La víctima fue hallada en una casa abandonada en Pedro León Gallo, entre 12 de Octubre y Cabanilla, inmersa en un charco de sangre.
Sin piedad: exconvicto asesinó a una jubilada a golpes; le "destrozó" la cabeza con un block Sin piedad: exconvicto asesinó a una jubilada a golpes; le "destrozó" la cabeza con un block
Una jubilada fue hallada brutalmente asesinada dentro de una casa abandonada en el barrio Primera Junta, durante la siesta de ayer. Por el horrendo ataque un exconvicto fue detenido acusado como principal sospechoso.
El sangriento homicidio, que generó profunda consternación en toda la comunidad santiagueña fue descubierto cerca de las 14.30 de ayer cuando un joven del barrio ingresó a una propiedad sin moradores ubicada sobre avenida Pedro León Gallo, entre 12 de Octubre y Cabanillas, y halló el cadáver.
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Pese al hermetismo con el que las autoridades policiales y judiciales trabajan en el caso, se supo que un joven residente en la zona que aparentemente ingresó a la vivienda para consumir sustancias tóxicas descubrió a la víctima, en el piso, boca abajo, inmersa en un gran charco de sangre.
Ante la alerta del muchacho, el lugar se llenó de móviles policiales. Cuando efectivos de la Comisaría Cuarta ingresaron, confirmaron el brutal ataque. Rápidamente preservaron el sector. La cuadra permaneció cortada mientras peritos científicos y fiscales trabajaban adentro.
Con la presencia de cientos de curiosos, que se asomaron al lugar ya que no podían creer lo que se "rumoreaba", los investigadores confirmaron que la víctima era Silvina Alicia Acevedo, una jubilada de 67 años, residente a pocas cuadras.
Según se supo, la víctima llevaba más de seis horas sin vida y tenía lesiones "punzo cortantes en zona craneal, fractura de tabique y de pómulos", y signos de haber sido ultrajada sexualmente. Se encontraba sin sus prendas inferiores.
Al analizar el escenario de la masacre, los investigadores hallaron signos de que el cuerpo fue arrastrado. Al parecer la víctima había sido asesinada en un sector que estaba a la vista de quien ingrese al lugar y fue removido hasta otra habitación.
Además había varios elementos conductores, entre ellos un pedazo de block de cemento con restos de sangre. Lo que suponen sería el arma homicida. Había ladrillos en círculo que al parecer eran usados como bancos por adictos y trabajadoras sexuales que usurpan a diario la propiedad, según datos recogidos en la zona.
Una vez realizadas todas las pericias hasta altas horas de la noche, el cadáver fue trasladado a la morgue judicial para ser examinado en una junta médica forense. Bomberos colaboraron con sus pares de la Comisaría Cuarta, y trasladaron el cuerpo a la morgue judicial del hospital Independencia.
Regresaba de buscar el pan cuando el acusado la interceptó en la vereda
Fuentes cercanas a la investigación judicial que se llevaba adelante informaron a EL LIBERAL que a través de las cámara de seguridad se puede ver cuando Silvia regresaba de buscar el pan en una panadería donde trabaja su hija a pocos metros del lugar. Volvía caminando a su casa, en Pedro León Gallo casi Lugones.
Según muestran las imágenes, González Cáceres entabla una conversación con ella. Minutos después ella continúa su marcha, pero él por segunda vez la llama. ¿Qué le dijo? Es lo que nadie sabe ni sabrá.
El supuesto asesino, tras hablarle (podría haberle pedido una ayuda), la convence e ingresa él a la casa, luego ingresa ella y el asesino le quita la vida. La víctima no conocía al atacante y no había ningún tipo de vínculo entre ellos.
Mientras tanto, sus hijas con quienes residía ya habían comenzado a buscarla desesperadamente. Las jóvenes habían regresado de trabajar y su madre no estaba en su casa.
De inmediato comenzaron a llamarla. Al ver que todas sus pertenencias estaban en el inmueble salieron a buscarla. Recorrieron hospitales, comisarías, hasta que supieron por vecinos que habían hallado a una persona muerta en aquella casa desocupada.
Las hijas de Silvia llegaron a la escena del homicidio y descubrieron el peor final. Su madre había sido asesinada. Las mujeres revelaron que su madre era "muy confiada, y no veía maldad en ninguna persona".
El asesino se valió de la nobleza de la jubilada para hacerla ingresar a la casa, abusarla y luego matarla a golpes.