Pesar e impotencia: "Que se haga justicia. Que no quede así como si nada ha pasado"

Escenas verdaderamente desgarradoras se vivieron, durante la mañana de ayer, en una casa del barrio Libertad donde estaban siendo velados los restos de Silvia Alicia Acevedo, la jubilada brutalmente asesinada por un salvaje sujeto que está detenido.

Decenas de familiares y vecinos se acercaron hasta una propiedad de avenida Leopoldo Lugones, entre Pedro León Gallo y San Martín, para acompañar a los deudos y despedir los restos de la mujer que durante la mañana del lunes fue asesinada salvajemente por Brian González Cáceres.

En diálogo con los medios, Paola Juárez —hija de Silvia— manifestó: "Que esto no quede impune. Desconocemos cómo sucedieron las cosas, no sabemos quiénes son estas personas que la atacaron", expresó la joven visiblemente consternada.

Paola fue la última que vio a Silvia con vida. Cerca de las 8 de la mañana, la jubilada (63) salió de su casa y fue hasta su trabajo, una panadería ubicada sobre Pedro León Gallo casi 12 de Octubre. Allí le entregó una bolsa con pan y no supo nada más de su mamá hasta que tuvo que reconocer su cuerpo masacrado.

"Esa casa siempre ha estado deshabitada y nunca se ha visto nada raro. Mi mamá pasaba por ahí cuando iba a buscar el pan, ese era su recorrido, pero no era habitual", explicó Paola quien además contó que la mañana del lunes su mamá fue a su trabajo ya que su hermano —un remisero que solía hacer esa diligencia para su madre— justo no podía en ese momento.

"Ella tampoco salía mucho a la calle. Si lo hacía nos avisaba, si tenía que hacer un trámite nos avisaba, pero ayer (por el lunes) fue ella porque mi hermano no pudo (ir a buscar el pan) y sucedió toda esta desgracia", se lamentó.

Silvia se había jubilado hace un año. Trabajaba como ama de casa, era madre de siete hijos, y su pasatiempo favorito era cuidar de sus nietos. El día del crimen había dejado su casa en orden y todo listo para que a su regreso preparara el almuerzo.

"Que se haga justicia. Que no quede así como si nada ha pasado", dijo Paola con la voz entrecortada. Además explicó: "La verdad que no sé quién es o son los detenidos. Desconocemos quiénes son, pero queremos que paguen".

Además aclaró que su madre no tenía ningún tipo de vínculo con su asesino quien la sorprendió sobre la vereda. Aún se desconoce con qué artilugio, pero lo cierto es que la hizo ingresar a la casa abandonada —que funcionaba como aguantadero— y luego de abusarla sexualmente, la golpeó con un block de cemento hasta causarle la muerte.

"Se dicen muchas cosas y espero sepa la gente respetar el dolor ajeno y que no hablen de más. Nosotros lo único que pedimos es que esto no quede impune, que el asesino pague y se resuelva todo esto", finalizó. Cabe recordar que tras el asesinato, la policía —por orden de las autoridades judiciales— realizó allanamientos en el barrio Siglo XXI y apresó a Brian, un peligroso delincuente que había recuperado su libertad días antes y el día domingo se había quitado la tobillera electrónica que la Justicia le otorgó, ya que estuvo preso por Violencia de Género.

Según las evidencias recolectadas por la Unidad Fiscal, el detenido es la única persona que entra y sale de la casa donde asesinaron a Silvia.

Remisero contó que "levantó" a Brian ensangrentado 

El testimonio de un remisero fue clave para que las autoridades judiciales lograran dar con el paradero del supuesto asesino.

Mientras todos trabajaban en la casa donde hallaron el cuerpo de Silvia, un remisero se presentó en la Unidad Fiscal y allí contó que momentos antes había levantado en la calle a un joven con la ropa completamente ensangrentada.

Según el testigo, González Cáceres le había pedido que lo trasladara hasta una casa del Bº Siglo XXI y que le dijo que era una propiedad de un amigo. Allí se había quitado las prendas que traía con sangre y llamó por teléfono a su padre.

Se desconoce qué le dijo a su padre, pero éste llegó al lugar y luego lo llevó hasta la casa. Mientras el supuesto asesino trataba de deshacerse de la ropa con sangre, la policía (por el dato del remisero) llegó a los dos inmuebles con orden judicial y lo apresó.

Última inspección ocular y levantamiento de huellas

En el marco de la minuciosa investigación que la Justicia lleva adelante, durante la mañana de ayer se realizó una nueva inspección ocular en la vivienda del horror, sobre Pedro León Gallo, entre Cabanilla y 12 de Octubre.

Allí las fiscales que trabajaron durante la jornada del lunes, ingresaron nuevamente al lugar de la masacre junto con peritos de la Policía Científica.

Según revelaron fuentes cercanas a la causa, en la nueva requisa, los expertos continuaron con los levantamientos de huellas y restos de elementos —aparentemente manoseados por el acusado— los cuales serán analizados en el laboratorio forense.

Tras la inspección de la casa del horror, que permanecía con una celosa custodia policial, fue entregada a su dueño.

Ahora será trabajo de los científicos y de la ciencia para recolectar mayor cantidad de evidencia que sindiquen a González Cáceres como el autor del homicidio de Silvia Acevedo. Los resultados de tales pruebas serán claves. A la causa se sumarían abogados querellantes.

Ahora la Justicia investigará si podía regresar a las calles

Brian González Cáceres, el principal y único sospechoso del asesinato, continúa detenido alojado en una dependencia de la policía.

Según revelaron fuentes cercanas a la causa, el Ministerio Público Fiscal solicitará que se prorrogue por al menos dos días más el interrogatorio del principal imputado, ya que esperan resultados forenses.

En paralelo, la Fiscalía analizará de forma pormenorizada las causas que había en contra del acusado. Tal como lo publicó EL LIBERAL en exclusiva, González Cáceres había sido condenado por violencia de género.

Fuentes allegadas a la investigación indicaron que tenía más de siete legajos por agredir y amenazar a su novia. Además tenía múltiples causas por robo y una investigación penal en su contra por el delito de homicidio en grado de tentativa.

Tiempo atrás, Brian habría sido detenido cuando acuchilló gravemente a otra persona en un supuesto enfrentamiento. Con tobillera electrónica —la cual se había quitado el día domingo— el sujeto había sido excarcelado recientemente. 

Ahora, tras el brutal asesinato de Silvia —a quien le destrozó la cabeza con un block de cemento— la Fiscalía investigará y determinará si podía andar en la calle, teniendo en cuenta que su prontuario lo señalan como un peligroso delincuente.