El ladrón dominó la escena delictiva, mientras la familia damnificada descansaba. Tras la insólita cena, huyó sigiloso, pero lo delató una vecina al verlo retirarse. Le secuestran todo el botín.
"Diño" Coria desvalija casa de Suncho Corral y vacía la heladera "Diño" Coria desvalija casa de Suncho Corral y vacía la heladera
Un individuo apodado "Diño" desvalijó una casa mientras su familia propietaria dormía y tuvo tiempo suficiente hasta para apropiarse de la heladera, saborear comida del almuerzo y prepararse un "sanguchito" de fiambre.
El noctámbulo protagonista fue identificado como "Diño" Coria, según la denuncia de la damnificada, de apellido Chávez, del Bº Challua, en la ciudad de Suncho Corral, Juan Felipe Ibarra.
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El incidente se registró el fin de semana y demandó despliegue del personal de la Seccional 28, que concluyó con la aprehensión de "Diño" y el secuestro de herramientas de la damnificada y otras personas, desde una zona montuosa cercana.
La visita nocturna
Según la denuncia de Chávez, ella dormía en su habitación. En otra, hacían lo propio sus hijos. Cero timidez, "Diño" se habría colado por una ventana trasera, hasta tomar absoluto control de la vivienda.
Sin que grandes o chicos despertasen, el maleante habría separado una licuadora, jarras, una pala, sillas de plástico, una bomba de agua, herramientas de albañilería, una cortadora de césped, solo por citar lo más importante.
En su incursión por la casa, fue hasta la pieza de Chávez. Arrojó al piso una billetera carente de dinero. Luego, abrió la heladera comió comida del mediodía. El hambre era intenso y se preparó un "sanguchito" de fiambre.
Satisfecho en su voracidad y saciado el hambre, "Diño" tomó sus alforjas gordas y abandonó la vivienda. En su retirada, no advirtió que una vecina lo contempló alejándose y a los pocos minutos alertó a los Chávez.
Formalizada la denuncia, el fiscal Martín Silva dio luz verde a operativos en un monte. Los policías rescataron gran parte de lo sustraído a Chávez y a otros vecinos, trascendió de la causa. Resignado, "Diño" extendió sus manos cuando le colocaron las esposas y se despidió, por un tiempo, de la libertad.