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EL LIBERAL . Santiago

La Diócesis de Santiago del Estero: Sede Primada de la República Argentina (V parte)

Por Eduardo Lazzari - Historiador.

01/09/2024 06:00 Santiago
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La historia de la Iglesia Católica en Santiago del Estero en los últimos sesenta y tres años estuvo marcada por la presencia de seis obispos titulares de la diócesis y dos obispos auxiliares, uno que fue trasladado a otra jurisdicción y el otro actualmente en funciones. Todos los obispos santiagueños murieron, renunciaron o se retiraron en el ejercicio de su ministerio episcopal, sin que ninguno de ellos fuera enviado a otro destino. Vamos a recorrer hoy la vida de dos obispos fallecidos, ya que la prudencia del historiador requiere dejar que el tiempo pase para ejercer su oficio, y como dijo algún cronista "toda persona puede, hasta el último suspiro de su vida, redimirse o condenarse por sus acciones".

He aquí la vida y la obra de dos de los últimos obispos de Santiago del Estero, que gobernador la grey católica durante tres décadas y media. 

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Manuel Tato

Este porteño nació el 5 de marzo de 1907, contemporáneamente a la creación de la diócesis en la que moriría como obispo siendo presidente de la Argentina el cordobés José Figueroa Alcorta y gobernador de Santiago don José Santillán. Ingresó al Seminario Menor de Buenos Aires a los diez años y vivió allí hasta doctorarse en Filosofía y Teología. Fue ordenado presbítero sin haber cumplido la edad que marca el Código Canónico gracias a una dispensa papal el 21 de diciembre de 1929. Fue cura teniente en varias parroquias de Buenos Aires, a la vez que ejercía como profesor de Sagradas Escrituras y juez eclesiástico. Llega a ser párroco de Nuestra Señora de Balvanera y es nombrado asesor arquidiocesano de la juventud de la Acción Católica Argentina. 

El papa Pío XII lo distingue como canónigo de la Catedral porteña. El 13 de noviembre de 1948 es nombrado obispo titular de Aulón y auxiliar de Buenos Aires, siendo ordenado el 27 de marzo de 1949 por el arzobispo, cardenal Santiago Luis Copello, a quien acompañaron el arzobispo de Santa Fe Nicolás Fasolino y el auxiliar porteño Antonio Rocca. Vale recordar la curiosidad que la sede de Aulón, una imaginaria diócesis antigua, fue ocupada desde 1832 por argentinos. Hay que destacar que Copello fue el primer primado de la Argentina, cuando el papa Pío XI designa a la capital del país como sede primada el 29 de enero de 1936, en ocasión del cuarto centenario de la ciudad a través del decreto "Cum ecclesiastica provincia Bonaërensis".

La juventud de Tato, quien tenía sólo 42 años al convertirse en obispo lo convirtió en el brazo ejecutor de las acciones de Copello, el primer príncipe de la Iglesia de habla hispana en América, un pastor fundador de parroquias sin gran muñeca política, lo que se vería dramáticamente expuesto en los años por venir. A fines de 1954 el gobierno del presidente Juan Perón envía tres proyectos de ley claramente contrarios a las posiciones de la Iglesia, que resultan rápidamente aprobados por el Congreso Nacional: la supresión de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas; el divorcio vincular; y la legalización de la prostitución. Monseñor Tato fue la cabeza de la fuerte reacción del clero a las decisiones del gobierno. 

En los álgidos días de junio de 1955 Tato asume la organización de la tradicional procesión de Corpus Christi para el 11 de ese mes, que fue prohibida en las calles por el gobierno, circunscribiéndola al ámbito interior de la Catedral. El acto religioso fue multitudinario, pero terminó convertido en una manifestación opositora al gobierno, y monseñor Tato, acompañado en el balcón del Arzobispado por el cura Ramón Novoa, dirigió un furibundo discurso a favor de la libertad religiosa y muy crítico del gobierno. Tres días después, y sin que mediara orden judicial, el Poder Ejecutivo decretó la expulsión de ambos sacerdotes, que abandonaron el país en forma inmediata. Este acto, que significó poner mano sobre un obispo (Tato) significó la excomunión de todos los funcionarios que participaron de la decisión. Los expulsados regresaron a la Argentina el 22 de octubre de 1955.

Monseñor Tato cesó en su función de obispo auxiliar y se lo designo párroco de la basílica Nuestra Señora de la Merced por el administrador apostólico de la arquidiócesis, monseñor Fermín Lafitte, que ofició de virtual interventor de la arquidiócesis porteña, separando de sus funciones al cardenal Copello, en uno de los momentos más tensos de las relaciones episcopales argentinas en la historia. Monseñor Tato participó de las cuatro sesiones plenarias del Concilio Vaticano II, realizadas en los pontificados de Juan XIII y Pablo VI entre 1962 y 1965, donde se destacó por su versatilidad y la claridad de sus posiciones.

