El sujeto saciaba sus bajos instintos cada vez que era visitado por la niña. Todo ha sido descubierto en el 2021. Fue condenado, pero con "domiciliaria".
Lo condenaron a 10 años de prisión por el abuso sexual de una nieta Lo condenaron a 10 años de prisión por el abuso sexual de una nieta
Un tribunal condenó a 10 años de prisión a un septuagenario, al hallarlo responsable del abuso sexual de su nieta de 10 años, en el año 2021, en un barrio de esta capital.
En efecto, los vocales Luis Domínguez, Luis Achával y Graciela Viaña de Avendaño sellaron el futuro inmediato de un aberrante sujeto, para quien la fiscal Yésica Lucas había requerido 13 años de prisión por "abuso sexual con acceso carnal agravado por su condición de guardador". (Se omite identificar al condenado para preservar la identidad de la pequeña víctima).
De acuerdo con la investigación, las vejaciones se habrían consumado mientras la menor visitaba a sus abuelos y otros familiares, ocasión que el condenado aprovechaba para cometer el delito. La menor sacó a la luz las vejaciones y en menos de una semana su abuelo terminó tras las rejas. En Cámara Gesell, la víctima fortaleció las pruebas y él recibió prisión preventiva.
Cumplidos los dos años privado de la libertad, la defensa, a cargo de Delfín Santillán y Juan Manuel Rojas (fotos), planteó la prisión domiciliaria, por tratarse de una persona de más de 70 años y alegar problemas en su salud. Ahora, un tribunal juzgó la conducta del sujeto y todas las pruebas tornaron cuesta arriba la estrategia defensiva.
En la penúltima jornada, Lucas instó a una condena de 13 años, al sostener que las consecuencias se extenderán en el tiempo y que si bien no mitigarán el sufrimiento de la menor, podría asumirse que desde lo cuantitativo, quizá se logró una relación entre el daño y el efecto legal reparador.
En tanto, la defensa se jugó por la absolución, al afirmar que las pruebas no fueron contundentes. Asimismo, bregó para que el alto cuerpo no le revoque la domiciliaria.
Tal cual, finalmente el abuelo abusador fue condenado a 10 años de cárcel, pero purgará la pena en su casa, supeditado a un conjunto de reglas de conducta. El septuagenario será monitoreado por las autoridades policiales.
