Cayeron unos 600 mil aportes por el desempleo y la informalidad

El efecto de la devaluación de principios de año, sumado luego a la profundización de la recesión de la actividad económica, provocó que unos 600 mil trabajadores dejaran de aportar a la seguridad social y a las obras sociales, situación que en estas últimas derivó en una caída de ingresos que a junio último ascendía a más de $40.000 millones por mes, de acuerdo con un informe proporcionado desde la obra social Boreal Salud.

Los datos, registrados a junio último según el presidente de esta obra social, Mario Koltan, reflejan el impacto de la recesión en este sector a nivel nacional, en especial, por lo vivido durante el primer semestre del año.

"El impacto de la desocupación y la informalidad son números más que difíciles para los aportes que reciben las obras sociales. Si se toma un salario promedio a nivel nacional de $750.000 y calculamos la cantidad de bajas de aportes al sistema de la seguridad social, hay 600.000 trabajadores que dejaron de aportar, ya sea por una situación de despido, por una situación de suspensiones o por haber pasado a una situación de informalidad", indicó.

Los datos de la caída global de aportantes al sistema surge a partir que "hay cerca de 47.000 trabajadores públicos menos. También se cerraron 223.000 cuentas sueldo de trabajadores y el resto son los que pasaron a la informalidad o están en una situación de no contribución, todo eso impacta en la caja de la seguridad social, un espanto", agregó.

Según los números que describe Koltan, el porcentaje de aportes a las obras sociales que realizan los trabajadores es de un 6% más otro 3% que aporta la empresa para la que trabajan. Entre ambos suman un 9% que mientras están en actividad, se destina a la cobertura de salud.

En el escenario actual, esos 600 mil trabajadores que dejaron de aportar, con salarios promedio en $750.000, configuraban una masa salarial de unos $450.000 millones. El 9% de ese monto, que eran los aportes destinados a la cobertura de salud, sumaban unos $40.500 millones. Precisamente, ese volumen de aportes fue lo que dejó de ingresar a las obras sociales por los despidos y el avance de la informalidad.

"Esto ha sucedido a partir del impacto devaluatorio de diciembre pero las primeras repercusiones han sido sobre todo en febrero y marzo que es el momento donde la curva de empleos cae mucho más, porque es cuando las empresas dejan de bancar la situación y comienzan a tomar medidas sobre sus estructuras laborales", apuntó Koltan.

Puntualizó que "en 8 meses se tuvo un acumulado en el cual se llega a estos números que uno se da cuenta que no es viable. A nosotros se nos está transformando en un gran inconveniente".

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