El veterinario sostiene que si sobrevivió tanto tiempo dentro del pozo tan ferozmente atacado fue porque estamos en invierno y no hubo riesgo de deshidratación.
Dramático rescate: un caballo cayó a un pozo ciego y una jauría le mutiló las orejas Dramático rescate: un caballo cayó a un pozo ciego y una jauría le mutiló las orejas
La ONG Asociación Contra el Maltrato Animal (ACMA), alertada por los vecinos de San Vicente, rescató a un caballo joven que había caído en un pozo ciego y permaneció más de dos días encajado hasta que los bomberos lo sacaron sin orejas porque se las habían comido unos perros que lo atacaron cuando estaba indefenso.
La postal es repetida y recurrente, porque los pozos ciegos abiertos son muy comunes en las construcciones rurales transitorias que no respetan ninguna norma sanitaria elemental.
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Los rescatistas afirman que, contra lo que se creería, es bastante común que ocurran estos percance en tales circunstancias, pero más que nada en asentamientos, donde, en general, están a cielo abierto.
Los mismos que los usan como tracción a sangre son los que, cuando regresan, los liberan a diario para que se las arreglen con la comida.
El 23 de agosto último, cuando bajaron del trailer al caballo malherido que habían rescatado e ingresó en el hospital y sede de la institución, sito en la localidad de Alejandro Korn, el personal que lo recepcionó quedó estupefacto.
Presentaba coágulos purulentos en los huecos que dejaron en su cráneo las orejas arrancadas de cuajo, con sangre seca adherida al pelaje y una terrible infección enquistada en los cartílagos al descubierto.
El caballo no sólo estaba abatido y como desorientado por el tiempo que llevaba a la deriva, sin alimento y muy dolorido, sino que al perder el sentido auditivo, que es con el que captan inicialmente cualquier riesgo y se lo transmiten a la vista y el olfato, además de comunicarlo a los congéneres, se siente indefenso y desamparado.
Cuando llegó el único médico veterinario de la ONG, su fundador y presidente, Ariel Corse, a tomar el contacto inicial para revisarlo y diagnosticarlo, los asistentes ya lo habían bautizado Vicentico, una derivación del primer nombre espontáneo que le habían puesto: Vicente van Gogh, por su oreja cortada.
Tres días atrapado
Corse contó a Noticias Argentinas que, por el tipo de heridas y el estado en el que se encontraba, la hipótesis era que había permanecido de dos a tres días atrapado en el pozo ciego, con sus patas inmovilizadas chapaleando el lodo y la cabeza a flor de superficie, a merced de los perros para que le masticaban las orejas.