Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Opinión

El otro

Por Francisco Viola.

Como la mayoría de las personas estoy en grupos de WhatsApp. Eso pasa por formar parte de pequeñas comunidades donde se comparten intereses de los más variados o, a veces, sólo pasa por circunstancias laborales u otras. Es bueno recordar que, aunque no las conozcamos –casi es lo habitual-, los grupos tienen reglas de convivencia, que, generalmente, no se cumplen mucho, porque se desconocen completamente. Sumado a esta ignorancia, como la vida misma, en todo grupo, hay personas de las más variadas personalidades. Sin mucho análisis, bien podríamos encontrar categorías comunes en esos grupos. Es más, estoy seguro que todos las pueden encontrar. Dentro de ellas, hoy me quiero detener en quienes generalmente no escriben textos, sino mandan audios. Como bien dicen en las reglas de convivencia virtual: el audio es algo muy práctico para quien lo manda, pero, definitivamente, no siempre lo es para quien lo recibe. Pero el primero (o primera) lo hace independiente del segundo. Es más, aunque alguien diga en su perfil "no escucho audios", hay personas que lo mismo le mandan. En general es negligencia, indiferencia o, simplemente, me creo con derechos.

Pues, esta actitud me hizo pensar en lo que sería es el tema central que está en juego. Como siempre ¿qué lugar le damos al otro en la vida o en la circunstancia que nos toca? Básicamente, se puede simplificar en la pregunta más importante que debemos responder siempre: ¿el otro es importante? Aclaración vital para a tener en cuenta: darle importancia al otro, jamás conlleva olvidar que nosotros también lo somos. Por eso, cuando damos importancia al otro, debemos recordar lo obvio: uno también es el otro para alguien.

También te puede interesar:

¿Ahora qué significa decir que el otro es importante? En primer, lugar ser más cuidadoso en lo que decimos, hacemos y ofrecemos. Esto no quiere decir, es importante señalarlo, ninguna censura incluida, sino procurar que las formas siempre tengan en cuenta la honestidad, pero también cierta calidez humana. La verdad más dolorosa, siempre tiene formas de decirse que hacen la diferencia para pasar el trago amargo. 

Debemos procurar la comodidad, porque siempre, nos la merecemos. El límite sería, entonces, ¿que no genere una incomodidad a los demás? Sería genial, pero, ¿cómo lo podemos saber? Para ello, hay dos posibilidades. La primera, pensar lo que nos incomoda a nosotros y eso intentar no hacerlo con los demás. Este simple procedimiento logra ser un avance, pero no siempre es así. Vamos, pues, a lo segundo que es, muchas veces, lo más difícil: estar atentos a los demás porque, muchas veces, expresan su incomodidad, ya sea diciendo lo que no quieren o cuando lo reciben manifestándolo de alguna forma. Frente a ello, la pregunta decisiva para decidir qué hacer sería ¿Es tan vital para mí seguir haciendo aquí y ahora eso que incomoda? Porque el no incomodar, jamás debe estar asociado a no ser honestos con nosotros mismos, coherentes con nuestras ideas y concreto con los derechos que debemos defender. 

Las reglas son importantes para la convivencia. Las reglas no son entidades fijas, sino consensuadas, sirve para que algo funcione. Siempre se pueden cambiar. Es más, las parejas que mejor se llevan son las que aprenden a modificar las reglas. Pero, para ello, también hay reglas y son bien simples: una comunicación franca, un respeto innegociable, un cuidado por las emociones y la posibilidad de aceptar el disenso de la mejor manera, o sea, capacidad de gestionar los conflictos que la vida humana siempre tiene. 

Al final, todo se resume a lo mismo: para que una relación funcione, el otro es vital. Comprendiendo que yo, también soy el otro.

Lo que debes saber
Lo más leído hoy