Una gendarme denunció "abuso sexual, violencia de género y abuso de autoridad" en escuadrón local

Una cabo de Gendarmería Nacional denunció en la Justicia Federal a un superior, atribuyéndole supuestos "abuso sexual, violencia de género, acoso sexual y abuso de autoridad".

Con el patrocinio de la abogada, Eliana Ramos Yapur (foto), la gendarme relató que los hechos sucedieron en el  Escuadrón 59 Santiago del Estero. La denuncia se presentó ante el juez Federal Guillermo Molinari y fiscal Pedro Simón.

La denunciante señaló que en marzo hubo un robo en su casa, y que a partir de ese momento "… comenzó mi padecimiento y ser objeto de constantes acosos sexuales y hostigamientos psicológicos". Afirmó que "ha incurrido en incansables y sistemáticas conductas abusivas, violando mis derechos y dignidad como militar y persona".

Detalló que debió soportar "comentarios sexuales y proposiciones indecentes; insinuaciones y piropos de naturaleza sexual, que crearon un ambiente laboral incómodo e intimidante. En reiteradas oportunidades me invitaba a salir con él en un ámbito por fuera de lo laboral". Ahondó, "tocamientos y roces innecesarios, como tocar mi brazo o espalda..." "... En una oportunidad, al saludarme, me apretó fuerte la mano para que no me fuera y me jaló hacia él para acariciarme la misma mano".

Agregó, "hostigamiento psicológico, como preguntar constantemente sobre mi vida privada, mis relaciones personales y mis actividades fuera del trabajo, con el fin de tener control sobre mí y ejercer poder sobre mi persona; exigencias de explicaciones sobre mi vida privada, como preguntar por qué salí con alguien o si estoy en una relación sentimental. En una oportunidad, me ordenó que explicara por escrito, los motivos por los cuales, un compañero de trabajo tenía una copia de la llave de mi casa".

La denunciante citó también, "miradas lascivas, comentarios obscenos, gestos inapropiados y humillantes en mi presencia y en presencia de algunas de mis compañeras. En una oportunidad, al momento de retirarme de su oficina, pude ver cómo se levantaba rápidamente de su silla para mirarme y hacer gestos obscenos frente a una compañera presente", a la que ofreció de testigo.

Enumeró también "solicitudes de favores sexuales a cambio de beneficios laborales, como ofrecerme bienestar o mejoras en mi trabajo a cambio de salir a solas con él…" "… Al rechazar sus insistentes pedidos, arbitrariamente ordenó mi traslado temporal a Quimilí, Moreno, ocasionándome perjuicios económicos".

Según la joven, "... me amenazó diciéndome que siempre me iban a pasar estas cosas si no salía con él…" "… Estos hostigamientos psicológicos y acosos sexuales, casi siempre se dieron dentro de la privacidad de su oficina".

"Miedo, ansiedad, estrés y ataques de pánico"

Siempre con base en la denuncia, la gendarme manifestó: "Estos hechos tuvieron un impacto significativo en mi bienestar y capacidad para desempeñar mi trabajo de manera efectiva, generando en mí, sentimientos de miedo, ansiedad y estrés", explicó su abogada Ramos Yapur (foto).

Resaltó que tras "el último encuentro personal que tuve con él y sus acosos, empecé a sufrir ataques de pánico, que fueron diagnosticados luego de diversos estudios médicos a los que me tuve que someter".

Como consecuencia, "ante la desesperación de mi desprotección", solicito ayuda a otro superior, quien "en forma textual, me manifestó: "Piloteala, seguile la corriente y no jodas porque te van a sacar de pase a otra subunidad".

La gendarme profundizó que al no soportar más "estos constantes acosos y humillaciones, me llené de valor, y decidí denunciar primeramente en la Oficina de Referentes de Género de una Unidad superior a la de mi victimario".

Explicó la mujer que recibió contención con un psicólogo y fue derivada a un psicólogo civil: "Me manifestó que no podía hacer nada porque se trataba de un "jefe", destacó la denunciante ante el Federal.