El 11 de julio de 1961 el papa Juan XIII lo nombro obispo de Santiago del Estero, llegando a la diócesis el día de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 1961. Era presidente Arturo Frondizi y gobernador Eduardo Miguel. En el tiempo entre el nombramiento y la asunción de Tato el territorio eclesiástico santiagueño fue dividido en dos al crearse la diócesis de Añatuya, en el sector noreste de la provincia.

En la sede desde ahora primada de la Argentina, tuvo gran empeño en fomentar las vocaciones sacerdotales, logrando además la radicación de congregaciones religiosas extranjeras, llegadas desde Europa y Estados Unidos. Creó varios colegios en toda la diócesis, incluyendo algunos establecimientos terciarios. En 1976 fue impulsor de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, lo que logró. Dos obispos lo eligieron para su ordenación episcopal: el de San Isidro Antonio Aguirre y el de Reconquista Juan José Iriarte. 

Murió en la sede catedralicia de la "madre de ciudades" el 12 de agosto de 1980 y se encuentra sepultado en el Jardín de los Obispos, a la vera de la iglesia matriz santiagueña.

Manuel Guirao

El quinto obispo de Santiago del Estero fue el bonaerense Manuel Guirao, quien nació en el pueblo de Rafael Obligado, en el partido de Rojas el 4 de junio de 1919. Ingresó al Seminario de La Plata y fue ordenado presbítero en la basílica Nuestra Señora de Luján el 5 de diciembre de 1943. Fue destinado a varias localidades del interior de la provincia de Buenos Aires, entre ellas Chivilcoy, Mercedes, Pellegrini y Lincoln, donde el 31 de octubre de 1970 recibe la designación como obispo de San Ramón de la Nueva Orán. Fue consagrado obispo el 8 de diciembre de 1970 por el entonces obispo titular de Caeciri y auxiliar de La Plata, hoy beato Eduardo Francisco Pironio y lo acompañaron como coconsagrantes los obispos de Nueve de Julio Alejo Gilligan y de Avellaneda Antonio Quarracino. Toma posesión de su sede el 20 de marzo de 1971, cuando gobernaba la Argentina el general Alejandro Agustín Lanusse y Santiago del Estero Carlos Jensen Viano.

En su destino salteño fue muy activo en la organización de su jurisdicción, siendo el constructor de la Catedral. Luego de diez años de actividad pastoral fue trasladado como obispo de Santiago del Estero el 20 de enero de 1981 y llegó a su nueva sede el 20 de marzo. Eran los tiempos tempestuosos del último gobierno militar. Consciente de la necesidad de mejorar la formación sacerdotal en el norte argentino, en 1984 fue artífice de la creación del Seminario Mayor Interdiocesano en la "madre de ciudades", junto a los obispos de La Rioja Bernardo Witte; de Catamarca Alfonso Torres Farías; de Añatuya Jorge Gottau, y el prelado de Deán Funes Lucas Donelly. Esta nueva institución fue bautizada como "Santiago El Mayor" en homenaje al patrono provincial, siendo inaugurada con premura el 19 de marzo de 1985 y su sede se encuentra en la calle Garibaldi 350.

Fue promotor de las comunidades eclesiales de base, lo que le valió algunas polémicas con sectores del clero y de la sociedad santiagueña. Hombre de oración, fue un gran promotor del movimiento carismático y aún se recuerdan sus misas multitudinarias. Al llegar a la edad canónica de 75 años, presentó su renuncia al obispado, la que le fue aceptada el 23 de noviembre de 1994. Seis años después fue llamado como administrador apostólico de Chascomús desde el 18 de febrero de 1999, cuando fue trasladado a Santiago del Estero Juan Carlos Maccarone desde la diócesis ubicada a 120 km. de Buenos Aires. Guirao terminó su tarea el 20 de mayo de 2000 y falleció el 2 de enero de 2005 a los 85 años. Fue sepultado en el Huerto de los Obispos, en el solar de la Catedral santiagueña. En esos días el presidente argentino era Néstor Kirchner y el interventor federal de Santiago Pablo Lanusse.

Para el próximo artículo prometemos las biografías de los obispos Gerardo Eusebio Sueldo y Juan Carlos Maccarone, dejando para la crónica periodística las aún inconclusas biografías del obispo emérito monseñor Francisco Polti Santillán y del nuevo arzobispo primado de la Argentina monseñor Vicente Bokalic Iglic, Todo esto si Dios quiere, en estas queridas páginas de "El Liberal".

EDUARDO LAZZARI

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