de Fernández.

Con el individuo alojado en la subcomisaría de Taboada, también la Fiscalía encomendaría a la policía local un riguroso informe socio ambiental.

Serán los vecinos quienes aportarán a la Justicia sus versiones, si las tuviesen, en una causa que demandará mínimo 30 días para cristalizarse en preventiva o libertad, enfatizaron los expertos.