De matar a un ladrón que copó su casa con cuchillo, a la preventiva por homicidio simple

Un mes después del horror, la Justicia de Frías dictó la prisión preventiva para un individuo del Bº Sumampa, acusado de haber asesinado a un joven al que le vendía pastillas, asestándole 9 puñaladas, en un confuso incidente en el interior de su casa.

Allí se sintetiza la investigación y la resolución judicial que demandó ayer dos horas de intenso debate en los tribunales, presidido por la jueza de Control y Garantías de Feria, Roxana Cejas Ramírez (foto). Por la Fiscalía, intervino Rocío Fringes. En tanto, la defensa fue representada por Ariel Salavarría.

La historia tuvo su prólogo la madrugada del 13 de junio. En el garaje de la casa de la familia Leiva, Rodrigo Gutiérrez, 19 (foto), fue hallado agonizante. La muerte se precipitó por añadidura, mientras permanecía a su lado, Ramón Andrés Monjes.

Lo primero que trascendió fue que Gutiérrez irrumpió en la vivienda de Monjes, al parecer con intenciones de robo, armado con un cuchillo de grandes dimensiones. El dueño despertó y se trenzaron en lucha. Y que Monjes mató al "maleante".

Detenido, ahora las partes acudieron a audiencia. En ella, Fringes requirió la prisión preventiva para Monjes por "homicidio simple". A criterio de la fiscal, dentro de la vivienda Monjes fue víctima, pero en la calle "él despojó a Gutiérrez del arma y dejó de encontrarse en estado de indefensión", fue el fundamento acusatorio.

Es decir, pelearon dentro de la casa. Luego, se trasladaron a la calle. Monjes despojó a Gutiérrez del cuchillo y lo mató de 9 puñaladas. Por ende, la muerte de Gutiérrez debe considerarse como "homicidio simple", reprimido con penas mínimas de 8 y máximas de 25 años de prisión.

Asimismo, Fringes ahondó que casi todos los testigos señalaron que Monjes acostumbraba "venderle pastillas a la víctima".

A su turno, Salavarría bregó para que le sean morigerados los cargos a "legítima defensa", o en su defecto "homicidio cometido por exceso en legítima defensa", señaló el letrado.

La interpretación del abogado es que su cliente solo se defendió de una agresión buscada por Gutiérrez y en claro resguardo y/o protección de su grupo familiar.

Nutrida de todos los detalles del suceso, la jueza desestimó el reclamo de la defensa y refrendó la preventiva de Monjes por "homicidio simple": la defensa ya evalúa recurrir a la Cámara de Apelaciones.

Los testigos agrietaron la estrategia de Salavarría

De acuerdo a la investigación, los testigos manifestaron que Gutiérrez habría consumido pastillas casi todo el día anterior, es decir el 12 de junio.

Aún la investigación no estableció por qué ingresó a la casa de Monjes. Una corriente policial arriesga en que se mandó a la vivienda en busca de más pastillas, teoría que resta fuerza a la hipótesis del robo convencional.

Como sea, la autopsia estableció que Gutiérrez murió por una letal puñalada en el corazón. También habrían sido determinantes dos más, inferidas por la espalda y que dañaron en demasía los pulmones.

Con la resolución de Cejas Ramírez, la Fiscalía ganó tiempo preciado y ahora se encamina a la realización de la reconstrucción.

En ella, los expertos cotejarán y entrecruzarán las versiones. Monjes se prepara para defender la suya, pero ayer sufrió un violento cimbronazo en su historia, basada en un ladrón que lo madrugó y acabó muerto fuera de la casa tras una sangrienta pelea.