Especialistas en educación apoyan la medida de no autorizar el uso del celular en la escuela

Una medida adoptada recientemente por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en las escuelas primarias y en los jardines de su jurisdicción, los estudiantes no podrán usar celulares durante las clases ni en los recreos, en tanto que en las secundarias, los teléfonos deberán estar guardados durante las horas de clase excepto en las actividades pedagógicas planificadas.

El tema puso nuevamente sobre el tapete la discusión sobre cómo este impedimento caerá en la comunidad educativa, teniendo en cuenta que desde muy corta edad, los chicos ya manejan un celular y lo llevan a dónde estén.

Sobre este tema, EL LIBERAL consultó a dos especialistas que se mostraron de acuerdo con la medida, aunque advirtieron que con los avances de la tecnología, se puede emplear el celular como una herramienta pedagógica, en tanto y en cuanto los docentes estén debidamente capacitados.

Acertada

La licenciada Olga Dolores Romagnosi, psicopedagoga y magíster en Psicología Educacional, consideró "acertada la medida, ya que la gran mayoría de los alumnos porta celulares, un elemento que es de distracción e impide la socialización".

"Buscan estar conectados todo el tiempo y su mente está ligada a la posibilidad del intercambio con el objeto, que es el celular, y desde luego interrumpe toda la cuestión de la atención, y sobre todo el intercambio social con pares", analizó.

Acentuó que le parece "una medida bastante acertada", ya que consideró que el celular "es invasivo de la configuración que tiene que tener un aula, que debe estar librada de elementos distractores para los alumnos",

"En el secundario, es más selectivo, ya que los profesores pueden habilitar el uso de los celulares con fines pedagógicos, como investigar en Google, y para ello deben estar preparados para utilizar el celular como recurso, sobre todo porque muchos profesores desconocen el tema de la tecnología, y cabe la posibilidad que lo utilice como un elemento didáctico, lo que en realidad propende al intercambio social, interpersonal y a la socialización", concluyó.

Influencia

La profesora Amanda Anríquez, capacitadora docente, apuntó que "es innegable la gran influencia y el poder del uso de los celulares en la sociedad toda hoy, en las calles, en las escuelas, en los trabajos, y como no, en los estudiantes, que reproducen ese hábito inconsciente quizás de que se ha vuelto una herramienta poderosa".

"Esta resolución pretende de alguna forma controlar el uso del celular para lograr una mayor concentración en las aulas, mayor aprendizaje y mayor socialización. Es atenta a la etapa evolutiva de cada uno y la responsabilidad y la participación de los padres, pero también es importante saber que el uso de la tecnología es el universo y el mundo de hoy de los alumnos, y el celular es una herramienta pedagógica hoy, lo que sucede es que hay que saber cómo usarlo, y en qué momento usarlo y no hay suficiente capacitación al respecto para los docentes", alertó.

Buscar un contrato de convivencia escolar

La profesora Anríquez, analizó que "está bien el control de los celulares en la escuela, pero tenemos que pensar que, antes que imponer, hay que preparar, dialogar con la comunidad, con los padres, con los chicos sobre por qué estamos fijando tiempos y momentos para el uso de los celulares, y que todos se comprometan en un contrato de convivencia escolar, algo que es necesario y básico".

"En el secundario, puede que los chicos se revelen, y pasó en otros países que debieron retroceder con la medida. Por otra parte, hay que capacitar a los docentes en alfabetización digital. Está bien que limitemos el uso de celulares, pero concienticemos por qué estamos trabajando así, y después capacitemos fuertemente en el uso de recursos diferentes al celular para implementarlo dentro de las escuelas", añadió.

Fundamentos de la medida en Ciudad de Buenos Aires

El gobierno porteño decidió regular el uso de los celulares en las escuelas "para mejorar la calidad de la enseñanza y favorecer el desarrollo de los chicos y adolescentes", según el comunicado oficial que explica la medida.

La resolución firmada por la ministra de Educación, Mercedes Miguel, surge de consultas y acuerdos con equipos docentes, especialistas y representantes de ONG, y tendrá impacto en 566.000 estudiantes de 2.291 escuelas de nivel inicial, primario y secundario, tanto estatales como privadas, informó el Ministerio.

El objetivo es "estimular la concentración" de los alumnos en las horas de clase y "promover la socialización" durante los recreos. La resolución fija un "piso" de restricciones y le encomienda a cada escuela la confección de un protocolo.