¿POR QUÉ DEBEMOS RECORDAR AL GENERAL JOSÉ DE SAN MARTÍN?

Por Prof. CLEMENTE DI LULLO Presidente De La Asociación Cultural Sanmartiniana De Santiago Del Estero Capital

Al atravesar tiempos de crisis agudas y peligrosas para el futuro político, social, económico y cultural de nuestra sociedad, bueno es recuperar la memoria fundacional de nuestra patria. Sin duda, será San Martín quien nos convoque como ejemplo grande de conductas que deben imperar en la sociedad para encontrar la fuerza que en otros tiempos nos constituyó como nación independiente, soberana, próspera y con elevados índices de ponderación educativa e intelectual.

En ese contexto, nos apura la reflexión seria y sensata acerca de por qué debemos rendir homenaje al prócer americano.

Desde nuestra Asociación Cultural Sanmartiniana asuminos la responsabilidad de ahondar en el conocimiento documental de la vida del Libertador para comprender mejor la grandeza del hombre que supo enfrentar todo tipo de dificultades, destrato, crítica feroz, maledicencias y hasta complots de los enemigos de la libertad y los derechos del hombre. Nada lo arredró. Es cierto que algunas batallas las perdió pero nunca le dio vuelta la cara a los desafíos.

Debemos, hoy más que nunca, ocuparnos de conocerlo mejor como líder político, militar, social para buscar en sus valores morales y éticos la renovada fortaleza espiritual para no rendirnos ante tanta frustración.

Es cierto que San Martín trajo como misión trascendente trabajar para dar a América del Sur la libertad y la independencia. Este objetivo militar lo consiguió de la mano de sus disciplinados y valientes Granaderos, a los que se sumaron enormes masas humanas compuestas por indios, esclavos, mulatos, peones, hombres, mujeres y niños que se llenaron de gloria atravesando la Cordillera de los Andes y haciendo flamear la bandera de la libertad y de la dignidad por Argentina, Chile, Perú, Bolivia y Ecuador.

Pero junto a él llegó también la antorcha de la educación.

Concebía que la libertad conseguida tendría su mejor columna en la difusión de las letras, las artes y las ciencias. Para ello, igual que Manuel Belgrano, no titubearon en donar la mayor parte de los beneficios económicos que se les otorgara para destinarlos a la creación de escuelas y bibliotecas.

Se trata, en fin, de respetar el riquísimo legado sanmartiniano y aplicarnos a ponerlo en práctica cotidiana El otro gran legado sanmartiniano es el consejo de que el Hombre Nuevo de la América del Sur debía construir su destino en relación de hermandad y fraternidad con todos los pueblos asentados en el vasto territorio independizado. La visión de estadista de San Martín le llevó a ver y comprender ya en aquel tiempo que cada república encerraba en sí misma una variedad de culturas y etnias que jamás debían ser dejados de la consideración de ciudadanos que por mérito y patriotismo les correspondía.

Para San Martín sólo existía un pueblo: el americano y un partido político: el americano.

Se trata, en fin de respetar el riquísimo legado sanmartiniano, valorarlo en toda extensión como experiencias de vida ejemplar que supo combinar armoniosamente las virtudes de la razón sobreponiéndolas a las apetencias instintivas de poder y dominación que son naturales al hombre.